"Qué rico que está esto y que complicado que está el país", le dijo un empresario de altísimo rango a uno de los funcionarios de Javier Milei que llegaron al Palacio Bosch para celebrar, 48 horas antes de la fecha, el día de la independencia de los Estados Unidos. El catering era, según los que frecuentan eventos de alto nivel, el mejor y más caro del país. Lo elabora la firma EAT, cuyo dueño es un cocinero que supo preparar platos para estrellas de rock cono Sting y sabe moverse en eventos del poder económico y político. Entre canapés con banderas estadounidenses, vino y champagne, el funcionario libertario le respondió al empresario, en un tono jocoso que no aplica al contexto actual, su inquietud por la situación económica y política: "You don´t see it", le expresó, una especie del "no la ven" presidencial, pero en un inglés literal y algo rudimentario

Mientras esa charla se daba, por los pasillos circulaban el presidente de Diputados, el libertario Martín Menem; el jefe de Gabinete, Guillermo Francos; muy cerca de él su antecesor, Nicolás Posse; siempre activo el legislador porteño Ramiro Marra; el vocero Manuel Adorni y hasta el diputado Bertie Benegas Lynch. Muchos de ellos, según contaron fuentes del evento, muy interesados en interactuar y sacarse fotos con la inesperada estrella del mitín "yanqui": Guillermo Coppola, el ex representante de Diego Maradona que fue invitado especial y se llevó todas las miradas. De paso, los que cruzaron palabras con él aseguran que le gustan algunas cosas de Milei, pero que ve que la calle "no se mueve". 

También caminaron los pasillos, el salón central y las carpas instaladas en el jardín trasero el radical Martín Lousteau y mucho dirigente del PRO, entre ellos Cristian Ritondo y el alcalde porteño, Jorge Macri. Uno de los más convocantes entre los ceos fue Eduardo Elsztain, amigo de Milei y dueño de IRSA, quien con moderado optismismo habló de un "rumbo correcto" del Gobierno. Todos interactuando con el dueño de casa, Marc Stanley, que arrancó el evento con una frase curiosa: "no elegimos a sus líderes, pero trabajamos con ellos". El embajador es un personaje particular, pero la frase no cayó del todo simpática en los funcionarios locales. 

Falatazo de Caputo y cia

En este contexto, la inquietud empresaria planteaba varios escenarios, que se sintetizan en una alarma por la incertidumbre de la salida del cepo, en qué hará el gobierno con el dólar y una posible devaluación y, sobre todo, algo que cada vez se conversa más en el Círculo Rojo. "Está muy agresivo el Presidente", contó a Página I12 una de las mujeres ceo que estuvieron en la embajada estadounidense y que se preocupa como todo el establishment. 

Justo el martes, día que se dio el cóctel, los mercados terminaron incendiados por las idas y vueltas del equipo económico. No por casualidad, pegaron el faltazo Luis Caputo, el ministro de Economía, y Federico Sturzenegger, el asesor estrella que demora su ingreso al Gobierno pero cuya designación futura sacude estanterías. 

"Federico no quiere a los empresarios, si se va Caputo y asume él, es la destrucción de la clase empresaria y también va contra los sindicatos", se adelantó un gerente de una multinacional que fue parte del convite. Hubo además presencia de economistas, entre ellos la reaparición del ex BCRA Miguel Pesce y el ex ministro PRO Nicolás Dujovne. Hablando de economistas, muchos de los diagnósticos empresarios que se hicieron allí tienen que ver con las asesorías de dos economistas que hoy son una fija en la consulta de los ceos. 

La referencia es para Martín Redrado, ex BCRA; y Ricardo Arriazu. Este último es el más afín al presidente, pero observa luces amarillas. Redrado, siempre cauteloso, observa problemas operativos en la gestión económica. Los mismos problemas que hoy inquietan al establishment nacional.