Observar, desde el balcón de penthouse, el agua cristalina del mar caribeño; tomar un café en una exclusiva terraza con vista a las reliquias de la Fontana di Trevi; o descansar en un king side en el exclusivo barrio de las Castellanas. La vida de turista de Javier Milei tiene esas ventajas. Es que en sus reiteradas travesías por el mundo, el Presidente argentino se hospedó en lujosos hoteles que oscilan entre las cuatro y cinco estrellas. Algo lógico para el cargo que ocupa, pero que entra en contradicción con la prédica de austeridad que dice practicar y, sobre todo, con la brutal recesión que generaron las políticas económicas de su gobierno. Pero si la austeridad en sus viajes no es lo suyo, menos lo es la transparencia. En la información pública que debió entregar el Gobierno ante este diario hay varias incongruencias: cómo es posible gastar solo un millón de pesos para hospedar a doce personas en un exclusivo hotel de Maryland cuando la noche para una sola persona no baja de los 500 mil pesos o bien, que no se aclare quién se hizo cargo de la cuenta de uno de los hoteles más caros de Miami Beach en el que Milei descansó en la suite presidencial tras recibir un premio por ser “embajador de la luz”.

Sacar la chequera

Al listado de gastos que accedió Página/12 también se detalla los hospedajes para Javier Milei y una comitiva que -mayoritariamente- se compuso con una docena de personas. La primera reserva que realizó fue en Suiza, cuando al vociferar contra el “socialismo de Occidente” en el Foro de Davos, el Presidente descansó en el exclusivo Steigenberger Icon Granhotel, que cuenta con piscina climatizada en uno de los subsuelos del edificio y una vista privilegiada a los Alpes. Con la lapicera del Estado, Milei aprobó gastar 10.342.352 pesos para conseguir ese alojamiento.

Para la segunda gira internacional como Presidente, Milei marcó en el mapa dos destinos: Israel e Italia. En el primero lo pasó en el Hotel King David, un cinco estrellas frente al mar Mediterráneo. El hospedaje fue pagado enteramente por el gobierno de Benjamin Netanyahu. Y si bien no se sospecha de dávidas, antes y después del viaje, el propio Milei insistió en que su objetivo es mudar la embajada argentina de Tel Aviv a Jerusalén, con las consecuencias de geopolítica que eso implica.

Luego, en Italia, Milei aprovechó la circunstancia para dormir en el Hotel InterContienental Ambascitori Palace, un ícono de la Dolce Vita en pleno centro romano. El mandatario tuvo sus cumbres con Meloni y con el papa Francisco para después descansar en la posada neoclásica -se construyó en 1900- de la Vía Veneto. ¿Cómo es el hotel por dentro? Algo así...

Ojo, solo Milei y su hermana Karina durmieron en una de las habitaciones de ese palacio. El resto de la comitiva fue a parar a unas diez cuadras de la residencia presidencial, al reservarle tres noches en el Hilton Double Tree. Al Estado le costó más de once millones de pesos la cuenta de ambos hoteles.

Flojo de papeles

Pese a que dice que no lo disfruta, Milei siguió viajando y acumulando millas. A los pocos días de aterrizar de Roma, el Presidente volvió a subirse a un avión, esta vez, para tener una foto con Trump en Maryland. Para ello convocó a una comitiva de doce personas que volaron desde Ezeiza hasta la capital norteamericana. Se hospedaron en el Gaylord National Resort & Convetion Center, con vista exclusiva al río Potomacar. 

Lo extraño no sólo fue el viaje relámpago para tener un encuentro de dos minutos con el -condenado- líder republicano sino que, al momento de presentar los gastos, el Gobierno hizo más dibujos que cuentas. Es que de acuerdo a la información oficial que accedió este diario, para que doce personas descansen una noche en ese hotel se gastó, apenas, 1.475.231,96 pesos. Con solo googlear uno detecta que le hicieron precio: la noche, para una sola persona, cuesta por encima de 500 mil pesos. 

Y no solo eso, sino que los número que le entregaron a este diario difieren de los montos que le pasaron a otros medios (LetraP, por ejemplo) lo cual supone que, al menos una vez, desde la Secretaría General se faltó a la verdad en la información que entrega.

Las incogruencias se acumulan con el resto de las facturas. La tan mencionada gira a Miami, en la que Milei recibió una distinción de la comunidad ortodoxa Jabad Lubavitch contó con otro regalo: las noches que el Presidente descansó en la lujosa suit de Gran Beach Hotel -una posada codiciada por aquellos argentinos que perciben a la Florida como su segunda patria- al Estado argentino le costó cero pesos. ¿Quién se hizo cargo de la cuenta y a cambio de qué? Estos cronistas no tienen las respuestas.

Luego, las giras siguieron por Los Ángeles -en la que Milei aprovechó para parar en el icónico Beverly Hilton, en el que la crème de Hollywood organiza su pool party tras los Golden Globes- y Madrid, que el Presidente usó los ratos libres de su pelea con Pedro Sánchez para dormir en el Hyatt cinco estrellas del exclusivo Paseo de la Castellana. Entre ambos hospedajes, a las arcas del Tesoro se le fueron 11.703.799 pesos. Todo con la nuestra.