Observar, desde el balcón de penthouse, el agua cristalina del mar caribeño; tomar un café en una exclusiva terraza con vista a las reliquias de la Fontana di Trevi; o descansar en un king side en el exclusivo barrio de las Castellanas. La vida de turista de Javier Milei tiene esas ventajas. Es que en sus reiteradas travesías por el mundo, el Presidente se hospedó en lujosos hoteles que oscilan entre las cuatro y cinco estrellas. Algo lógico para el cargo que ocupa, pero que entra en contradicción con la prédica de austeridad que dice praPero si la austeridad en sus viajes no es lo suyo, menos lo es la transparencia