El Gobierno de La Libertad Avanza purgó a las Fuerzas Armadas, discontinuó la jerarquización de su personal, compró aviones en desuso y hasta obligó a recalcular los recursos para alimentar a los estudiantes de escuelas militares bajo el precepto del ajuste y la motosierra. Sin embargo, el Presidente Javier Milei encargó y se prepara para encabezar, este martes en la ciudad de Buenos Aires, un megadesfile por el Día de la Independencia cuyo despliegue se calcula como el más grande de las últimas décadas: casi 7000 efectivos militares y de fuerzas de seguridad, decenas de camiones, tanques, aviones, autos y motos; caballos y perros en un evento que tiene más aroma a autocelebración que a conmemoración de los 208 años del 9 de julio de 1816.

“Este 9 de julio los esperamos para levantar una vez más el pabellón nacional y abrazar todos juntos el orgullo de ser argentino”, se lo escucha al vocero presidencial, Manuel Adorni, ponerle voz en off al video institucional con el que Milei y su gobierno lanzaron la convocatoria formal al desfile militar del próximo martes. Luego, un granadero habla del “desafío” de “llevar a Argentina a un futuro de grandeza”, de “celebrar con júbilo nuestra independencia” y de abrazar “el valor más preciado que tenemos como Nación, nuestra libertad”, además de describir a las fuerzas armadas, protagonistas del evento, como “instituciones fundacionales de la patria que, con grandes cuotas de heroísmo, sostuvieron nuestra independencia en tantos campos de batalla”. El audiovisual se regó vía redes sociales con una línea informativa que confirmaba que Milei encabezará el desfile.

Mientras Adorni y el granadero hablan, las imágenes que se ven son de un desfile militar que se llevó a cabo el 9 de julio de 1990, primera celebración patria de Carlos Menem, el presidente “favorito” de Milei. Antes de encabezar aquella demostración militar, el expresidente participó del tedeum en la catedral de Buenos Aires. En la puerta lo estaban esperando las Madres de Plaza de Mayo con los pañuelos blancos en la cabeza y carteles con las fotos de sus hijos e hijas desaparecides en la mano. Entonces, Hebe de Bonafini no paraba de hablar a viva voz. “En vez de gastar un millón y medio en ese desfile, por qué no van a los barrios pobres a ver cómo la gente se muere de hambre”, gritó entre sus tantas verdades.

Escudado en “recobrar el prestigio en el plano nacional e internacional” de las Fuerzas Armadas, como figuraba en su plataforma de campaña, el Gobierno de Milei y su vicepresidenta, Victoria Villarruel, repetirá aquella dicotomía que evidenció Menem en su estreno como primer mandatario: ajuste y gastos cosméticos. Así, tras aplicar recortes y ajustes en Defensa como lo hizo en cada área del Estado, Milei destinó recursos a la realización de un desfile militar que duplicará en magnitud al último que se realizó para celebrar el Día de la Independencia, en 2019.

“Va a ser un circo, un gasto de dinero público para disfrute personal. A las Fuerzas Armadas se las prestigia valorizándolas, no usándolas para el ego propio”, opinó el exministro de Defensa Agustín Rossi.

Un desfile “extraordinario”

Desde el Ministerio de Defensa confirmaron a este diario que el desfile se prevé “extraordinario” sobre todo, por ser “el primero después de muchos años que no se realiza”. Desde las 10.30 hasta pasado el mediodía, desfilarán por la Avenida del Libertador –entre Agüero y Dorrego– unos 6800 integrantes del Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea, más las fuerzas de seguridad de la Nación y de la Ciudad de Buenos Aires, además de bomberos.

Encabezarán la marcha un grupo de veteranos de la Guerra de Malvinas –el Centro de ExCombatientes Islas Malvinas de La Plata (CECIM) rechazó la convocatoria–. Participarán una treintena de efectivos de los regimientos de Patricios, el de Artillería 1 y el de Granaderos a Caballo, más sus bandas. Se sumarán tropas de regimientos de City Bell, Campo de Mayo y La Plata, además del Colegio Militar de la Nación y la Escuela de Suboficiales Sargento Cabral. Se calcula, además, el desfile de más de 300 caballos, tanques, camiones y helicópteros; unos 62 aviones –”nunca hubo un desfile con tantos aviones”, apuntaron desde Prensa de Defensa–, además de buques de la Armada. La Policía Federal, la Prefectura, la Gendarmería sumará sus efectivos, sus autos y motos. La Policía de la Ciudad “se anotó a último momento, y quiso sumar Bomberos”, contaron a este diario las fuentes.

El martes, Milei hará “revista” –recorrerá cada tropa alistada en la calle antes de que comience el desfile– junto a un comandante desde un jeep. Luego, se ubicará en el palco principal –habrá tres en total según informó defensa a este diario– junto a la vicepresidenta Victoria Villarruel y el resto del Gabinete. Habrá “invitados especiales”, aunque tampoco accedieron a brindar esos datos.

Un prestigio cosmético

Días atrás, en declaraciones a la prensa, el ministro Petri insistió en que la celebración del Día de la Independencia con un desfile militar “es rescatar nuestras tradiciones”. El Gobierno viene organizando el megadesfile casi desde que desembarcó al mando del Poder Ejecutivo. Y desde entonces se perfilaba como el más grande en décadas.

En abril pasado, cuando el Ejército ya había “soportado” una purga histórica de 23 altos mandos, la suspensión del proceso de jararquización de su planta –iniciado durante el gobierno de Alberto Fernández— y el congelamiento de su presupuesto –lo cual afectó el funcionamiento de escuelas militares que debieron recortar sus servicios de comedor, por ejemplo–, se filtraron documentos que evidenciaban la organización de un megadesfile, al mando del titular del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, brigadier general Xavier Julián Isaac.

Desde el área de prensa de Defensa confirmaron aquello que se cocinaba entonces: “habrá mucho de todo, será en equipamiento y efectivos en la calle mucho más importante que los anteriores desfiles”. La consulta sobre el presupuesto destinado para la realización no tuvo respuesta.

La última vez que se realizó un desfile militar fue en 2019. Macri no solo despidió su presidencia con las Fuerzas Militares en la calle, También la inauguró: en 2016, el Bicentenario del 9 de julio, contó con la participación de varios carapintadas como Aldo Rico y el represor Emilio Nani, condenado en 2021 por crímenes de lesa humanidad durante la dictadura. En ninguna de esas ocasiones la participación sobrepasó las 4000 cabezas.

“Las preguntas que tienen que responder desde el Gobierno es por qué hacen este desfile fastuoso y para qué”, indicó Rossi. “Ellos dicen que la gente pide un desfile, lo que pide la gente es vivir bien. Ellos dicen que lo hacen para devolver el prestigio a las fuerzas armadas, pero en realidad un desfile se realiza para honrar a las autoridades. Los militares desfilan ante y para las autoridades, no para recuperar prestigio. Una cosa son los hechos efectivos, mejorarle la situación a los militares, otra cosa es el circo”, concluyó el exministro.