El Gobierno de la Provincia de Buenos Aires cortó cintas en dos Centros de Atención Primaria de la Salud (CAPS) en San Vicente, que suman a los 162 que ya habían sido inaugurados en todo el territorio bonaerense desde la llegada de la gestión de Axel Kicillof en el año 2019.
“Cada uno de los 164 CAPS que llevamos inaugurados en la provincia son obras de más de 500 metros cuadrados, con varios consultorios y el equipamiento y la tecnología necesaria para implementar la Historia de Salud Integrada”, destacó el ministro de Salud, Nicolas Kreplak, que también puso en valor la obra de pavimentación y el nuevo Centro Universitario en el marco del programa Puentes, que también se inauguraron previo al acto en la Quinta 17 de Octubre.
“Esta obra de pavimentación de la calle es el resultado de la decisión de llevar adelante políticas públicas integrales porque une de rutas con el Hospital Provincial Ramón Carrillo”, señaló Kreplak al dar cuenta de la importancia de la obra de infraestructura. El propio gobernador hizo referencia a la importancia del hospital que fue provincializado, que funciona como centro del sistema que ahora cuenta con seis CAPS y que lleva el nombre del histórico ministro de Salud de Perón.
“La figura de Carrillo es central porque hasta 1945 no había sistema de salud, ni acá ni en el mundo”, dice Kreplak consultado por la importancia del peronismo en el área en que desarrolla su actividad. “Los sistemas de salud arrancaron después de la segunda guerra mundial, habían hospitales de las comunidades, algunos sindicatos que fijaban su atención en ello, pero estaba todo más ligado a la caridad, como por ejemplo en las iglesias”, cuenta a Buenos Aires/12 mientras agrega que “la salud no estaba pensada como una función del Estado y en Argentina no había tenido ningún rol”. “El único que pensó desde el Estado en hacerse cargo del derecho a la salud fue San Martín, cuando era gobernador de Mendoza”, destacó.
--¿Y qué hizo Perón al respecto?
--Hizo una revolución absoluta con el sistema de salud que armó el peronismo. Nacionalizó todos los lugares de fomento, hospicios, y cosas que estaban desde hace mucho tiempo pero que habían sido construidos por personas muy ricas que, cuando fallecían, entregaban un predio para hacer un hospital y atender a los pacientes de tal o cual epidemia. Todo eso lo reorganizó, armó los hospitales, y construyó un sistema nacional de salud pensado. Es un modelo que además se planteó en Inglaterra al mismo tiempo, país que tiene uno de los mejores sistemas del mundo, y que se estudió contemporáneamente a Carrillo y sus propuestas. Construyeron una transformación en la vida de las personas que tuvieron diez años impresionantes, porque la efectividad de lo que hicieron se plasmó en la reducción de la mortalidad infantil, en la llegada a todo el país, y muchas cosas más, como erradicar la malaria de Argentina.
--¿Quién fue Carrillo para Perón?
--Hay muchas cosas lindas ahí. Carrillo era un intelectual, un médico neurocirujano que se había formado en el hospital militar, pero era un tipo muy culto y para Perón, según contó, era una de las personas con las que le gustaba hablar. Porque podían intercambiar opiniones no sólo sobre salud, sino que tenían discusiones sobre el destino del mundo y lo que había que hacer en ese tiempo histórico. Carrillo era una persona muy instruida y generaba mucho respeto, y además, tenía mucha discusión con Evita, que era una locomotora. Discutían sobre cosas muy profundas y complejas, como por ejemplo quiénes eran los responsables del sistema sanitario, cuánta injerencia debían tener los trabajadores y la población en la organización de su propio sistema y cuánta el Estado, y discusiones de tremenda profundidad que se daban entre ellos. Trabajaban con tremenda colaboración a pesar de las rispideces que, según imagino, también tendrían. Y eso generó que todo lo que hicieron en salud tenga las dos patas, la sistémica de Carrillo pero el empuje y la perspectiva de Perón.
--¿Esas matrices se visibilizan en el sistema sanitario bonaerense?
--Sí, el sistema de salud argentino lo hizo Perón y construyó la enorme mayoría de los hospitales que hoy en día existen. Y si no los hicieron, el peronismo los nacionalizó. Después hubo algunos que se fueron construyendo, pero la mayoría son de esa época. Con el tiempo aparecieron las obras sociales, y otros sistemas que se fueron agregando bajo la dictadura de Onganía, pero en ese momento todo lo que había era público. Después está lo que hizo Cristina, que hizo muchos hospitales muy grandes, de los cuales pudo inaugurar algunos, y otros los estamos terminando nosotros ahora como Gobierno Provincial. Pero la matriz es esa, y si uno quiere entender qué era el peronismo, hay tres hospitales que son muy paradigmáticos en la provincia de Buenos Aires, que son el Evita de Lanús, el Eva Perón de San Martín, y el Perón de Avellaneda. Son iguales, y cuando uno pasa la entrada, ve lo que significaba el peronismo. El mármol de carrara, las habitaciones con todos los lujos, las cortinas, las mesas de luz. Lo mejor que podía haber era lo que ponían Perón, Evita y Carrillo para el pueblo, y hasta hoy en día son parte del sostén de la provincia de Buenos Aires. Las matrices están, y está, sobre todo, la idea de tener salud pública, que hoy atiende a la mitad del país. Aún a pesar de que el 45 por ciento de la provincia no tiene obra social, atendemos el 80 por ciento de la emergencia, más el 50 por ciento general, abarcando aún a gente que tiene obra social. Por mucho tiempo eso se desfinanció, se abandonó, pero si hubiéramos seguido podríamos tener sistemas de total eficiencia. Hoy la misión es reconstruir un sistema de salud integrado que mantenga las ideas de Carrillo.
--¿Cómo se retoman esos procesos en momentos como los que hoy vive el país?
--Hoy estamos con algunos pibes que no tienen recuerdo de eso, pero no pasó tanto tiempo. No lo tienen porque hay mucha operación, mucha difamación, pero también mucha mezquindad. Desde todos lados se instaló en los corazones el liberalismo en términos de cultura de proyecto individual. El 'me conviene o no me conviene', y eso hace que a veces haya blandeza a la hora de tomar decisiones. Se instaló mucho en la comunicación y en la política, entonces le pasa a los pibes y las pibas. La doctrina podría valorizarse más, pero eso responde a una discusión cultural que debemos dar todos. Tampoco hay que verlos como extraños a los pibes, hay que darles la palabra, dejarlos ser parte y participar. No es que hay que hacer una revisión de algo tan complejo, no creo que hayan sido tantas las malas, pero sí que hay que actuar en beneficio de la gente, porque hay muchas cosas para mejorar. Lo digo incluso de mi lugar como ministro de Salud, tenemos muy claro lo que tenemos que hacer y por supuesto que somos miles y miles los que así lo entendemos.
--Los referentes del oficialismo nacional advierten que el peronismo ya no entiende las demandas sociales de la actualidad. ¿Qué opinión le merece esa idea?
--No sé si es tan así. Lo que sí sé es que han habido errores de gobierno y mucha mala suerte, por las guerras y la pandemia, pero hubo defectos de gobierno y también dificultades políticas para sacarle el jugo a lo que se hizo bien. Pero eso bien materializado se puede ver en la Provincia, donde a Axel Kicillof lo eligieron porque gestionamos con mucho esfuerzo, sacrificio y para la gente, entonces se valoró. No estoy seguro que sea porque el peronismo 'esté en otra', porque también juegan las condiciones que estamos atravesando incluso a nivel mundial. Tenemos que recuperar esa idea grande y por supuesto hay que defenderla, pero nadie más que nosotros sabe todas las cosas que nos faltan. Hay que transformar el sistema para llegar a todos, y es una bandera que no podemos perder. Entre tantas redes sociales y medios de comunicación, que han dividido y metido el espíritu liberal en tantos sectores, hacen que tengamos que generar un proyecto que unifique, porque pensar en partecitas es una debilidad que siempre estuvo, pero que ahora se hace cultura. Y debemos discutir.