Un tipo de tratamiento contra la diabetes, entre los que se encuentra el  Ozempic, podría también reducir el riesgo de desarrollar algunos cánceres, según un estudio publicado este viernes.

Se debe a que imitan una hormona intestinal (GLP-1). Una nueva generación de estos fármacos, que existen desde hace unas dos décadas, se convirtió en todo un fenómeno en los últimos años porque puede ayudar a perder peso.

Entre ellos se incluye el Ozempic, un tratamiento del laboratorio danés Novo Nordisk para la diabetes de tipo 2, enfermedad en la que la obesidad es un factor de riesgo importante.

El estudio, publicado este viernes en la revista JAMA, comparó a pacientes con diabetes tipo 2 tratados con insulina con otros que habían recibido esta clase de tratamientos entre 2005 y 2018 en Estados Unidos. Los tratamientos análogos al GLP-1 estudiados incluían los que utilizan la molécula liraglutida, la lixisenatida o la semaglutida, la del Ozempic, aprobado en Estados Unidos recién en 2017.

Los investigadores descubrieron que los pacientes que recibieron análogos del GLP-1 tenían un riesgo significativamente menor de desarrollar 10 de los 13 cánceres estudiados, entre ellos los de esófago, colorrectal, riñón, páncreas, ovario e hígado. Si embargo, no se detectó ningún efecto significativo para el cáncer de tiroides y el de mama en mujeres posmenopáusicas.

"Se sabe que la obesidad está relacionada con al menos 13 tipos de cáncer", subraya Rong Xu, coautora del estudio. Para los pacientes con diabetes de tipo 2, "en particular los que también padecen obesidad, los análogos del GLP-1 podrían ofrecer efectos protectores contra ciertos tipos de cáncer", explicó.

"Esto podría animar a los médicos a preferir los análogos al GLP-1 a otros tratamientos de la diabetes, como la insulina, en pacientes con alto riesgo de cánceres asociados a la obesidad", añadió.

Otros estudios publicados sobre estos tratamientos brindan esperanza a millones de personas, por ejemplo para la pérdida de peso y disminución del riesgo de enfermedades cardiovasculares, pero también beneficios astronómicos a las compañías farmacéuticas.