Desde Roma

Pese a las críticas que el Papa Francisco ha recibido de parte de sectores conservadores de la Iglesia, el Obolo de San Pedro, es decir el lugar donde el Papa recibe donaciones de todo el mundo para sus obras de caridad, por primera vez en los últimos tres años ha aumentado en casi cinco millones de euros el total de dinero recibido (de 43,5 millones en 2022 a 48,4 millones en 2023). 

La información está contenida en el Informe Anual del Obolo de San Pedro difundido la semana pasada. Y este aumento, en un mundo acosado por las guerras, la pobreza, el cambio climático y las migraciones, según algunos analistas significa que Francisco sigue gozando de gran consenso entre los creyentes de todo el mundo. 

Francisco reiteradamente ha expresado su preocupación por las guerras, el cambio climático y los pobres que emigran de la pobreza, incitando a los católicos y a los políticos y autoridades mundiales a tomar medidas y encontrar soluciones a estos problemas. Lo hizo recientemente en la conferencia de mandatarios del G7 (considerados los siete países más industrializados del mundo, Canadá, Estados Unidos, Italia, Francia, Alemania, Japón, Reino Unido) que se hizo en Italia y donde él participó hablando del cambio climático y las migraciones.

El Obolo de San Pedro

El Obolo de San Pedro contribuye a sostener la misión del Santo Padre en el mundo entero pero también sostiene numerosas obras de caridad en favor de las familias en dificultad, de las poblaciones golpeadas por calamidades climáticas y por guerras y que necesitan asistencia humanitaria. Cada año el Vaticano publica el informe anual del Obolo de San Pedro informando sobre los ingresos que ha tenido y a qué se han dedicado esos fondos. El Obolo de San Pedro se alimenta mucho de donaciones de todo el mundo pero también de fondos financieros del Vaticano. Y alguna vez, hasta de la venta de edificios de propiedad de la Santa Sede en Roma u otras ciudades. El Obolo de San Pedro recibe estas donaciones a través de las representaciones pontificias en los distintos países o de las diócesis pero también a través de transferencias a cuentas bancarias vaticanas.

Si se hace un balance de los donantes, el principal es curiosamente Estados Unidos, colocado en el primer lugar de los países donantes en los últimos tres años al menos. Y esto también sorprende porque en la conferencia episcopal y la iglesia estadounidense en general, ha habido muchas críticas contra el Papa argentino. Algunos medios católicos hasta lo han llamado el “Papa comunista” porque, dicen entre otras cosas, se preocupa todo el tiempo de los pobres y critica la propiedad privada.

Las cifras

En 2021 los ingresos del Obolo de San Pedro fueron 46,9 millones de euros, 44,4 millones de los cuales provenían de donaciones. Pero los gastos ese año fueron de 65,3 millones, lo que significa que otra parte de los fondos provenían de actividades financieras del Vaticano.

El principal donante fue Estados Unidos (33 millones)seguido de Italia (13 millones) y Alemania (2,3 millones), entre otros países europeos. Pero en esa lista apareció como importante sólo un país latinoamericano, Brasil (0.9 millones).

En 2022, los ingresos fueron 107 millones, 43,5 de ellos de donaciones y el resto de otras actividades financieras del Vaticano. Los gastos ese año totalizaron 95,5 millones.

Estados Unidos (con 11 millones) se clasificó nuevamente en primer lugar como donante, seguido por otros países como Corea (3,5 millones) e Italia (2,9 millones). Brasil aparece en el cuarto lugar de la lista con 1,5 millones y México en el noveno lugar con 0,6 millones.

En 2023, las entradas fueron 52 millones, 48,4 de ellos de donaciones. Los gastos fueron 109,4 millones. Estados Unidos siempre en primer lugar como donante (6,6 millones), Italia (1,5 millones) y Brasil (0,9 millones).

En 2023 el Obolo de San Pedro ha sostenido 236 proyectos en 76 países, financiando proyectos por un total de 13 millones de euros, numerosos en África y en América Latina. Una parte de estos fondos fue dedicada también a financiar becas de estudio en países europeos a favor de sacerdotes y seminaristas provenientes de África, América Latina y Asia.

Otra parte de esos fondos (menos de un millón de euros) fueron destinados a Ucrania donde se han enviado hasta ahora, entre otras cosas, tres ambulancias preparadas como centro móvil de reanimación y adecuadas a otros servicios y una gran cantidad de medicinas provenientes de la Farmacia Vaticana y de la farmacia del hospital vaticano “Agostino Gemelli” de Roma. También se apoyaron con las donaciones otros proyectos como el de “Hospitales Abiertos” en Siria.