El vino y el champagne continuarán exentos de impuestos. Luego de varios días de negociaciones, el Gobierno nacional confirmó que dejará sin efecto la intención de incluirlos con una alícuota de 10 y 17 por ciento, como se preveía en el proyecto de reforma fiscal que el Poder Ejecutivo presentará la próxima semana en el Congreso. Tampoco se propondrá el aumento a 17 por ciento del gravamen para la cerveza, el cual se mantendrá en 8 por ciento. “Acabo de terminar una reunión privada con el Presidente, quien me confirmó que el vino y el champagne no van a tener impuestos internos”, había adelantado el gobernador de Mendoza, Alfredo Cornejo, en su cuenta de Twitter antes de que el funcionario aliado de Cambiemos participara de una reunión con otros mandatarios provinciales. El Gobierno confirmó luego en un comunicado la decisión de dar marcha con este impuesto, aunque se mantendrá para gaseosas azucaradas.
El proyecto de reforma tributaria que había anticipado el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, contiene reducciones graduales para las cargas patronales y Ganancias, mientras que compensa recursos con aumentos en impuestos que recaen en el bolsillo de los consumidores. La iniciativa oficial incluía en el caso de la cerveza pasar de un 8 a un 17 por ciento de alícuota. En espumantes, que actualmente están exentos, comenzarían con una impuesto también del 17 por ciento y los vinos y sidras, un impuesto interno de 10 por ciento. Estas subas finalmente no serán aplicadas. En cambio, para whisky, coñac y otras bebidas blancas se mantiene el incremento, al pasar el impuesto del 20 por ciento actual al 29.
Por su parte, las gaseosas azucaradas pasan de estar gravadas entre 4 y 8 por ciento a 17 por ciento sólo cuando tengan añadida azúcar natural; es decir que quedan exentas las endulzadas con edulcorantes artificiales (por ejemplo las gaseosas light o cero).
Pese a que Dujovne no había participado de la reunión y su par de Producción, Francisco Cabrera, no les dio precisiones, los productores vitivinícolas se habían ido con el rumor de que su reclamo sería atendido por el Gobierno. Los bodegueros habían planteado que cualquier impuesto que se cobrara sobre vinos y espumantes, teniendo en cuenta la actual situación que atraviesa el sector, terminaría por dañar esta economía regional. La actividad podía perder unos 150 millones de pesos al quedar vigente plenamente el impuesto del 10 por ciento, según las cifras presentadas anteayer por las cámaras vitivinícolas.
Los productores remarcaron en la reunión con Cabrera las diferencias que existen entre la producción vitivinícola y otras actividades gravadas, como la cervecera o bebidas gaseosas. También remarcaron que quedaban en riesgo 80 mil puestos de trabajo y 20 mil productores.
Cornejo se reunió ayer finalmente con Mauricio Macri, antes del encuentro del mandatario con los gobernadores. Allí el radical mendocino se llevó la primicia de que el Gobierno daría marcha atrás con el impuesto interno a vinos y espumantes y no aumentaría la alícuota a la cerveza. “Acabo de tener una reunión con el presidente. Me ha confirmado que el impuesto al vino no va al Congreso”, reiteró Cornejo al salir de la reunión en la Casa Rosada. La había adelantado más temprano por redes sociales.
Tras la reunión de Macri y sus ministros con los gobernadores, Dujovne y el ministro de Interior, Rogelio Frigerio, ofrecieron una conferencia de prensa donde también ratificaron la marcha atrás, “al detectar que había algunos nuevos impuestos que afectaban a determinadas actividades económicas, como la del vino y los espumantes”. “Nuestros proyectos han sido enriquecidos por el diálogo y la búsqueda de consensos, e incluso el aporte de otras fuerzas políticas. Y esta no va a ser la excepción”, sumó Frigerio. Pese a que los fundamentos son otros, esta decisión impactó en la de la cerveza, sobre la que no habrá aumento en las alícuotas. Según señalaron desde el Gobierno, si ambas bebidas son sustitutivas un precio menor del vino trasladaría parte de la demanda de cerveza hacia productos bodegueros. Para evitar así una guerra de precios entre las dos industrias tampoco habrá cambios en cerveza.