El Colegio Argentino de Cardioangiólogos Intervencionistas (CACI) anunció un paro de 48 horas para los días 13 y 14 de agosto. La medida busca visibilizar la grave crisis económica que atraviesa el sector y exigir respuestas concretas de las empresas de medicina prepaga, las obras sociales y el Gobierno nacional.
La sociedad médica de cardiólogos anunció una fuerte medida de fuerza, que será en principio de dos días, en los cuales no se colocarán stents ni se realizarán angioplastias en el país. "Nos vemos obligados a tomar esta medida extrema para proteger tanto a nuestros pacientes como a nuestra profesión", declaró el presidente del CACI, Juan Pérez.
Una especialidad en crisis
La situación de los cardiólogos intervencionistas llegó a un punto crítico y enfrentan una "tormenta perfecta", debido a los honorarios profesionales prácticamente inexistentes y al aumento exponencial del costo de los insumos. "Es imposible seguir trabajando en estas condiciones. Cada día, los insumos necesarios para realizar estos procedimientos se vuelven más costosos y escasos", señaló Pérez en declaraciones a la prensa.
El CACI estima que los stents y las angioplastias evitan la muerte de aproximadamente 200.000 personas al año en el país. "Si no se revierte esta situación, muchas vidas estarán en peligro. La demora en los tratamientos puede ser letal", añadió el profesional de la salud.
El costo de salvar vidas
Los costos de los insumos médicos aumentaron entre un 300% y un 500% en lo que va del año, mientras que los honorarios de los profesionales disminuyeron significativamente. Esta disparidad llevó a una demora en la realización de procedimientos críticos, poniendo en riesgo la vida de los pacientes. “Estamos llegando al punto en el que no podremos realizar estos procedimientos vitales. La salud de nuestra población está en juego”, afirmó el presidente del Colegio.
El problema no solo afecta a los pacientes, sino también a los profesionales. Los cardiólogos intervencionistas en el país ganan una fracción de lo que reciben sus colegas en países vecinos como Chile, Brasil, Bolivia y Paraguay. “Nos dedicamos a salvar vidas, pero nuestras condiciones laborales son cada vez más precarias. Es una situación insostenible”, expresó el Pérez.
La postura del Gobierno
La medida de fuerza también es una respuesta a la falta de acción por parte del Gobierno y las empresas de medicina prepaga. El presidente Javier Milei mostró un rechazo constante a proyectos de ley que implican un aumento del gasto público, incluyendo iniciativas vitales para el sector de la salud. En su momento, Milei y su bloque, La Libertad Avanza, se opusieron a la ampliación del Programa de Cardiopatías Congénitas, bajo el argumento de que implicaba más intervención del Estado y un aumento del gasto.
Un futuro incierto
El paro anunciado por el CACI refleja la desesperación de un sector al borde del colapso. La crisis económica y la falta de apoyo llevaron a una situación insostenible, poniendo en riesgo procedimientos vitales para la salud cardíaca. “No queremos dejar de atender a nuestros pacientes, pero necesitamos condiciones dignas para seguir salvando vidas”, sostuvo Pérez.
En la misma línea, añadió: "Este no es solo un problema de los cardiólogos, es un problema de todos los argentinos".