La información difundida esta semana acerca de la venta de los activos en el país de la multinacional Procter & Gamble a la firma de capitales locales Newsan, es una señal más de que es un momento de revisión de las estrategias de negocios de grandes empresas globales en estos territorios. Ya son varias las que han definido retirarse de la gestión directa de sus negocios y optan por licenciar a firmas locales para la comercialización de sus marcas. En otros casos, directamente cierran sus operaciones en el país y se retiran sin ceder sus activos a terceros. 

Lo llamativo es que pese a que hay una tendencia marcada del gobierno actual por favorecer al capital extranjero, incluso con prebendas exageradas y por encima de las demandas de esos potenciales inversores, en muchos casos prevalece la decisión de no quedarse ante la inestabilidad que entienden que persistirá en la economía argentina, además de percibir un debilitamiento en la capacidad de consumo del mercado interno que le hace perder atractivo a los negocios en Argentina. 

La multinacional estadounidense Procter & Gamble transfirió sus operaciones en Argentina a la firma local fabricante de electrodomésticos Newsan, que de este modo incursionará por primera vez en un mercado de consumo masivo de artículos de limpieza y para el cuidado personal, con una extrensa gama de primeras marcas. Gillette, Pampers, Pantene, Always, Oral-B, Ariel, son algunas de ellas que Newsan comercializará bajo licencia de P&G, en algunos casos con producción local de las plantas que también le cede, y en otros con productos importados de dichas marcas.

Un caso similar es el que, pocos meses, en marzo, se definió entre Clorox, también estadounidense, y el fondo de inversión Apex Capital para la cesión a este último de la producción y comercialización de productos de primera marca, de limpieza y consumo masivo. Ayudín, Pinoluz, Mortimer, son algunas de las marcas involucradas en la operación, así como dos plantas de producción, una en territorio bonarense y otra en San Juan. Pero a diferencia del caso anterior, no es un grupo local el que recibe la licencia de comercialización sino un fondo de inversión radicado en Guatemala, Grupo Mariposa (asociado a Apex), que operará en el país en el rubro como Grupo Ayudín.

También se concretó dentro de los primeros seis meses de gobierno de Javier Milei la cesión de los activos del HSBC (banco de origen chino pero con sede actual en Londres) en el país en favor del Banco de Galicia, así como los negocios del gigante tecnológico Xerox en el país pasaron a manos del grupo local Datco, en marzo. 

Además, dos petroleras que operan en Argentina han anunciado en los últimos meses su intención de retirarse del mercado argentino para reorientar sus negocios hacia otros puntos geográficos: la chilena Enap y la norteamericana Exxon Mobil, con áreas en explotación en Vaca Muerta. La petrolera Vista, creada por el ex titular de YPF Miguel Galluccio, es una de las más interesadas en los activos que deja Exxon. Por otro lado, se supo también que la brasileña Carmargo Correa puso en venta el paquete de control de la cementera Loma Negra, y Pampa Energía, de Marcelo Mindlin, se puso primero en la cola para ofertar.

Cabría agregar a esa lista a la canadiense Nutrien, que produce fertilizantes para el campo, que también está armando las valijas. Y otros casos mencionados en el ambiente empresario pero no hay aún confirmación. 

No es un proceso que haya arrancado ahora, ya que se viene dando también durante los cuatro años del gobierno de Alberto Fernández. Es parte de un fenómeno global de relocalización de inversiones en las que las grandes corporaciones son las más dinámicas, no por necesidad sino por conveniencia. La experiencia notable es que la política prebendaria hacia el capital extranjero de Milei no parece haber cambiado el sentido de la ola. 

Una economía en la que se está destruyendo el mercado interno y se llevan a punto muerto motores de la demanda como la obra pública o el pleno empleo, lógicamente le resta interés relativo al país como destino de las grandes inversiones. Al revés de lo que hoy se sostiene desde el discurso oficial.