Club Cero - 6 puntos 

Club Zero, Austria/Reino Unido/Alemania/Francia/Dinamarca/Otros, 2024 

Dirección: Jessica Hausner 

Guion: Géraldine Bajard y Jessica Hasuner 

Duración: 110 minutos 

Intérpretes: Mia Wasikowska, Luke Barker, Florence Baker, Ksenia Devriendt, Samuel Anderson, Sidse Knudsen, Amanda Lawrence. 

Estreno en salas.

Las últimas tres películas de la austríaca Jessica Hausner, incluyendo Club Cero, la más reciente, tuvieron su estreno mundial en las competencias más importantes del Festival de Cannes. De hecho, esta directora se ha convertido en un exponente clásico en la era moderna del festival. O al menos de una de sus búsquedas más visibles y sostenidas: la de un cine donde el impacto muchas veces importa más que las propias películas. Eso que alguna vez se llamó “épater le bourgeois”, pero que en el barrio se traducía como “espantar viejas copetudas”. Una tendencia que tiene su mayor emergente en la filmografía del cineasta sueco Ruben Östlund y su permanente pose de chico malo de clase alta.


Como ocurre con el trabajo de Östlund, el de Hausner se apoya en un formalismo virtuoso que resulta tan admirable como abrumador. Pero, al mismo tiempo, ambos adolecen de logorrea, un exceso discursivo que parece obligarlos a poner en palabras aquello que la suma de las acciones ya dejó claro. Estas características son esenciales en el desarrollo de Club Cero, cuya historia transcurre dentro de una moderna escuela de élite, en algún lugar indeterminado de Europa. Una falta de especificidad que permite proyectar su fábula -en el sentido más moralista del término- sobre cualquier sociedad occidental, aun cuando el viejo continente resulte el escenario más apropiado.

La señorita Novak es profesora de Alimentación Consciente, una materia extracurricular que se presenta como una herramienta para mejorar las habilidades nutricionales de los alumnos. La docente no tarda en generar un vínculo estrecho con algunos de ellos, que comienzan a seguir sus indicaciones con fanatismo dogmático, dejando en un lugar incómodo a aquellos que eligen un acercamiento más crítico a los contenidos propuestos. Esa configuración le permite a Hausner exponer, por vía de la sátira y el sarcasmo, la tendencia actual a cuestionar conocimientos científicos asentados, a partir de discursos pseudo científicos que promueven aberraciones lógicas, físicas o biológicas.

“La gente se asusta cuando cuestionas su verdad”, dice la señorita Novak, interpretada con frialdad por la autraliana Mia Wasikowska, cuya amarillenta languidez resulta perfecta para el personaje. Apelando al espíritu de las paranoicas películas de sectas de los años ‘70, Hausner mete en la misma bolsa distintas clases de progresismo, ecologismo, anticapitalismo o luchas de clase para reírse de todo, en un menjunje crítico que se va volviendo más obvio cuanto más provocador. Incluso el puntilloso diseño estético que puede resultar admirable, apropiado para el relato, también se va tornando empalagoso a medida que la forma se impone al fondo. Como un círculo vicioso, Club Cero acaba quedando demasiado cerca de lo que critica.