“Lo que están haciendo provoca tanto dolor en el espíritu de la gente. La están quebrando, la están doblegando”, sostuvo este lunes el periodista Víctor Hugo Morales, en su clásico editorial en La Mañana.
En lo que fue una dura crítica a la gestión de Javier Milei, Morales repudió la nueva ola de despidos masivos en el Estado y remarcó la importancia de que el periodismo cuente realmente lo que está sucediendo.
El editorial completo de Víctor Hugo Morales
"Estaba escuchando el aviso de Casta de la Crueldad. Y al mismo tiempo veo el título de un diario en el que ha escrito una nota Axel Kicillof. El título es La economía de la crueldad. La palabra es crueldad. Debe ser el título más acertado de mi vida. Gracias, también, a la gente de Colihue. A Florencia Mazzadi, con la que charlábamos.
Porque títulos hay tantos que a uno se le pueden ocurrir en esta Argentina neoliberal que tiene a Milei como che pibe de las corporaciones. En vez de trabajar directamente en una oficina, ni siquiera sé si al lado de la de Eurnekian, trabaja en la Casa Rosada, que es una oficina importante para los mandamases del país.
Una locura lo que está pasando. Pero, al mismo tiempo, lo que se destaca es la crueldad. El desprecio que tienen por la vida y por la calidad de vida de la gente. Porque no se trata, solamente, de no morirse. Se trata de cómo vive uno sin ganas de morirse. Porque lo que están haciendo provoca tanto dolor en el espíritu de la gente. La están quebrando. La están doblegando.
Lo que pasa hoy lo sufre aquel que está, en este momento, siendo despedido de su trabajo. Y que además recibe gas pimienta en los ojos, en la cara. Y palos. Pero también los que, desde sus casas, eventualmente escuchan la radio, nuestros móviles, o por ahí la televisión, si están ofreciendo las imágenes, como corresponde, de los padecimientos de la gente.
Lo van a escuchar a Milei decir: "si estuvieran con tanta hambre andarían muertos en la calle". Cuando la gente muere de frío, muere también de hambre. Porque una de las protecciones contra el frío es estar bien comido. Es tener un buen plato de sopa. Un buen guiso. Algo que fortalezca. Y no lo tienen. No lo tienen tantas, pero tantas personas. Y no lo tienen los chicos.
Yo no puedo creer el desprecio por la vida y por los demás que exhibe Milei. Pero tampoco puedo creer que se lo permitan, aún aquellos que están usando a Milei. Los diarios bestiales, los que se roban todo con las empresas que nunca debieron tener. Porque, si sos diario, sos medio de comunicación. Y los medios de comunicación no pueden tener aquellas cosas que son del interés periodístico y no del interés personal de esos verdaderos ladrones encabezados ustedes saben por quién.
Es una barbaridad lo que nos está sucediendo. Es un dolor muy grande. Una pesadilla. Nos hemos entrenado, casi, para mirarnos y apretar, morder el labio inferior, como diciendo, qué barbaridad, qué locura. Ya entendemos lo que queremos decir en una reunión, cuando nos encontramos en las filas del teatro. En cualquier momento. Parece que vamos a hablar de otra cosa. Nos saludamos. Sin embargo, lo primero que se dice es algo referido a esta barbaridad que nos han tirado encima.
Estos personajes que son muy crueles de verdad. ¿Cómo puede decir alguien que funge como Presidente de la República "bueno, si tuvieran tanta hambre estarían muertos en la calle"? Y después la gente se le muere en las calles.
Es una atrocidad. Y no debemos apartar la mirada de los poderes reales que hay en juego. Sé que no lo saben ver. Sé que nunca piensan en los medios de comunicación que roban. En todo caso ven algún empresario. Qué sé yo, lo ven a Rocca. A los ya nombrados empresarios de hoy. Todo lo que pasa es porque a ellos se los permite un juego mediático que por tener también intereses leoninos contra la población permite todo lo demás y no lo denuncia.
Lo denunciamos acá. Somos un pequeño segmento de la información. Gritamos mil veces para ver si en alguna ocasión nos pescan, nos escuchan. Porque luchamos contra un poder brutal que se ha llevado todo por delante. Pero también aspiramos a que la gente lo sepa ver por sí misma. No es tan difícil ver la estafa dentro de la que estamos. El dolor que provocan aquellos que, frente a tanta desgracia que la han tirado encima a la gente, solamente son capaces de decir "bueno, si estuvieran con tanta hambre estarían muertos en las calles"".