Los cuerpos sin vida de dos personas fueron hallados este lunes en el interior de un edificio de Barcelona, horas antes de ser desalojadas de su vivienda y sin que la policía haya encontrado indicios de criminalidad, por lo que la principal hipótesis sería la de un doble suicidio, según fuentes policiales y judiciales.
El titular del juzgado de instrucción número 29 de Barcelona procedió al levantamiento de los cuerpos de las dos personas, que confirmó que eran hermanas.
Tras la demanda realizada por un propietario particular, este lunes debía llevarse a cabo un desalojo como consecuencia de un procedimiento abierto en el juzgado de primera instancia 34 de Barcelona, en mayo de 2023, por expiración de plazo y falta de pago del alquiler.
En el momento de la presentación, la parte demandada (que era una tercera subarrendataria) llevaba desde el mes de marzo de 2021 sin realizar ningún pago y acumulaba en esa fecha una deuda de más de 9.000 euros.
El procedimiento se tramitó en rebeldía al no personarse nadie en la causa y se dictó ejecución de la sentencia en enero de 2024, para fecha en la actualidad del 1 de julio.
Desde el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña explicaron que no existía ningún informe de vulnerabilidad (que habría impedido el desahucio), pues aunque los servicios sociales del Ayuntamiento de Barcelona habían intentado llevarlos a cabo, los inquilinos nunca habían respondido a sus intentos de comunicación.
La situación de los alquileres en España
El hecho volvió a mostrar la cara más cruda de la presión inmobiliaria en una ciudad donde, pese a las iniciativas adoptadas, el precio medio del alquiler alcanza los 1.200 euros mensuales.
Las dos mujeres tenían 64 y 54 años y dejaron de pagar el alquiler en 2021, justo cuando falleció su madre tras contraer covid, lo que este lunes hacía presumir entre los vecinos del barrio que la pensionista era la única con ingresos en la casa y con su muerte nadie volvió a pagar el alquiler.
El caso era desconocido para las ONG de ayuda a la vivienda, con las que nunca se pusieron en contacto, pero también para la gente del barrio, pues las hermanas no parecían haber compartido con nadie la situación que las llevó a poner fin a su propia vida.
Núria, la mayor de las dos, era la única que salía de casa, para hacer recados e ir a la compra, y también la única que tenía nombre propio para los vecinos, pues la más joven llevaba "años sin salir a la calle", aseguran.
No es el primer suicidio por esta problemática
Este es el segundo caso de suicidio por desalojo que se conoce en la región española de Cataluña en 2024, un desenlace que las entidades de defensa de la vivienda conocen bien desde hace más de una década.
Antes de estas hermanas se quitó la vida Álex, vecino de la ciudad de Sabadell, de 70 años, que tras 30 años en la misma vivienda había sido desalojado.
Una agrupación de inquilinos de esta región denunció: "Los desahucios son la forma más cruda y evidente de atentar contra la vida de las clases más populares y precarizadas".