Cómo se debate la disputa territorial cuando es nuestra propia ansia la que plantea el conflicto. Un archipiélago contenido por la gran materia: el impulso de estar vivos. Cómo moverse en el imperio de la individualidad, cuando la conquista esconde sumisión y los descubrimientos geográficos sólo se tienen en cuenta a la hora de corromper algoritmos. Las conexiones no siempre son aparentes y las distancias casuales. En el momento de la entrevista, las tres integrantes de Isla Mujeres se alojan en diferentes ventanas, cada una desde su esfera. Amparo Torres (guitarrista) con un usuario ajeno, cantando mientras se conectan todos los invitados de la reunión; Faustina Sagasti (baterista) con sus anteojos clásicos, y Elena Radiciotti (bajista) desde un bar, con tintineos de tazas que por momentos querrán pasar por respuestas. Este viernes 5/7, las platenses sí estarán físicamente juntas en Niceto Club, para presentar su cuarto disco, Barato ideal.

  • Resulta ridículo que aún haya una exigencia por ubicar a bandas y artistas en determinado género musical. ¿Qué vínculo tienen con eso? ¿Lo tienen en cuenta al componer?
  • Amparo: Al componer no nos importa tanto, pero creo que entramos dentro de un género amplio que es la canción pop-rock. Es un lenguaje en común que tenemos para referirnos a la música en general. Sirve, pero es cierto que también determina mucho. En ese sentido, creo que rompemos bastante y se puede ver esa diversidad en los distintos discos. Incluso en éste, donde la última canción es radicalmente distinta al resto, es una bossa nova y no tiene nada que ver con lo demás, y a su vez sí. Esa diversidad es lo que nos caracteriza. Pero bueno, también hay ciertos límites: no somos una banda de cumbia… por ahora.

  • Pero quizás podrían hacer una canción que lo sea.
  • Amparo: Quizás buscamos a un percusionista que le guste la cumbia y nos metemos en ésa. Pero no es que decimos "Queremos hacer un tipo de canción determinada". El disco anterior es mucho más pop, tiene sonidos más sintéticos, y éste no.

Entre Correr adentro (2022) y Barato ideal (2024) hay una distancia más que temporal. El primero ofrece un ambiente hermético, donde por momentos el aire no abunda, y su título podría interpretarse como una clara metáfora de la ansiedad. Mientras que el más reciente consigue destruir esa secuencia ermitaña, no sin perder consciencia del contexto. Es una nueva jugada donde lo sinuoso no depende de los propios pasos, no es un empezar de cero, sino un salir a la superficie y encontrarse con una realidad fragmentada. Un cambio de enfoque que se percibe tanto en el sonido de la banda como en los colores de las portadas.

"Correr adentro es más sobrio, estamos como saliendo de un pantano. Tiene mucho de ese ensimismamiento, de chocarte con vos misma, de hablarle a las paredes, que tuvo mucho que ver con el contexto de la pandemia. Mientras que Barato ideal es como una larga sobremesa, pensada desde el encuentro", desarrolla Amparo. Y Faustina asiente: "Correr adentro tiene que ver con algo laberíntico, de muchos caminos que se entrecruzan, dar vueltas sobre algo. A Barato ideal lo siento más derecho, no tan zigzagueante, va de una, hacia un lado. Esa diferencia es más clara en estos discos".

Por encima de la imagen, están el sonido y las palabras que las Isla Mujeres construyen. A la ambición erótica cuasi caníbal que encanta en Esta noche demandando "tenerlo todo ya" desde el álbum anterior, en este nuevo disco esa fiesta contiene vasos con bebida tibia, los festejos se suceden a fuerza de intenciones reales (y siempre colectivas). Barato ideal se relame con las sobras de un banquete donde al ritmo del humo lo fue dictando la carga de las anécdotas. Un cenicero que se carga, el vaho que nos diferencia de los bots y un ticket para contaminar el clima. En Disimular dicen: "En este mundo solitario/no hay nada mío todo es prestado".

  • ¿Qué pasó con el sonido de la banda entre ambos discos?
  • Elena: Hay una cuestión de poder, del deseo de querer llevarse todo el mundo por delante. Y creo que Barato ideal es como una contracción de eso, es una experiencia más cruda y de límites que aparecen al chocarse con la realidad.
  • Amparo: Estamos en ésta, con algo realista y crudo pero con un sonido más clean. Por eso importa mucho la letra, importa mucho el relato. También son canciones pegadizas, cosas que nos encantan cuando componemos. Queríamos generar otra cosa con este disco.

  • ¿Cómo se llevan con la soledad?
  • Amparo: A mí me encanta, es un espacio de mucha producción a veces. Componemos bastante en soledad y después es algo que hacemos entre todas.
  • Elena: Es muy importante, es un espacio de crecimiento de cada una consigo misma.
  • Faustina: No lo veo como algo negativo, lo disfruto.
  • Amparo: Igual soy re inquieta, estoy sola y me pongo a cortar un pantalón, pongo música o me pongo a hablar sola. Estoy haciendo un estudio sociológico porque siento que los músicos solemos hablar más solos en nuestras casas. Creo que hay algo de la voz, viste que cuando uno se pone a cantar también es una manera de decir no estás solo, estás con vos mismo, entonces te ponés a cantar una canción de cualquier artista.

  • En esta esquizofrénica realidad, con la hostilidad del mundo contemporáneo, las personas se comportan ya ni siquiera como islas, sino como mundos privados. ¿Ustedes tienen rituales a los que recurren?
  • Amparo: Creo que juntarnos a ensayar ya le da sentido a lo que hacemos. Hay algo de un lenguaje que nos une por fuera de la realidad. Obviamente que estamos dentro de un contexto, pero hace días que nos venimos juntando a ensayar. Hacer música es lo que le da sentido.
  • Elena: También la sensación de comunidad de los shows, o cuando se genera algo con la gente, quedarse contenta por algo que pasó en un ensayo, que te pareció estimulante, ahí me parece que aparece el sentido. Es algo pequeño a veces, como que estamos felices con poco en algún punto, pero es lo que más importa.

  • ¿Y dónde entra la fantasía?
  • Elena: Cuando pierdo el contacto con la fantasía me siento mal, me siento vacía.
  • Amparo: Tener una banda ya es una fantasía. Sacarse una foto… es todo una perfo que hacemos, a la que nos gusta jugar, es divertido.

  • ¿Cómo descubren música nueva?
  • Elena: Recibo muchas recomendaciones de amigues que son buenos navegando en Discogs, en plataformas, les gusta mucho descubrir cosas raras, entonces tengo mis pequeños dealers. También tengo mis cosas clásicas a las que vuelvo por confort, como Los Rodríguez o Babasónicos; son lugares emocionalmente seguros.
  • Amparo: escucho recomendaciones pero no hago un seguimiento después, siento que hay tanta música que un poco me apabulla. Me pongo algo y termino escuchando discos re viejos. Además escucho las bandas de nuestros amigos también, por una cuestión de comunidad y porque están re buenas.
  • Faustina: A mi viejo le encanta descubrir música y vivimos en la misma casa, así que también tenemos una escucha compartida.

  • ¿Qué planean para el próximo show?
  • Elena: Va a ser una fecha súper distinta, con muchos invitados, cositas locas. Vamos a reversionar el show divirtiéndonos: destruyendo las canciones y rearmándolas.
  • Faustina: Si bien es la presentación del nuevo álbum, va a tener sus condimentos nuevos y es completamente diferente a lo que veníamos haciendo.

A contramano de lo que podría creerse, las islas no son solitarias por elección. Su existencia es una reconversión de materia: restos volcánicos sumergidos en lo profundo del mar durante miles de años, mantenidas en reposo esperando el bautismo en la superficie. Del desecho a la fortaleza, un fuego que vuelve a nacer en condiciones desafiantes. Lo barato es obsoleto, lo ideal un consenso imposible. Al menos la música (y la de Isla Mujeres) acepta la misma forma: hay que resistir sin perder el fulgor.


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