El presidente Javier Milei dejó, al menos por hoy, los viajes internacionales y se trasladó hasta la capital de San Juan al solo efecto de blindar a la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello. Junto a ella y el gobernador de la provincia, Marcelo Orrego, lanzó el Plan Nacional de Alfabetización. "Un chico que no come es un chico que no puede estudiar, y un chico que no estudia es un chico que no puede progresar", dijo Milei. Paradójicamente la crisis que vive su ministra preferida está relacionada con el hambre de los niños por su negativa a entregar insumos a los comedores comunitarios y, sobre todo, por haberse descubierto la existencia de miles de toneladas de alimentos guardadas en galpones del Ministerio.
Cuando Milei habló del efecto del hambre en los niños, Pettovello miró para otro lado, como quien mira el paisaje o la casa que supo ser de Domingo Faustino Sarmiento y que ahora es museo. No era para menos. Pettovello todavía tiene pendiente la distribución de los alimentos encontrados en los galpones de Villa Martelli y de Tucumán y, además, no dejan de acusar a las organizaciones sociales como las que impiden la distribución de esa comida.
"Hemos retrocedido décadas en materia educativa", aseguró Milei con tono monocorde. Como siempre, leyó su discurso sin entonación, como un alumno mal aprendido: "Evidentemente, el desarrollo económico y el desarrollo educativo van de la mano, de la misma forma que la decadencia económica necesariamente arrastra la decadencia educativa", dijo mientras los invitados especiales, sentados frente al museo, intentaban morigerar el efecto de la fría mañana.
"Porque un chico que no come es un chico que no puede estudiar, y un chico que no estudia es un chico que no puede progresar. No extraña que venga por izquierda, esas ideas que nos empobrecieron como país", dijo repitiendo su retahíla contra la socialdemocracia.
"No extraña tampoco que quienes promueven estas ideas sean también los que, desde el Gobierno nacional, impusieron el cierre de las escuelas, en el año 2020 e interrumpieron irresponsablemente el desarrollo educativo de millones de chicos", dijo olvidando de manera conveniente que eso sucedió durante la pandemia.
Milei estuvo acompañado, además de Pettovello, por el vocero presidencial, Manuel Adorni; la secretaria General de la Presidencia, Karina Milei y el titular de la Cámara de Diputados, Martín Menen. Junto a ellos dijo que su administración no va a ser "cómplice" del analfabetismo por lo que pidió "aunar esfuerzos entre el gobierno nacional, los gobiernos provinciales y la sociedad".
Al finalizar su discurso, Milei buscó con la mirada a Pettovello y le dedicó un párrafo a modo de respaldo político: "Quiero felicitar a nuestra querida ministra Pettovello, por liderar esta batalla, como tantas otras. Estoy seguro que si trabajamos juntos podremos hacer de este sueño una realidad", dijo y la miró por encima de los lentes.
Ahora bien, ni el Presidente y mucho menos la ministra hicieron referencia al Fondo Nacional de Incentivo Docente (Fonid) y muchos menos a la paritaria docente. La ministra, por caso, dijo que "el verdadero drama argentino consiste en la pobreza cultural y educativa, tal como lo demuestran las pruebas PISA y Aprender".
Luego y para darle cierre a un discurso plagado de generalidades y verdades de perogrullo, Pettovello dijo que su objetivo es "generar las condiciones para un cambio de paradigma que permita pasar de un asistencialismo ineficaz, clientelar e injusto al desarrollo de políticas que generen verdaderas condiciones para que los niños, jóvenes y adultos puedan desplegar sus vidas en libertad".
Cuando terminaron los discursos, Milei y su pequeña comitiva emprendieron el regreso a la ciudad de Buenos Aires. Mientras, la policía local continuaba intentando determinar qué intenciones tenía el expolicía que fue detenido antes del acto mientras portaba un arma 9 milímetros "apta para el disparo".