Si se muere el modelo vivo, vaya problema. Por allí se internó Bla Bla & Cía., en la que es su primera propuesta teatral formal, con la que el grupo orientado al varieté encontró una expresión más para su proyecto teatral. A partir de la dirección de Francisca Ure y con las interpretaciones de Manu Fanego, Sebastián Furman, Pablo Fusco, Julián Lucero, Tincho Lups y Carola Oyarbide; Modelo vivo muerto, de Bla Bla & Cía., se presenta este lunes a las 20.30 en Teatro La Comedia (Mitre 958).
“Hace 14 años que venimos funcionando como compañía de teatro, y nuestros orígenes están más fundados en los sketches; así como los nativos digitales, nosotros somos nativos varieté: números, sketches, escenas de humor. Por supuesto que en los espectáculos siempre tratamos de encontrar un hilo conductor, pero estos podrían ser, tranquilamente, escenas individuales. En pandemia hicimos un experimento que se llamó BLA TV, nuestra incursión artesanal y autogestiva en el mundo del streaming, en nuestro querido Teatro Mandril, que ya no tenemos más. A partir de eso escribimos un texto que tenía el destino de ser un audiovisual, pero cuando nos llamaron de la sala Caras y Caretas lo pensamos como una obra; fue así que la convocamos a Francisca Ure para la dirección, y armamos nuestra primera obra en el formato clásico, con tres actos –desarrollo, nudo y desenlace-. Y estamos muy felices”, comenta Pablo Fusco a Rosario/12.
-Dadas las características que tienen como grupo, ¿se permiten igualmente algún momento espontáneo o improvisado?
-Si bien tenemos estos tres actos, estructurados, con letra y con gags, siempre nos gana el espíritu propio, y aparecen momentos nuevos y chistes nuevos. Tenemos el oficio de hacernos reír en escena. Además, nunca una función es igual a la otra, por esa magia y ceremonia que tiene que ver con el presente y con el aquí y ahora teatral. Por eso, a nosotros nos encanta siempre hacer cositas nuevas, y la inspiración nos agarra trabajando. Mucho de lo que aparece, después lo tratamos de consolidar como un gag; así como muchas veces también tenemos que hacer una poda, de la que luego surgen otras cosas. El fin de semana pasado, en un momento de la obra, Julián Lucero nos sorprendió con una improvisación y nos matamos de risa. Eso es algo que la gente recibe bien, porque no hacemos que nos reímos, sino que nos reímos porque nos gana la tentación. Y por supuesto que eso se contagia. Durante unos minutos, la sala estaba llorando de la risa; pero como bien nos dice Daniel Fanego: “en esos momentos, aprieten el culo y sigan”. Fue algo extraordinario, el gag que surgió es probable quede estructurado, porque le ganó el puesto al gag que había antes. Eso es algo que nos mantiene vivos, nos gusta y nos divierte mucho.
-Puede decirse que ustedes, como grupo, son una unidad, donde cada uno siempre es en función del otro.
-Estos 14 años fueron un proceso de formación que nos hace ser quienes somos, como individualidades y como un todo; y ésa es un poco la identidad de la compañía. Reírnos de nosotros mismos, reírnos también de lo formal del teatro, porque hay ciertas voces que dicen que Bla Bla no hace teatro sino varieté. La comedia ya tiene esa carga de ser como un subgénero, de poco prestigio, pero nosotros no creemos en el prestigio sino en el oficio, en el hacer, en que a la gente le guste y en que a nosotros también nos guste. En general no nos equivocamos cuando la pasamos bien; cuando nos gusta lo que estamos haciendo, la sala siempre está llena. Por otro lado, nos gusta pensarnos como obreros culturales, sin que suene pretencioso. De estos 14 años que llevamos, muchos fueron en el under, en la construcción colectiva, en la autogestión, y eso nos dio también una capacidad de resiliencia muy grande.
-Además, con esta obra parodian el mundo del arte, la elección temática no me parece casual.