En su editorial de este martes, Víctor Hugo Morales analizó en La Mañana el papel que juegan los medios hegémonicos a la hora de fracturar a la oposición y ocultar los errores del Gobierno. 

El editorial de Víctor Hugo Morales

"A veces, mirando la tienda de los perversos, uno aprende. Y creo que aquellos que son parte de la resistencia al gobierno de las corporaciones, con su agente llamado Milei, deberían aprender un poco. Permanentemente hay que mirarlos.

La mafia de Clarín, miren, me cuesta esto. Miren esta fotografía. La fotografía muestra, media página invierten, a Kicillof hablando de espaldas y allá abajo, sentado, Máximo Kirchner.

Esto para que tomen nota los chambones, si es que los hay. Si se miran un poquito mal, si hay algunas cuestiones que siempre hay que reparar, sobre todo en el mundo de la política, si fuera en lo humano, pero la política es la política.

Y yo creo que la resistencia es algo muy importante.

Entonces, ¿cómo es la fotografía de la mafia de Magnetto? Lo ponen a Kicillof, que está hablando, lo toman de atrás, porque fueron a buscar eso. Se ve que, en determinado momento, Máximo Kirchner mira como cualquiera para un costado y ahí lo mostraron. La fotografía es con un redondel. Muestran a Máximo Kirchner, que mira para otro lado, no lo mira a Kicillof, que está hablando.

Contabilicé como 15 personas en esta fotografía, en esta inmundicia, que están haciendo cosas que no son la de la plena atención. Qué se yo. Hasta en la misa uno mira para el costado a ver cómo se pone el pañuelo la señora que está al lado. No estamos con la vista fija. Pero ellos toman nota de esto para mostrar el desencuentro.

O sea que esta media página no tiene que ver con la disparada del dólar. No está el dólar. $1400: así está. El blue que saltó a $1400 por la desconfianza en los mercados por las medidas del Gobierno.

El problema no es tener un presidente que se pelea con el mundo, con Bolivia, con Brasil. Que no puede ir al Mercosur porque, en realidad, no va por miedo, porque no sabe qué hacer cuando lo vea a Lula. Esto es lo que le pasa. Porque a Lula parece que no lo va a poder correr como hizo con el Papa, que lo fue a abrazar después de haber dicho los disparates que dijo, y así en tantas ocasiones.

Un tipo sin ninguna moral, sin ningún sentido ético. Que esto es lo que duele: lo juzgamos a Milei por los 1400 pesos que cuesta el dólar, vaya a saber hoy si baja o si sube, no es lo más importante. O lo juzgamos a Milei por esto que es humanamente, políticamente.

¿Puede aceptarse que en vez de Mercosur vaya a verlo a Bolsonaro como una manera de reforzar la polémica que no se anima a enfrentar? Porque verlo a Lula después de los disparates, de las imbecilidades que ha dicho, es una cuestión ciertamente muy dificil.

Bueno, eso no está. Lo que está es que Kicillof habla y Máximo Kirchner mira para otro lado. Una foto así que ocupa media página del diario de la mafia de Magnetto.

Entonces, ¿qué tienen que aprender? Cuánto les importa, cuánto están defendiendo al sistema. Porque esto lo hacen porque ven que Milei y todo lo de ellos corre un cierto riesgo.

Por supuesto que se van a robar todo al cabo de tres años, y lo que se robaron con Macri —Telecom, Nextel—, eso no se lo quitan más, por lo de la seguridad jurídica y la libertad de expresión. Inmensos ladrones que se roban el país, le ponen rueditas y se lo llevan para donde ellos quieren.

Pero, de todas maneras, les gusta más que esté el Gobierno de Macri o de Milei, o de Villarruel o de Pichetto, de cualquiera de ellos. De cualquiera de los serviles que siempre les van a aparecer.

Y ven que lo de Milei no se puede sostener. Es un disparate. Hasta los mileístas se deben dar cuenta poco a poco, aunque les cuesta dar el brazo a torcer. Entonces van contra la oposición. Falta no se cuánto para la elección de medio término, pero ellos no quieren una Cámara con una mayoría, como tiene que ser, de resistencia a este disparate que nos toca vivir hoy en día.

Y como no quieren eso, buscan por el lado de la pelea. Al final, sin foto ni saludo de Máximo Kirchner con Kicillof en el recuerdo de Perón.

Ahí están, sembrando cizaña, chambones.

Si es verdad que tienen algún lío y se miran de reojo, vean lo que quiere el poder. Vean lo que quieren los Milei, las corporaciones, los Magnetto, los Roca, los Eurnekian de este país. Los quieren desunidos, porque unidos, por ahí, pueden recuperar la Cámara de legisladores en la próxima elección y, sobre todo, el poder político. Muy modesto es el poder político al lado del poder real. 

Pero algo es algo. Sirve, por lo menos, para ponerle un dique a la furia depredadora y la avaricia incontenible de las derechas del mundo y, en particular, de la Argentina.