En la época donde el consumo es generalizado y las explicaciones socio-psicológicas florecen, el sentido dado al consumo obtura la posibilidad de interrogarnos acerca del modo singular en que cada uno usa del tóxico. Nos interrogamos acerca de qué función cumple ese uso en la economía de los goces de quien llega a consulta.

Frente a las diversas políticas que se establecen desde los organismos de la salud pública y los diversos programas destinados a las adicciones en las instituciones privadas, con sus intentos de regulación, los analistas de la orientación lacaniana apostamos a sostener, aún en los casos más graves, una orientación dada por el síntoma.

Esto no significa que no nos interese reducir el daño e incidir en lo mortífero del consumo desmedido de sustancias, ya que sabemos conduce en muchos casos tanto a la muerte real como subjetiva. La cuestión es cómo orientarnos por el síntoma en tanto invención singular de cada sujeto frente a lo inefable de la existencia. Entendemos el síntoma como una solución, un arreglo frente al goce, frente a la insistencia de un goce en tanto padecimiento que insiste de manera iterativa, que toma diversas formas para cada uno.

¿Cómo afrontar el malestar inherente a la existencia misma y sus avatares? El consumo de sustancias ha sido una de las formas de solución de esos padecimientos, una formula efectiva, pero a la vez mortífera si no encuentra un freno. Pasar entonces, de sólo considerar el consumo a considerar el uso del tóxico y el lugar que ese uso tiene para el ser que habla. Esto nos permite orientar nuestra práctica, no en torno al consumo, sino a dirigirnos a sujeto que consume y a la función singular que comporta ese consumo.

Es decir, apostar al ser hablante en tanto tal y a sus invenciones, a los arreglos sintomáticos que le permiten afrontar o no la vida, los recursos con los que cuenta, más allá del consumo. Una apuesta a alojar un decir sobre su padecimiento que queda en muchas ocasiones doblemente elidido, por el tóxico y además por los efectores que tienden a ejercer un poder frente a ese padecimiento.

Esta orientación es la que queremos intentar abordar en el Curso de este año. Como dijo Lacan “la impotencia en sostener auténticamente una praxis, se reduce como es corriente en la historia de los hombres, al ejercicio de un poder”. Este enunciado cobra todo su valor frente a otras propuestas represivas y alienantes. Nos interpela a nosotros mismos ya que no estamos exentos en nuestra práctica de tomar esa deriva. ¿Cómo no caer en la impotencia ante los consumos desmedidos y la recaída sistemática en el transcurso del tratamiento?

El psicoanálisis nos enseña que no hay una solución todista, que la apuesta es al trabajo del síntoma, un trabajo que implica ubicar la dimensión de equivocación que la solución todista comporta. Entendiendo que el deseo del analista y su acto sostienen una práctica cuyo medio es la palabra, aún allí donde la solución contundente del tóxico intenta acallar todo decir.

¿Entonces como situar el consumo si no tenemos las coordenadas de los arreglos singulares de quien consulta? ¿Qué suple o intenta atemperar el consumo en cada caso? ¿Cómo ubicar los efectos del consumo? Tanto por la vía del “animarse a” o la vía del “evitar lo insoportable”. ¿Cuál es el punto en que esa vía deviene imparable?

Para el psicoanálisis estas preguntas no son posibles sin el encuentro con el analista, sin el trabajo de la palabra y el emplazamiento de la transferencia como medio. Una brújula entonces en medio de tantos interrogantes, el síntoma y el trabajo bajo transferencia, herramientas que nos orientan y que intentaremos desplegar en nuestros encuentros.

El Curso constará de cuatro clases en que se trabajarán estos interrogantes, apostando a la conversación como forma de elaboración de saber sobre nuestra práctica. La clase inaugural será el 26 de julio de 18 a 20 en la que estará presenta la psicoanalista Gloria Aksman integrante de TyA Nacional y Miembro de la EOL y AMP, conversando con quien suscribe la presente. En Maipú 1050, sede de Gobierno de la UNR.

 

*Asesora TyA Rosario. Miembro EOL Sección Rosario y de la AMP.