Martín Latorraca es médico y, desde diciembre de 2019, se desempeña como secretario de Salud del municipio de Morón, que conduce Lucas Ghi por segundo mandato consecutivo. Además, Latorraca es actualmente secretario ejecutivo del Consejo de Salud de la Provincia (CoSaPro), que cada mes de abril se reúne a evaluar y planificar las políticas públicas provinciales en la materia.

Fue, durante un año, en 2015, hasta la asunción de Mauricio Macri, director del Hospital Alejandro Posadas, ubicado en la localidad de El Palomar de ese municipio del oeste del conurbano, donde la semana pasada se dejaron de renovar 88 contratos, dejando a algunos servicios directamente inoperativos.

Ese recorrido, que integra de alguna manera los tres niveles del estado y la salud pública, le permite analizar tanto las consecuencias del modelo económico que implementa Javier Milei, como los recién anunciados despidos en el Posadas, desde una perspectiva sistémica.

En diálogo exclusivo con Buenos Aires/12, el funcionario explica distintos aspectos de la situación actual y presenta el colapso del sistema como un escenario posible a corto plazo. 

Mientras la Nación despide personal estratégico, la provincia continúa un plan de obras y reequipamiento en el hospital Güemes, el más importante de su competencia en el distrito, por un monto de 350 millones de pesos.  Este plan incluye nuevo mamógrafo, seriógrafo y un resonador.

"Esto es parte de la transformación del sistema de salud que estamos realizando para que en cada municipio los bonaerenses tengan una mejor atención con establecimientos más equipados y en condiciones", dijo Axel Kicillof este jueves al encabezar el acto que tuvo lugar en el partido.

El desafío del municipio consiste en reforzar el dispositivo local de salud en un contexto de incertidumbre, ya que la recaudación por tasas generales cayó siete puntos en los últimos tres meses. Si bien hubo un fenómeno similar durante el macrismo, una caída tan drástica sólo se registró en 2001.

--¿Cómo es la articulación entre la salud del municipio y el Posadas en estos últimos meses?

--En el Posadas estaban dejando de atender algunos servicios, ya desde antes de esta ola de despidos. El SAME tiene problemas para ingresar pacientes por guardia, especialmente en el área de salud mental. Durante algunas semanas dijeron que estaban saturados de pacientes, lo cual es una rareza. Obviamente nos preocupan mucho estos despidos, porque se empiezan a desarmar equipos muy específicos que sólo tienen ahí, por tratarse de un hospital de alta complejidad. Es muy reciente como para tener cifras, pero es un problema.

--¿Desde el punto de vista sanitario, los despidos tienen alguna lógica?

--Es el hospital de mayor complejidad de la zona. Hay muchas prácticas que sólo se realizan ahí, por eso acuden tantos pacientes de la región e inclusive de otras regiones. Ver que se achica justo cuando la población recurre más a la salud pública nos preocupa muchísimo. No sabemos en qué pensaban cuando tomaron estas decisiones, pero no hay ninguna lógica sanitaria detrás que justifique reducir el equipo de atención del Posadas, eso seguro.

--¿Qué medidas tomaron a nivel local, frente a esto?

--El municipio amplió el presupuesto de salud, pero la devaluación y la inflación impactaron duramente en los insumos, de manera que ese presupuesto quedó por detrás de la realidad. Vemos venir un problema más adelante, en provincia tienen una situación similar. Nuestra preocupación es cómo vamos a llegar a fin de año. Si bien es una época difícil para hacer cálculos por el factor estacional, vemos un gran aumento de demanda tanto en las guardias de los hospitales, tanto de adultos como pediátrico, como en los pedidos de turnos para especialistas. Todavía no lo tenemos cuantificado, pero muchos vecinos y vecinas, cada vez con mayor frecuencia, refieren que dejaron su servicio de medicina prepaga o perdieron la obra social por cambios en su trabajo y por eso acuden por primera vez al sistema público.

--¿Es generalizado? ¿Se observa lo mismo en todas partes?

--También nos preocupa la atención en las clínicas privadas, que atienden tanto prepagas y sindicales como IOMA y PAMI. Lo que te planteaba antes de la afectación de la inflación sobre los presupuestos, pasa exactamente igual en el sector privado, el panorama es muy complejo. También nos llegan pedidos de atención o de drogas de gente que tiene prepaga pero la misma empresa les cubre menos que antes o directamente no les cubre. Antes lo podían comprar con el descuento, ahora perdieron el descuento, no les alcanza y recurren a nosotros.Con el sistema al límite, como está hoy, la caída de cualquier actor generaría un colapso.

--¿Qué papel juega la provincia?

--Con gran esfuerzo, la provincia sigue entregando los insumos de los distintos programas. Hay algunas demoras, especialmente con lo que distribuye provincia pero proviene de nación. El caso más conocido son los oncológicos y las drogas de alto costo. Nadie las suspendió oficialmente, pero las revisiones causaron serias demoras. Como contracara de eso, la provincia anunció hace pocos días la ampliación del vademecum de drogas oncológicas, también amplió la entrega a los municipios de drogas de bajo costo para enfermedades crónicas.

--¿Qué puede ocurrir en el corto plazo?

--Cuando la demanda supera nuestra capacidad de atención empeora la calidad de la salud de la población. Se empiezan a retrasar las atenciones, o los pacientes directamente empiezan a alejarse porque ven que no reciben la atención necesaria. Si una cirugía o una atención por guardia se atrasa, si un medicamento no se entrega a tiempo, empeora la calidad de vida de los vecinos. Hoy todas las instituciones de salud estamos muy cerca de ese límite.