El 5 de octubre de 1916, es asesinado en Rosario el presidente de la Federación Agraria Argentina (FAA), Dr. Francisco Netri. El autor material del hecho conocía al dedillo su rutina: lo esperó en la esquina de Entre Ríos y Urquiza, y a plena luz del día, en pleno centro, en una hora pico (1.00 PM) y a la vista de todo el mundo, le descerrajó el balazo mortal. El homicida se le apareó unos metros, comenzó a reclamarle una deuda inexistente y sin más, lo mató. Una vez que finiquitó “el mandado”, exclamó con indignación: “Hombres de esta clase no hacen falta para nada.”
El asesino fue inmediatamente detenido e identificado como Carlos Ocampo; era un ex empleado de la FAA de 23 años, desocupado, sin profesión conocida, con una disminución física que le impedía correr. El Dr. Netri, para ayudarlo, le había dado trabajo como cuidador de su casa particular.
El 16 de octubre el diario La Capital publicó los recibos firmados por Ocampo, que demuestran que ni Netri ni la FAA le debían un peso al occiso. La deuda fue la cortina de humo para instalar el crimen como un incidente policial, sin connotaciones políticas. El objetivo era proteger a sus autores intelectuales. Esta versión fue esparcida profusamente por los “diarios ricos” como se le decía por entonces a la prensa hegemónica. Ocampo era un lumpen desclasado, al igual que Sabag Montiel, el que intentó asesinar al CFK.
En ambos casos, a pesar de que media una distancia de más de 100 años, el perol de odio social lo prepararon los medios masivos de comunicación. Sus víctimas, cocidas a fuego lento, fueron transformadas en verdaderos blancos móviles. Emma Resasco, la viuda de Netri, describe con increíble actualidad el clima de odio con que la burguesía fenicia rosarina castigó a su marido:“Ocampo quiere aparecer como vengador.” Y agrega: “Por eso nos manifiesta que al empuñar el arma y al ir a descargarla a boca de jarro le gritó a la víctima:‘Doctor, usted no es digno de pisar esta tierra’. De todas las injusticias con que la perversidad ajena se ha ensañado en contra de mi compañero de vida, ninguna más irritante, más infame que la que se insinúa en esos términos(...) lo que a mi esposo le gritó Ocampo minutos antes de darle muerte, se lo había gritado muchas veces la jauría.” (Antonio Decidue, archivo FAA) (Igual que Los Copitos. El equivalente al contemporáneo “Andate a Cuba o Venezuela”).
¿Cuál era la jauría que preparaba el clima? Nos lo dice el diario La Tierra, el 13 de abril 1913: “Cierta prensa y algunos anónimos que circulaban por Rosario incitan a la juventud argentina a atentar contra la vida del Dr Netri” y sigue: “No hemos de desmayar ante la consecuencias del atentado que con la complicidad de cierta prensa puedan perpetrar las autoridades. (...) ya pueden lapidarnos en la calle.” concluye, pre anunciando lo que vendría.
Es tan grande la analogía entre el crimen de Netri y el intento de magnicidio a CFK que es muy difícil abstraerse de la tentación de cotejar ambos hechos. Los móviles políticos de uno y otro, son harto evidentes. Los protagonistas acometen seriamente contra los intereses económicos de la derecha. Hubo en los dos casos, dinero espurio en la preparación de los atentados, que proveyeron a los grupos concentrados; y los criminales recibieron protección judicial ostensible. Los asesinos actuaron a cara descubierta, a plena luz del día, con sensación de impunidad, como que estaban cumpliendo un cometido patriótico, que sería valorado por la sociedad, no condenado. La diferencia fue que en un caso la bala salió y en el otro no…100 años no son nada en la historia.
Veamos el caso de Netri y comparemos:
En su escrito al juez Jimenez Melo, el Dr Juan L. Ferrarotti -abogado de la viuda de Netri y de la FAA- dice: “En el lapso que ha mediado entre la fecha en que salió de FAA y el asesianto de Netri, el matador estuvo en Bs As, volvió Rosario muy bien vestido y cuando fue detenido por la policía el día del crimen tenía la suma de 128 $, dónde consiguió dinero para vivir vestir bien y vivir durante el tiempo que estuvo desocupado. Eso deberá averiguarlo la policía” (Antonio Decidue, escritos inéditos, pág, 568/569, archivo FAA). La cifra encontrada en el bolsillo del matador es relevante porque es una suma muy importante para la época y para un desocupado, que la hermana trabajadora doméstica no pudo haber proveído. Los Caputo de la vida vienen de lejos en la historia argentina.
En el escrito, Ferrarotti se pregunta: ¿Obró Ocampo por instinto propio o por sugestión ajena? Es una pregunta que me sale a punta de la pluma. en lo más recóndito de mi conciencia, ese interrogante me inquieta.” La misma pregunta que se hace hoy el Dr. Juan Manuel Ubeira, abogado de CFK. Es lo que ni la justicia de ayer ni la de hoy, quieren investigar: quién fue el responsable de la sugestión criminal? Concluye Decidue, citando al periodico El Deber: “Los deberes inconclusos de la justicia (…) Transcurren los días sin que se llegue al esclarecimiento de las causas que impulsaron a un delincuente a asesinar en forma alevosa al Dr. Francico Netri. Desde el primer momento, pusimos de manifiesto que existen sospechas de que el asesino fue instigado por otros sujetos a quienes interesaba el asesinato del malogrado director de la FAA” La sospecha se transformó en certeza, en los dos casos.
Las causas del intento de magnicidio a CFK están en la distribución del ingreso que propició mientras fue presidenta. En las estatizaciones de las AFJP, YPF y Aerolíneas. Pero no es menor ni ajeno en la conformación del clima de odio, la inquina que sembró la oligarquía sojera a partir del conflicto por los DEX. “El campo”, el interior profundo y conservador, es un gran insuflador de odio.
La derecha política urbanizó el léxico violento engendrado en el interior rural, lo hizo propio y lo usa desenfadadamente, integrándose a su discurso de campaña.
Netri, que era un moderado, también se cargó el odio de la burguesía rosarina, al propiciar la defensa de los arrendatarios chacareros. Era un modesto reclamo judicial que significaba revisar contratos de arrendamientos a la baja. Pero aquella prefiere hacer matar, antes de perder de 4 o 5 puntos de alquiler.
Un Ocampo, un Sabag Montiel son creados por los climas de época que generan las clases dominantes, donde lo rural marca pautas culturales; y más, cuando afectan sus cuentas bancarias. Ayer los medios operativos para atacar a los que luchan eran: prensa escrita, rumor y anónimos, hoy son prensa escrita, oral, televisiva, rumor y redes.
Las redes son la sofisticación tecnificada del siempre vigente chisme de barrio o pueblerino que gracias a esta tecnología, adquiere escala y velocidad. El núcleo de la disputa es el mismo, con Netri o CFK: cómo se distribuye la riqueza. Los métodos de la derecha para descalificar y atentar son iguales hace siglos: la calumnia, la injuria, la violencia, y la justicia para encubrir. Es así, más viejo que la espalda. La derecha, cuando le tocas el bolsillo, mata. En toda época y lugar, tan simple como eso.