En su editorial de La Mañana, el periodista y conductor Víctor Hugo Morales tomó como punto de partida la nota de Página 12 de José Luis Lanao y analizó cómo la sociedad argentina fue virando sus ideales hacia la derecha. 

El editorial de Víctor Hugo Morales

Hay una nota en Pagina de José Luis Lanao, brillante como siempre, que se titula "Los pibes nos están saliendo fachos”. Búsquenla, vale la pena.

La sociedad, en realidad, ha dado un respingo, una sacudida, un estremecimiento hacia la derecha. Los pibes y los grandes, los conservas tradicionales y muchos progresistas. Todos tienen algún pretexto para justificarse, porque saben que ser de derecha es aceptar un mundo desigual, insolidario, egoísta, sin Estado, con salud mal atendida y una educación que tiende a lo mínimo: que la gente aprenda a sumar y restar y se deje de embromar con otros sueños, porque a la Universidad no llegan.

Ser de derecha es mirar con simpatía al colonizador, tener el alma cipaya, hoy particularmente que es 4 de julio.

Pensar para qué querés soberanía, qué embroman con eso de la soberanía, qué me importa que Estados Unidos esté aquí y sea el que ordene lo que hay que hacer y el Fondo Monetario Internacional y todo eso, si igual yo dependo de mi trabajo. Son todos iguales, son todos ladrones, si igual a mí no me dan de comer los políticos.

Cuando dije respingo, en realidad pensé que la palabra es simpaticona, un respingo. No, no. Se trata de sociedades que saltan a un vacío moral, un sálvese quien pueda que justifica, por ejemplo, votar a Macri o a Milei, soportar a Bullrich y a Adorni, y todos los otros, porque estamos mal pero vamos a estar mejor, creo.

¿En qué? ¿Qué es lo que puede mejorar? En serio, ¿de qué hablan? ¿Con qué pactan en mayo, o en julio, o en diciembre? Por eso se animan a todo.

Los que ayer tiraron para atrás el tema de los jubilados: gobernadores, La Libertad Avanza, el PRO, los radicales. Jubilaciones afuera. O que esperen. Si es bueno para muchos, cuidado, debe ser malo para los pocos que ahora tienen el timón.

Así que le meterán fichas al himno de Estados Unidos este 4 de julio, irán a la embajada los que no pudieron ir el martes, besarán el dorso de las manos de los dueños de sus vidas y serán lo que cualquier película del siglo XVIII te muestra: un rey, un canciller, los cortesanos y los súbditos.