Lucas Barreña, conocido en el mundo de la literatura y las redes sociales como ‘Lucas Barre’, es un periodista y escritor de 29 años oriundo del barrio de El Jagüel, Esteban Echeverría, al sur del conurbano bonaerense. A pesar de su juventud, tiene en su haber dos libros publicados, y un logro que lo llena de orgullo: la inclusión de su cuento “Barrio del siglo pasado” en la antología “Aires del Sur”, publicada en el mes de junio por una editorial de Colombia y distribuida en toda Latinoamérica. 

El pasado mes de abril, la editorial colombiana Palabra Herida lanzó una convocatoria dirigida a escritores argentinos para cuentos que representaran la cultura y lo tradicional de nuestro país desde un enfoque local. Lucas, con un cuento ya escrito sobre su barrio, decidió probar suerte. “Les gustó y lo seleccionaron”, comenta con humildad en diálogo con Buenos Aires/12.

“Barrio del siglo pasado”, recrea la esencia de El Jagüel a mediados del siglo XX, donde Lucas nació, creció y aún vive. “Es un barrio como muchos otros del conurbano. El cuento busca capturar lo propio para graficar lo que sucede en prácticamente cualquier barrio de la provincia”, explica. 

En la narración, el escritor aborda la percepción que los de afuera tienen sobre estos barrios, muchas veces vistos como peligrosos, por ser del conurbano o no ser la cabecera de un distrito, o no tener un gran centro comercial. Sin embargo, el cuento revela la realidad cotidiana de los habitantes de El Jagüel: “no son más que vecinos que quieren estar con sus amigos, trabajar o creerse el Dibu Martínez un rato jugando a la pelota con sus amigos en una esquina”, afirma.

Si bien la noticia de la selección de su cuento tomó a Lucas por sorpresa, gracias a los comentarios de colegas y gente cercana, entendió que se trató del esfuerzo y la dedicación que le viene poniendo a su carrera desde hace seis años, trabajando y preparándose. A pesar de que no pierde la humildad que lo caracteriza. 

Los inicios de un escritor

Para entender cómo fue su camino de escritor hay que conocer sus primeras aproximaciones. Aunque siempre tuvo una inclinación por la escritura, Lucas se sentó a escribir seriamente en 2018, luego de un viaje a Salta que funcionó como disparador de una vocación que tenía oculta. “El viaje no tuvo nada que ver, pero siempre lo voy a relacionar con ese momento”, confiesa.

Al regresar de Salta, participó en su primer concurso de cuentos de ficción, un evento que considera crucial en su desarrollo como escritor. Para él, los concursos son fundamentales porque las chances de ganarlos son ínfimas (“te ponen pautas de escritura que te facilitan todo: la temática, la extensión o el estilo”) pero te incentivan a escribir.

“Que tengas que escribir un cuento de amor de dos páginas es mucho mejor que te digan escribí lo que quieras. El universo de ideas se achica mucho. Uno entra en crisis con tanta libertad. Esa metáfora hace unos años habría sido malísima”, se ríe.

Los dos libros publicados del escritor.

Inicialmente, su enfoque se centró en la ficción, pero con el tiempo amplió su repertorio a anécdotas humorísticas y reflexiones “pseudo filosóficas”, según sus propias palabras. Recientemente, ha vuelto a la ficción, esta vez con un poco de comedia, un género que antes no había explorado, asegura el escritor de El Jagüel.

Lucas también es periodista, y afirmó que esta formación le facilitó la parte investigativa de la escritura. “Uno cuando escribe ficción suele basarse en historias propias o de personas cercanas, pero también hay una parte importante que se inventa. Ahí hay que investigar para que quede un texto con sentido”, señala. Como ejemplo, menciona un capítulo de su novela de ficción política en el que tuvo que describir un juicio, para lo cual asistió a una audiencia en Tribunales. 

En 2022 publicó su primer libro, “El pis necesita marketing y otros relatos”, una colección de relatos humorísticos. La idea de publicar surgió casi por casualidad, al darse cuenta de que había acumulado suficiente material. “Alrededor mío no tengo amigos, familiares o conocidos que hayan publicado algo, así que me puse a averiguar cómo era todo, ordené los textos y publiqué”, recuerda.

Para su segundo libro, “Campañas para que vuelvan los aplausos al cine y otros relatos”, el proceso fue más estructurado. Decidió englobar los textos en un concepto común y escribir otros que tenía solo como ideas. El nacimiento de su sobrina Paloma en marzo fue una gran motivación para esta segunda entrega. “Me gustaría que lo lea cuando sea más grande”, confiesa Lucas, destacando la importancia de expresar los sentimientos. “Nuestra generación no está acostumbrada a expresarse, para los hombres nos es muy difícil llorar porque crecimos escuchando que llorar es de nenas. Que las generaciones siguientes sepan hacerlo en cualquier ámbito de la vida es importantísimo. Expresar los sentimientos es una necesidad política”, expresa.

Realidad social y política

Lucas no ignora los desafíos actuales que enfrenta el mundo literario frente a las políticas de ajuste del gobierno nacional de Javier Milei. Entre sus dos libros hubo un lapso de un año y medio donde el costo de publicación sufrió un importante e inesperado aumento. “Los costos se incrementaron en un 1000 por ciento. Desconozco si es por el papel, las tintas u otro motivo, pero aumentaron muy por encima de la inflación. Es realmente muy difícil. Tanto para mí como escritor como para los lectores”, reconoce.

Bajo este contexto, el escritor bonaerense entiende que es “completamente lógico que la venta de libros haya caído” y que los lectores prioricen sus gastos básicos: “hoy un libro nuevo está 20 mil pesos. Hay gente que por mes gana 200 mil pesos y por supuesto que tienen otras prioridades: alquilar, comprar alimentos, pagar los servicios”.

“Nada de este contexto ayuda a mejorar la situación. Mucha gente ni siquiera tiene ingresos y esa tendencia tampoco parece revertirse. Este es un gobierno bastante destructivo que está encaprichado con una teoría económica y se está cargando miles de puestos de trabajo”, refuerza.

En esa misma línea, si bien a través del paquete de la Ley Bases el gobierno nacional buscó derogar el precio único para los textos, no pudo conseguirlo. Pero Lucas no descarta que la medida haya quedado completamente desestimada. “El argumento es el mismo que usan para todo: con oferta y demanda se regula el mercado. Pero lo que no ven es que miles de personas que trabajan en editoriales pequeñas, o incluso librerías medianas, van a terminar haciendo malabares”, advierte.