“Los pibes del conurbano y de pueblo somos más abiertos a conocer gente nueva, a ser más colectivistas. En capital me cruzo bastante con esa onda coolporteña de ser un ortiva o mirarte desde arriba, y eso a mí no me gusta. El individualismo y la arrogancia tienen que dejar de estar de moda”. Lo dice Yuli Bonello, una de las voces de Niños envueltos.

Nacida y criada en Boulogne, canta, toca el teclado, la armónica y las percusiones en la banda fundada por Tonga, oriundo de Necochea.

Los conoció a través de una nota en la revista Inrockuptibles y los escuchaba siempre cuando todavía vivía en Puerto Deseado, Santa Cruz. “Por la crisis económica del 2002, con mi mamá y mi abuela nos fuimos a vivir a Puerto Deseado. Cuando cumplí 18 años volví a vivir a Boulogne, aunque en realidad estuve unos años viviendo por todos lados sin un lugar específico. Supuestamente vine a estudiar Comunicación y Filosofía, pero abandoné todo y me dediqué a hacer música y a trabajar de encuestadora”.

Empezó cantando en la iglesia del pueblo, en las bandas del colegio, en los actos. En dónde hubiera lugar. A Tonga lo conoció de casualidad en Boulogne y decidieron empezar a salir a tocar por colectivos, “entre versiones de canciones de la guerra civil española, de Gilda, o algún Joropo venezolano, siempre hacíamos algunas de Niños Envueltos y también íbamos probando las nuevas canciones aprovechando la audiencia de los colectivos y al poco tiempo me sumé a la banda”.

La banda se llama así por la comida árabe afirman. Yuli comenta que “Tonga vivía en Munro y esperaba el colectivo para ir a ensayar con el grupo que todavía no tenía nombre. Niños envueltos era el plato del día en la rotisería de la esquina de su casa. Y así lo decía la pizarra de la puerta, al lado de la parada del 41. A los chicos les pareció que resumía la música un tanto extraña que estaban empezando a hacer. No era gourmet, intentaba ser popular, pero era rara y con un sabor particular”. Además agrega “también es una forma, sutil, de apoyar la causa del pueblo palestino”.

En doce años de actividad Niños envueltos ha girado por Uruguay y Perú. Han hecho recitales en Capital Federal, Provincia de Buenos Aires y varias provincias del país. Compartieron escenario con Rosario Bléfari, abrieron varios recitales de Palo Pandolfo y Nacho Vegas en España, entre otros. La formación actual la componen Tonga en voz y guitarra, Franchi  en guitarra eléctrica y voz, Naka en bajo, Paul en batería, Tomi en teclado y sintetizador, y Yuli.

A Yuli le gusta definirse como un bicho del under. “Siempre estoy moviéndome donde haya autogestión, difundiendo las bandas que me gustan, ayudando a organizar recitales, mover equipos, hacer pogo. Tengo una pulsión de vida anticapitalista. No puedo ser sin mis amigos, poetas, músicos que me inspiran, me acompañan y hacen que tenga ganas de seguir viviendo”. Es la única mujer del grupo. Hace entre otras cosas, los coros y la percusión, dice que muchas veces le han marcado eso como un problema otras colegas. “Hay gente que piensa que lo hago solo porque soy la mujer del grupo, me lo han dicho varias veces, hasta me han pedido que deje de hacerlo y haga mi propio proyecto solista. Yo entiendo que es un rol que en la historia de la música fue ocupado por muchas mujeres, pero yo lo elijo y me gusta. Además, en la banda también compongo y a medida que pasó el tiempo los mismos integrantes del grupo me fueron regalando instrumentos y fui sumando cosas para tocar. Para mí y para toda la banda, siempre fue difícil económicamente”.

Niños envueltos se define como un grupo de amigos. Todos participan de las decisiones. Yuli agrega que “pienso que una banda no es mejor o peor por el género de sus integrantes, lo que importa es la música que hacen, lo que dicen y sobre todo la manera de manejarse como banda. Pero por supuesto que pienso que es muy necesario que cada vez haya más espacio en los escenarios para las mujeres y disidencias”.

Escrache a Miguel del Popolo

Ella también fue parte de La ola que quería ser chau, banda liderada por Miguel del Popolo y una de las primeras en recibir un escrache. “Toque casi un año en La ola que quería ser chau. Los pibes eran machistas y se creían superiores a los demás, se comportaban como una secta, y eso a mí no me gustaba. Me criticaban porque hablaba demasiado con los fans o porque llamaba mucho la atención. A principios de 2016, Miguel del Popolo violó a Mailén, mi mejor amiga. Ella hizo la denuncia judicial y además decidimos escracharlo en las redes sociales. En ese momento no había herramientas, hablamos con La piba berreta de la banda Los rusos hijos de puta, que filmó y nos ayudó a hacer un video donde Mailén decidió contar todo lo que le había pasado. Lo subimos a un canal de YouTube, se viralizó muchísimo y se sumaron más denunciantes con testimonios en contra de Miguel del Popolo”.

Esta denuncia hizo que se destape una olla en el ámbito del rock y que se formara un grupo llamado “Basta de abusadores en el rock”, donde muchas chicas se acercaron a contar sus testimonios. “Comenzamos una militancia, íbamos a las puertas de los teatros donde tocaban bandas denunciadas por violencia de género, nos conteníamos entre nosotras, íbamos a hacer las denuncias en grupo a la Ufem. Creo que después de ese escrache la escena cambió muchísimo, los chabones empezaron a tener miedo y las pibas comenzaron a sentirse más seguras”.

La denuncia judicial a Miguel del Popolo fue hace ocho años y recién ahora, en agosto, va a empezar el juicio. “Estaría bueno que todos los que nos apoyaron en su momento, ahora cuando empiece el juicio ayuden, difundiendo o de la manera en que puedan.”

Actualidad

Bonello hoy dedica sus días a la música, la poesía y la producción. Realiza el taller de poesía que coordina Melina Alexia Varnavoglou y trama con su grupo una gran lectura para fin de año. Al indie hoy lo ve en un buen momento, aunque se queja de que hay poco compromiso político. “Siempre creí que el under era contracultural, pero de algún modo cuando entré a este mundo me di cuenta que hay mucha más pose e individualismo que contracultura. Aunque hay muchas bandas que sí se arriesgan o son más comprometidas. Hace poco a un cantante indie, Santiago Adano, se lo llevaron preso por manifestarse en la movilización contra la ley bases, cuando fui a Comodoro Py a exigir por su liberación, me crucé a muy poquitos músicos. Estaría buenísimo que activemos más la lucha, cuando hay gobiernos que quieren que desaparezcamos”.

Este viernes 5 de julio, Niños envueltos se despide de La palabra inútil, su último disco, en La Tangente. El disco fue producido artísticamente por Tomás Stagnaro y Paul Thielen, baterista de Daniel Melero y Niños nvueltos, y se grabó en el estudio de la banda, en una casa donde casualmente vivió Pipo Lernoud e inauguró Miguel Abuelo.

La fecha la compartirán con Gente Conversando. También adelantarán canciones de su próximo disco. Será a la medianoche en Honduras 5317, CABA. Las entradas se consiguen en https://tickets.latangente.com.ar/musica/ni-os-envueltos-y-gente-conversando