“La justicia federal, con tal de no investigar en una causa que tiene a Cristina Kirchner como víctima, es capaz de decir cualquier cosa”, explicó por la 750 el abogado de la exvicepresidenta Marcos Aldazabal. En concreto, al hablar sobre la negativa del fiscal Carlos Rívolo de avanzar sobre las pistas del borrado de celulares del diputado Gerardo Milman y sus asesoras.

El dato no es menor y podría abrir una puerta enorme en el marco de la causa que investiga el atentado a Cristina Kirchner el pasado 1º de septiembre del 2022. El juicio que comenzó la semana pasada tiene en el banquillo de los acusados a Fernando Sabag Montiel, Gabriel Carrizo y Brenda Uliarte, aunque la defensa de la exmandataria pide ivnestigar el vínculo de Milman: alcanza con recordar que un testigo aportó en la causa que escuchó al propio Milman —exmano derecha de Patricia Bullrich en Seguridad en la gestión Macri— decir que cuando mataran a la entonces vicepresidenta él estaría camino a la costa.

Pero la fiscalía se niega a investigar qué pasó con los celulares de Milman y sus secretarias, que fueron borrados —según declaró bajo juramento una de las propias asesoras del funcionario— en una oficina del Instituto de Estudios Estratégicos de Seguridad (IEES), una organización que, para colmo, presidía Patricia Bullrich. Siempre los mismos nombres en este entramado.

Al explicar las insólitas excusas, Aldazabal dijo por la 750 que “en mayo del año pasado, una de las asesoras de Milman se presentó en la causa". "Bajo juramento declaró que luego de que se enteraran de que la querella había pedido el secuestro de los celulares, la habían llevado a una oficina en que estaba Milman, un perito y un abogado asesorando por teléfono y habían borrado los celulares”, indicó.

La secretaria contó “con lujo de detalle y su relato era consistente con lo que había pasado en la causa”. Por eso, ya en ese momento, la defensa había iniciado el pedido para que se investigue esta situación. El pedido se refuerza incluso ahora, casi dos años después del intento de magnicidio.

“Ahora insistimos con la medida y el fiscal nos dice que no se puede porque no hay elementos suficientes para investigar lo que sucedió porque del análisis de los celulares que se secuestraron no surgió nada relevante con el atentado. Y justamente no surgió nada porque ella misma denunció que lo borraron”, explicó.

Pero el tema sigue: “Hay un segundo argumento que es peor. Después de todo esto, también se ordenó el secuestro de un celular de Milman. Generalmente, no se avisa a la persona. La jueza, en vez, le notificó a Milman que le iba a secuestrar el celular. Y él entregó el teléfono, lo que no tiene ningún valor”.

Era un celular que ni siquiera había salido a la venta al momento del atentado, no dio la clave de desbloqueo y no se puede desbloquear con la tecnología actual. Lo peor de todo es que ahora el fiscal dice que no pueden investigar este borrado de celulares porque primero quiere esperar a ver qué hay en el celular que aportó Milman, pero él mismo dijo que es un celular posterior”, finalizó.