La Universidad Nacional de Salta (UNSa) inauguró un aula para las mujeres privadas de la libertad en la Unidad Carcelaria Nº 4, ubicada en Villa Las Rosas, en la ciudad de Salta. En la actualidad hay cinco estudiantes de la carrera de Comunicación.

El aula se inauguró el viernes último y será un espacio educativo para que las detenidas puedan estudiar. La dificultad de la falta de un lugar adecuado para que pudieran tomar clases o realizar sus tareas académicas venía siendo evidenciada en los últimos años por docentes de la UNSa que se desempeñan en contextos de encierro.

La licenciatura en Ciencias de la Comunicación es la única oferta académica que tiene la universidad hasta el momento en la cárcel. 

El coordinador del Programa Educación en Cárceles, dependiente de la Secretaría Académica del Rectorado, y docente de la Carrera de Comunicación, Miguel Rosales, destacó la importancia pedagógica de contar con un aula. "Es la Universidad la que va a tener un espacio específico en la unidad carcelaria. Nosotros veníamos dando tutorías, toda la actividad académica, en espacios informales como la parroquia, en el hall o a veces en la sala de manualidades. Al tener un espacio físico para la Universidad, las estudiantes van a poder desarrollar su instancia de cursado", dijo a Salta/12.

Rosales describió el contexto carcelario y señaló que "existe mucha contaminación sonora por los ruidos", por ello también un aula propia ayudará en el proceso de enseñanza y aprendizaje. "Vamos a equipar (el lugar) con computadoras. La radio de la UNSa me donó una consola y un micrófono, la idea es armar un pequeño estudio de grabación ahí para que hagan las prácticas de radio, podcast o algún programa para retransmitir en la Radio Universidad. Las chicas están muy motivadas con el espacio", contó.

El docente también señaló que las condiciones de prisionalización en la provincia "son bastante precarias", "hoy fue noticia que se inauguró un tinglado, una cancha de básquet, se han hecho algunas reformas y se produjeron algunas modificaciones para que tengan un espacio recreativo", dijo además. 

"Hay mujeres privadas de la libertad que tienen a sus niños chiquitos hasta los 3 o 4 años. Que un niño esté en condiciones de cárcel es muy triste", mencionó al situar la problemática carcelaria en la unidad de mujeres. Dijo que dos estudiantes que son madres criaron a sus hijos en la prisión hasta los 4 años de edad y ahora están extramuros con sus familiares, porque pasado ese tiempo no pueden permanecer más en el penal.

Consultado por lo que ofrece la carrera de comunicación a las internas, pese a que no es la que más salida laboral tiene, Rosales señaló: "siempre una carrera universitaria es un nuevo comienzo para las personas que logran de vuelta su libertad, haber pasado por la universidad y que la universidad esté dentro de la unidad carcelaria, sobretodo la carrera de comunicación, es una herramienta que les va a servir a ellas para poder enfrentar la vida, más allá de que consigan o no un trabajo específico dentro de lo que sería la carrera en sí misma".

Rosales señaló que están tratando de gestionar que la carrera de comunicación tenga el título intermedio de tecnicatura. Esa es una demanda estudiantil al igual que la necesidad de que se abra el profesorado de comunicación, como en otras universidades del país, lo que ampliaría el campo de ocupación y facilitaría la inserción laboral.

El docente destacó "el trabajo colectivo de facilitar la educación universitaria" que realizan en un equipo integrado por profesionales de comunicación, antropología y educación, que conforman la Comisión de Educación en Contexto de Privación de Libertad. "Trabajamos colectivamente ingresando a las unidades de la provincia y dando tutorías virtuales en las unidades federales de Güemes y Cerrillos", contó.

El disciplinamiento a las presas

El 2 de diciembre de 1987 se inauguró el actual edificio de la Unidad Carcelaria Nº 4 de Mujeres (UC N°4), en el sector norte del Complejo Penitenciario de Villa Las Rosas.

Antes, la Cárcel de Mujeres tenía su sede en el Hogar Buen Pastor y estaba bajo la tutela de la Congregación de Nuestra Señora de la Caridad del Buen Pastor, con personal penitenciario a cargo de la seguridad externa. La casa del Buen Pastor se ubicaba en un terreno cedido por el gobierno salteño a una Sociedad de Beneficencia en la exquinta Agronómica, y fue creada en 1864. Esta sociedad conformada por mujeres de la aristocracia salteña pidió al Estado no solo que le cediera el terreno para la construcción de la considerada la primera cárcel de mujeres de Salta, sino también una comitiva de “Hermanas de la Caridad” para que las ayudaran con la “regeneración moral de las personas extraviadas”. La profesora de historia Luz del Sol Sánchez indaga acerca de esta cárcel y su principal objetivo: la supuesta rehabilitación de mujeres que habían cometido algún delito o que habían “faltado a la moral, y la domesticación de los cuerpos a partir del encierro”.

Según menciona la historiadora, las mujeres eran controladas en base a reglamentos y edictos de la policía, la Ley de conchabo (sistema de control que le aseguraba a los grupos dominantes mano de obra barata y permanente) y otras normas de disciplinamiento que dictaban los roles femeninos y el ideal de mujer. En Salta, los dispositivos de encierro funcionan todavía según la distinción sexo – género.

La Unidad penal de mujeres se encuentra adicionada al edificio de la cárcel de varones en Villa Las Rosas. El sector femenino puede alojar a 90 personas, sin embargo, como el resto de instituciones penitenciarias de la provincia, también se encuentra excedido en su capacidad y las instalaciones y condiciones de detención tampoco son las adecuadas, según viene señalando el Comité Provincial de Prevención de la Tortura. La UC 4 tiene 4 pabellones, uno es de madres que viven con sus hijos e hijas.