“Basta, nos cansamos” dice Roxana. Está cayendo el sol en la Plaza 25 de Mayo frente a la Casa de Gobierno en la ciudad de Corrientes. Son diez mujeres, madres, tías, hijas que se conocieron en la marcha que se hizo en la capital de la provincia el lunes pasado por Loan. No están preocupadas por la masividad, prefieren juntarse a estar en sus casas mirando el caso por televisión. Fueron las primeras que convocaron a la casa del gobernador Gustavo Valdés, a quien le exigen el esclarecimiento del caso, un día después de que la tía de Loan, Lauderina, declarara que el niño había tenido un accidente: “No creemos nada de todo eso, nos están tomando el pelo y se meten con la gente humilde. Por eso estamos acá, porque no queremos ser las próximas madres que salgan a pedir justicia por sus hijos”.
Durante el mediodía del domingo, Patricia Bullrich llegó a 9 de Julio, lugar en donde después de 17 días de la desaparición de Loan vuelven a realizarse rastrillajes a partir de la declaración de Laudelina en la que dijo que el nene de 5 años murió atropellado por la camioneta que manejaban el capitán de navío de la Armada Carlos Pérez y su pareja María Victoria Caillava, exfuncionaria municipal de la localidad correntina de 9 de Julio. "Estoy en 9 de Julio, Corrientes, para acompañar a la jueza federal Cristina Pozzer Penzo y a las Fuerzas Federales en la investigación y los rastrillajes para encontrar a Loan. Ninguna hipótesis descartada. Todo nuestro esfuerzo puesto aquí", indicó la funcionaria en su cuenta de X (antes Twitter). Su arribo a la provincia llega en un momento de mucha tensión en la sociedad correntina, que espera una respuesta que parece no llegar y enredarse cada vez más. Horas después de aquel posteo de la ministra, vecinos apedrearon el hotel donde estaba alojada Laudelina y la policía terminó reprimiendo a los manifestantes.
“Todos por Loan #Grupo de mamás” dice la bandera hecha con aerosol negro sobre una tela, no hace ni una semana que se conocen, armaron un grupo de Whatsapp y desde entonces organizan salidas a la calle para exigir que Loan aparezca con vida. La mayoría no había ido a una marcha en su vida pero algo con el caso de Loan las conmovió: “Yo siento que estoy haciendo algo, no me puedo quedar en mi casa, nos puede pasar a cualquiera de nosotras” dice una de las mujeres.
Este lunes hubo una convocatoria para marchar a las 16 en distintos puntos de la provincia. Ellas fueron con su bandera pero quieren sostener lo que consideran un grupo apartidario: “Hay un montón de personas que se nos acercan para sumarse o contarnos su historia, lo que pasa acá en Corrientes es muy grave y hay que destaparlo”, dice Roxana. Entre las personas que se les acercan a contar su historia aparecen casos como el de una mujer a la que le habían robado un bebé en el Hospital Jose Ramón Vidal. Algo tan cruel y que parece de otra época es una historia recurrente en la provincia.
“¿Me podés explicar esto?” En las manos tiene impresa la foto del gobernador Valdés con el abogado de Laudelina, José Codazzi, ambos abrazados. Las respuesta viene de ellas mismas: “Queda en evidencia que acá hay metidos peces gordos, ninguna de nosotras podríamos pagar un abogado así”, dice otra de las integrantes del grupo. La figura de Codazzi se volvió controversial en las últimas horas, primero por desvelarse un vínculo estrecho con el gobernador y segundo por haber aconsejado a su cliente que declarara ante la fiscalía provincial, en lugar de la federal.
El fin de semana tuvo idas y venidas, mucho movimiento en la zona de 9 de Julio pero con la llegada de Bullrich a la provincia la incertidumbre vuelve a ser protagonista, con mensajes confusos y ningún avance en el caso --contrariamente a lo que había adelantado Valdes a través de Twitter--. La ministra habló de “una acumulación de indicios que tienen que llevar a la conclusión final”.
El grupo de mujeres reunidas en la Plaza 25 de Mayo son una expresión más de lo que atraviesa la sociedad correntina, impotencia, hartazgo, pero sobre todo es un “basta” contundente, no van a quedarse calladas ni tampoco permitir que el caso de Loan quede sin resolver, como pasa --y lo dicen lamentándose-- en “la mayoría de los casos”.