Aunque rara vez una serpiente engulle a una persona, en Indonesia ocurrió dos veces en el último mes. Una mujer fue hallada sin vida este miércoles en el estómago de una pitón que la engulló entera, según informó la policía de la provincia indonesia de Célebes Meridional.
La víctima fatal era una madre de 36 años que había desaparecido desde el martes pasado, cuando salió de su casa por la mañana para comprar medicamentos para su hijo enfermo.
La familia de la mujer, al ver que no regresaba, se preocupó y salió a buscarla ese mism día. Su marido, Adiansa, descubrió sus zapatos y su pantalón en el suelo a unos 500 metros de su casa en el pueblo de Siteba.
"Poco después, avistó a una serpiente, a una decena de metros del camino. La serpiente seguía viva", declaró a AFP el jefe de la policía local.
El hombre quedó intrigado por el "gran" vientre de la pitón y pidió a los vecinos que le ayudaran a abrir el estómago del reptil, donde halló el cuerpo de su esposa, contó Iyang, un responsable del pueblo.
Especialistas en fauna afirman que este tipo de incidentes son extremadamente inusuales, pero varias personas murieron en Indonesia en los últimos años tras haber sido engullidas por pitones.
Una mujer de 45 años fue hallada muerta a principios de junio dentro de una pitón reticulada de unos cinco metros, en la misma provincia de Célebes Meridional.
El año pasado, habitantes del distrito de Tinanggea, en el sureste de la isla de Célebes, mataron a una pitón de ocho metros que estaba estrangulando y devorando a un granjero.
En tanto, una mujer de 54 años fue hallada muerta en 2018 dentro de una pitón de siete metros en la ciudad de Muna, también en Célebes Suroriental. Y el año anterior, un agricultor del oeste de Célebes fue devorado por una pitón de cuatro metros.
Ecologistas del Instituto Medioambiental de Célebes Meridional creen que existe una fuerte correlación entre la deforestación y este tipo de ataques de animales. Su director, Muhammad Al Amin, señaló a BBC News Indonesia que la tala de árboles para la minería y las plantaciones en la región es cada vez mayor.
"La consecuencia es que cuando estos animales se queden sin comida, cazarán en zonas residenciales e incluso atacarán a los humanos directamente", afirmó.
El jefe de policía apuntó que los residentes sospechan que la pitón que mató a la última víctima acechaba en el camino en busca de jabalíes, una de las presas de las serpientes.