De todo hace Ana Sofía Stamponi, nieta del gran Héctor. Es socióloga, da clases, canta, toca guitarra y compone. Brisa Videla, su pareja, también da clases, baila, y canta como las diosas. Lo suyo en el Quinteto Negro La Boca raya lo impecable, y su parte ha aportado largamente para merecer los dos gardeles que el grupo acaba de ganar por Cicatrices. Entre ambas, hace seis años encararon un dúo cuyo fin, además de hacer tangos actuales y propios, pasa por nutrir al género de miradas orientadas a la diversidad. “El tango queer existe, lo estamos creando, y estamos abriendo caminos desde esta orilla del género para decir fuerte que acá estamos y tenemos mucho para contar”, sostienen ambas, ubicando un sentido introductorio a Mejor asumilo, atildado y combativo disco de tangos, valses y milongas, compuesto por Stamponi, y vinculado a la lucha por las conquistas de derechos para mujeres y otras identidades sexuales, además de temáticas vinculadas a los derechos humanos. “Mejor Asumilo implica un concepto fuerte, que interpela a develar aquello que está oculto, reprimido, o injustamente encasillado en una etiqueta heteronormativa. Invita a no suponer más nada, y empezar a asumir que podemos tener distintos roles en la vida, en la música y en la danza sin importar cuál sea nuestra expresión de género”, introduce –sigue introduciendo- Stamponi.
-¿Por qué mejor asumirlo?
Ana Stamponi.: -Mejor asumirlo para poder hacer todo aquello que siempre soñamos hacer y no hicimos por ser mujeres, lesbianas, trans, maricas o lo que sea que nos aleje de actividades asignadas (supuestamente) a nuestro género. Así, construimos nuestras casas, arreglamos nuestros motores, jugamos al fútbol, componemos, tocamos la guitarra... actividades que generalmente tienen varones al frente, en las que no se espera ver a dos chicas, menos aún lesbianas.
-¿El énfasis está en las letras –ya que pegan fuerte con ellas- o en las músicas?, ¿o en las dos por igual?
A.S: -.Yo compongo desde la música, la letra y la armonía al mismo tiempo. Por ahora, son todas composiciones mías las que tocamos. El énfasis de nuestro proyecto está puesto en respetar el género musical que amamos para que sea bailable y nos pasen en las milongas, intentando que nuestro tango al igual que el de otras épocas, cuente lo que nos pasa en el presente. De este modo, musicalmente en nuestro disco se escucha una propuesta quizás más clásica, con mayoría de formaciones de guitarras, algo que para el tango no es nuevo. Desde lo musical, una particularidad de nuestro proyecto es que todos nuestros temas están cantados a voces, algo que el tango tenía olvidado pero tuvo su relevancia en algunas épocas.
-¿Y las letras?
-Las letras sí rompen con esa tradición tanguera. Son agudas, van al hueso, a veces desde el humor, otras desde la memoria, quizás ahí está puesto más claramente nuestro énfasis y nuestra apuesta artística.
A la hora de elegir temas que expliquen el todo por la parte, Brisa se queda con el epónimo, y “Desmonte”. El primero, porque sintetiza sentires frente al vínculo con varones, aborda con humor muchas escenas de la vida cotidiana y les dice...´queres ser aliado? prestame atencion! sacate el pañuelo, (verde) ponete el condón!´. “Recibimos muy a menudo historias de amigues arreglando cosas en su casa con nuestro tema de fondo y nos encanta, porque se lo están apropiando y porque realmente refleja el empoderamiento en tareas que históricamente nos han negado realizar”, afirma la cantante. En el caso de “Desmonte”, el peso semántico para ella pasa por el cambio climático feroz que está atravesando la humanidad, además del avance de la derecha y la ultraderecha con discursos de odio hacia el colectivo al cual pertenecemos, y con retrocesos de derechos en todos los planos de la vida. “Este es un tango profundo, reflexivo, que nos pregunta ¿hasta cuándo vamos a aguantar? y también nos dice vamos a salir a remontar el temporal que nos dejó sin abrazar, dando un poco de esperanza a este presente tan duro que nos toca vivir”.
-¿Qué tiene el tango que otros géneros no, para contar este tipo de historias?
A.S.: -El tango es un género que desde sus inicios reunió muchas culturas y fue el puente para contar la realidad que se estaba viviendo en diversas etapas de nuestra historia. ¿Por qué no usarlo como canal de expresión de lo que sentimos? Muches lo han sacralizado llevándolo a un museo. Nosotras le hacemos honores estudiándolo profundamente y manteniéndolo vivo al ponerle nuestra palabra y expresión desde el hoy.
El dúo está a punto de encarar una gira por el circuito de milongas queer de Alemania, Francia, Suiza, Italia y España, que sucederá entre setiembre y octubre. Además del repertorio de Mejor asumilo, el dúo lleva como material de estreno un chamamé que la Stamponi compuso junto a la bandoneonista Milagros Caliva. También un tango de la compositora concebido junto a la pianista y arregladora Leda Torres. “Llevamos además un vals de una colega que queremos y admiramos mucho como Victoria Moran”. La tríada a estrenar podría ser parte, incluso, de un próximo disco. “Todavía estamos en este disco”, asegura Brisa. “Pero obviamente ya estamos soñando con el próximo, para cuando la realidad económica lo permita. Sólo podemos contar que Ana sigue creando ya que la actualidad da mucho de qué hablar”.
-Comparten sus días en una casa del delta, en Tigre. ¿Cómo es un día en la vida, allí? ¿en qué instancias o circunstancias aparece la inspiración compositiva?
A.S.: -Nuestra vida en la isla es una hermosura. No es sólo por la belleza del lugar y estar en contacto con el río todos los días. También es por la solidaridad que la vida en la ruralidad conlleva, algo que está bastante perdido en las grandes urbes, y que para nosotras es un refugio. Por lo tanto, componer en un contexto así es realmente un lujo: nada mejor que el silencio, el verde y el brillo del sol en el agua para que fluya la inspiración, que igual a veces surge de cosas no tan bellas que están ocurriendo y nos dan mucha tristeza y ganas de gritarlas.