Vivimos por estos días una especie de escena post-crédito de una película que tuvo sus dramatismos y, sin embargo, terminó increíblemente bien: ya nos dieron todo y, aún así, el idilio nacional sigue bailando su alegre minué. El momento extático se hizo desear pero la Selección Argentina le regaló al país una nueva estrella -no, no dejamos de festejarla un carajo- y, ahora, por si fuera poco, viene marcando su paso firme en la Copa América 2024 y liderando las Eliminatorias para México/Estados Unidos/Canadá 2026.

Y entre ese staff, en el menú de galácticos, uno de los máximos referentes del deporte global: Lionel Messi, el que se codea con poquitos -Diego, Jordan, Pelé, Federer, Woods, Serena, Alí, Fangio, una mesa en la que no se sientan muchos más- y al que ya le toca abroquelarse definitivamente en la categoría de "pop": acaba de convertirse en protagonista de un manga y su jeta inspira un spokon.

Acaba de salir Pulga, la adaptación épica en estilo japo de la vida del (10) argentino. "Ya nos dio la alegría más grande", alivia el dibujante Lea Caballero cuando piensa en el capitán albiceleste. "Tengo las tres estrellas, mirá", señala el guionista Luciano Saracino, que no se baja de los festejos por la tercera y ya gritó "campeón mundial".

La historia cuenta que un editor de Editorial Planeta llamó a Caballero para ofrecerle hacer un "manga de Messi para la Copa América" y que Lea reconoció "que sólo no podía, que tenía que hacerlo junto a Saracino". El guionista venía de sacar Quiero ser campeón mundial, y juntos habían trabajado las páginas comiqueras de La Tercera, el libro de Gastón Edul y Alejandro Wall. Entonces, con todo el cosmos de La Scaloneta encima, se mandaron en septiembre 2023 a gestar un shōnen deportivo con Messi como protagonista.

Demográficamente, Pulga es un shōnen, ya que luce como para audiencias jóvenes; y espiritualmente es un spokon biográfico, un manga deportivo sobre una figura de relevancia global. "Lo primero que quiero es que me lean los chicos", reconoce Saracino. "Esa es mi militancia -sigue- ya que los pibes van a venir buscando fútbol. Es una puerta espectacular para ellos. Más si les gusta la acción."

En sí, el libro comprime la épica de Los Caballeros del Zodiaco y la estampa de Los Súper Campeones con algunos de los devenires deportivos de Leo, y zigzaguea en cómo esa cosita chiquitita -la Pulga- se convirtió en el más grande de la historia. "Los adultos lloran con viñetas específicas", reconoce Saracino. Como cuando, sobre el final, Leo revuelve nombres y figuras que lo fueron volviendo quien es: desde su abuelita, pasando por José Pekerman y sus compañeros de mundiales anteriores, hasta el mismísimo Diego Armando Maradona.

"Probablemente, para muchos este sea el primer manga de su vida", aventura el dibujante. Y enseguida se monta el guionista: "Este libro va a ser el primero de un montón de nenes y nenas". Por eso, ya se divisa que Pulga es muchos libros en uno, que se expande en sus batallas, que se sensibiliza con la parentela y que conecta con esa nena que, al comienzo, mientras está por arrancar la final contra Francia, le chanta en la cara aquel "Sí, todo el mundo sabe cómo te llamás".

Y, de paso, Pulga no se pone rigurosa como una biografía dibujada, sino que encuentra sus mejores momentos cuando -justamente- conecta con la emoción. "Soy público de manga y con los dibujos intenté resaltar el momento de la emotividad. Es difícil el desafío. Mi obra favorita es Dragon Ball, y una cosa es leerla a los 8, otra a los 15, otra a los 30. El que cambió fuiste vos. Espero que el chico se quede con las armaduras y poderes. El adolescente con la parte de los sentimientos. Y los adultos con las frustraciones y la recompensa del final", explica Caballero.

Con poca voz en off y un relato que avanza a ritmo trepidante, Pulga bombea sangre ganando musculatura sobre algunos de los puntos cúlmines de la carrera profesional de Leo Messi y en la historia -e histeria- de todo un país -¿un planeta?- que esperaba verlo levantando esa Copa, esa bendita y anhelada Copa. "Me ponía triste pensar que se iba a retirar sin haber podido levantar la gloria máxima", tira Caballero.

"El amor siempre da revancha. Yo creía que el amor de mi vida se había terminado con el retiro de Maradona. Pensé que iba a seguir sin magia. Y cuando apareció Leo, sólo deseaba que se divierta. No lo podía creer. Volví a enamorarme. Pude verlo desde cero. Espero que mi hija en 10 años vuelva a sentir este amor que yo siento por Leo", sacude Saracino.

¿Habrá más mangas de Messi? "Si se vende bien, puede ser el primero de varios", se entusiasma Saracino, que tiene todas las ganas de continuar Pulga y convertirlo en una saga (los años de La Masía, los de Rosario, los de Barcelona, los de la Selección, etcétera). Y, de cebado, reconoce que ya tienen unos 10 libritos boceteados. "Depende de las veeentas", cantan a coro, bajándose las exigencias.

Mientras tanto, Pulga se posiciona alto en el podio de los más vendidos por sobre el resto de los libros de La Scaloneta y tiene el curioso mérito de ser, por un lado, el primer manga de Messi y, por otro, de convertirse en el primer manga deportivo argentino de factura mainstream. Algunos antecedentes bien pero bien underground: F1 2014, manga de fórmula 1 de Fernando Biz, y Mandale aire, de Butoski, dedicado al… ¡air tejo!

Sobre la espalda de Saracino, la friolera suma de 118 libros publicados. Además, viene de ganar dos premios ALIJA (Asociación de Literatura Infantil y Juvenil Argentina) con Una historia de verdad y Waterson, y de laburar durante años para Paka Paka creando todo tipo de personajes. También guionó la serie Germán, últimas viñetas y el film Los ojos del abismo, dirigido por Daniel de la Vega, sobre una historia de fantasmas ambientada en las Islas Malvinas. "Ah, y poné que soy de Argentinos."

Por su parte, Caballero es creador de Yo Nen, co-creador de Capitán Barato y publica asiduamente en Boom Studios, en Estados Unidos. Metió mano en franquicias de alto nivel como Creed, Magic: The Gathering, Buffy the Vampire Slayer, Harley Quinn y otras. Y recibió una mención honorífica en el Silent Manga Audition, en Japón. "Ah, y poné que soy de Huracán."

Con Pulga, los autores sueñan e insisten con llegarles a los pibes. "Y que lo lea mucha gente", desea Lea, que ya se siente ganadísimo. "Queremos inocularle el amor por la lectura a los chicos. Si entra por esta puerta, ganamos por goleada", cierra Saracino.

Desde la portada, con Messi corriendo, con la pelota rodando, la aventura se viene encima del lector. Y, de este lado del manga, en la vida real, Leo sigue haciendo todo lo extraordinario que le pedimos a un animé y, bajo ese envión fulgurante, provoca que Yōichi Takahashi y sus Los Súper Campeones se queden pasmados mirándolo gagá y pensando "Upa, pensábamos que estábamos haciendo una ficción".


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