En su editorial, el periodista y conductor de La Mañana, Víctor Hugo Morales, repudió la llegada de Federico Sturzenegger al Gobierno de Javier Milei y aseguró que “provoca un desamparo espantoso”. “No vale nada lo sufrido, no vale nada que siempre piensa en contra del pueblo, no vale nada que es un trabajador de la elite económica, no importa lo que ya nos hizo”, justificó esta posición.

El editorial de Víctor Hugo Morales

Cuando me abrazo con amigos a la salida del teatro —anoche después de otra función de Alma Mahler, por ejemplo, amigos que conozco y amigos que lo son pero que nunca había visto a la salida del teatro— en esos casos siento esa tibieza de la vida que nos hace y me hace tanta falta.

Porque después viene este momento en el cual, tras la amable charla con mi amiga Cynthia García, veo cómo viene el tema de la mañana. Empiezo a analizarlo: en estas horas vuelve Sturzenegger al Gobierno. Para dar un ejemplo claro de por qué necesitamos tanto del otro. Del abrazo.

Sturzenegger nos provoca un desamparo espantoso. Porque no vale nada lo sufrido, no vale nada que siempre piensa en contra del pueblo, no vale nada que es un trabajador de la elite económica, no importa lo que ya nos hizo.

No hay problema con que lo haya hecho dos veces; el sistema se permite todo eso y reivindica a un tipo como Sturzenegger.

Pero además, ver a Estela de Carlotto y a Pérez Esquivel. Escucharla. Y ese abrazo... pienso que si la Plaza de Mayo tiene alma, es la de las Madres, de las Abuelas. Eso me emociona y entristece al mismo tiempo. Son sentimientos que nos van a acompañar todo este tiempo. Parece mentira que haya que estar dando pelea otra vez.

Quieren matar de nuevo cuando lo intentan con la memoria. Le faltan el respeto a verdades que parecieron las únicas que no serían discutidas.

Pero el mismo día, Estela estaba sentada en la plaza del alma de los luchadores, y se anunciaba que Sturzenegger volvía. Que era verdad, que el tipo vuelve. Y entonces, la tarde tan azul, de tanto sol, tenía muchas sombras.

Y es que uno hace lo que hay que hacer en esos casos. Como cuando era chico, cuando era pibe, pateando piedritas como distraído. Y se va por el camino del solcito. Pero hay una tristeza a la que todos los días tenemos que vencer. Y hoy, una vez más, con nuestro programa de radio, lo vamos a intentar.