Los dos homenajes que se desarrollaron ayer en la ciudad de Salta en memoria de las y los militantes asesinados el 6 de julio de 1976 a un costado de la ruta nacional 34 a la altura del paraje Palomitas, tuvieron en común el tono crítico de organismos y organizaciones dirigido a la administración nacional que encabeza Javier Milei.
Por la mañana, en el Monolito que recuerda a las y los mártires en el Parque San Martín, las organizaciones que integran la Mesa de Derechos Humanos de Salta plantearon que las políticas nacionales actualmente en ejecución pretenden desarticular en su totalidad la trama de organismos del Estado que investigan qué pasó con las víctimas del terrorismo de Estado durante la última dictadura cívico militar.
"Este gobierno quiere borrar la memoria en todo sentido", aseveró Blanca "Nenina" Lezcano, referente histórica de la Asociación de Familiares de Detenidos y Desaparecidos. "Van por la memoria reciente de todo lo que fue el terrorismo de Estado", dijo en diálogo con Salta/12, minutos antes de iniciar el acto programado alrededor del Monolito que recuerda a las víctimas, ubicado sobre un sector del Parque San Martín cercano a la estación del Teleférico en la ciudad de Salta.
Lezcano alertó sobre las actuales políticas libertarias que pretenden "liberar a los genocidas que están presos por crímenes de lesa humanidad, cerrar las instituciones en las provincias que tienen que ver con la memoria y la verdad, y sobre todo quieren desarticular el Banco Nacional de Datos Genéticos", enumeró. "En estos momentos, Nación busca la destrucción total de la soberanía con la quinta flota norteamericana apostada cerca de nuestras costas, a lo que suma la entrega de los recursos naturales como los mineros", insistió.
Asimismo, lamentó que la mayoría de la población permanezca en una actitud pasiva y silente frente a la gravedad de los hechos en desarrollo. A su entender, si bien se perdió la batalla cultural frente a la hegemonía de las narrativas que circulan a través de múltiples pantallas, "hace falta un proyecto revolucionario. En estos cuarenta años se fue borrando la memoria debido a errores que cometieron los gobierno democráticos", afirmó. Por ese motivo, precisó en su análisis, "las generaciones jóvenes que no conocieron el terrorismo de Estado, adhieren fácilmente a discursos que les prometen algo que consideran mejor".
"La memoria tiene que ver con las disputas políticas y por ese motivo no me sorprende que este gobierno avance sobre políticas de memoria", dijo a su turno Diego Maita, secretario general de ADIUNSa, presente ayer en el acto de la mañana en el monolito por Palomitas. "Ellos no creen en nuestros valores", aseveró en alusión a quienes militan en la ultraderecha, "y han demostrado más de una vez que no creen en la democracia".
Para el dirigente del sindicalismo universitario, entre los desafíos del presente también se encuentra la batalla cultural. "Tenemos que aprender a jugar el juego, para intervenir en la vida social con referentes, por ejemplo, que son valorados por los jóvenes", dijo en alusión a los discursos y contenidos que circulan por narrativas digitales, transmedia y redes sociales. "Pienso en los nuevos artistas", se explayó, "porque ellos y ellas nos pueden permitir generar vínculos entre las y los jóvenes y los organismos de derechos humanos. Necesitamos cambiar nuestra forma de comunicarnos", aseveró.
Rodrigo Solá, presidente del Comité para la Prevención de la Tortura, expresó su preocupación por la transformación del Estado nacional por parte de la administración de Milei. "Nosotros observamos el desmantelamiento paulatino en áreas que tienen que ver con el acceso a derechos fundamentales", dijo. Explicó que ese proceso de desarticulación en ejecución "en campos como derechos humanos, agricultura familiar y ANSeS", enumeró, se transforma luego en "distintas formas de violencia institucional". En relación a ese proceso recordó que el gobierno de coalición libertaria "plantea que se debe controlar cualquier manifestación en contra".
Julio Molina, secretario general de la CTA de Salta, presente también en el acto de la mañana, consideró que la gestión del gobierno nacional "retrocede cien años, derogando leyes que defendían al trabajador y fomentando el trabajo no registrado". "Todo va a favor de las empresas", aseveró.
Por otro lado, recordó que "con el RIGI le entregamos todos los recursos naturales a inversores extranjeros y lo peor es que en este saqueo han colaborado legisladores traidores". Molina hacía mención a una crítica que circuló ayer en contra del actual diputado nacional por Salta Pablo Outes, hijo de uno de los asesinados en la Masacre de Palomitas. "El gobernador (Gustavo Sáenz) también traicionó a su pueblo", agregó luego, "porque aseguró tener un amplio consenso en el Pacto de Güemes y no fue verdad", concluyó .
En horas de la tarde, Familiares de Detenidos Desaparecidos e HIJOS en la Red por la Defensa de los DDHH marcharon desde el Monolito en el Parque San Martín hasta el Penal de Villa Las Rosas, el lugar desde donde fueron sacados los once militantes para ser ultimados en el paraje salteño sobre la ruta nacional 34.
Fue Mirtha Torres, sobreviviente de la Masacre de Palomitas en julio de 1976, quien encabezó esta movilización. Al pasar frente a la unidad carcelaria, ubicada sobre la Avenida Tavella, recordó los lugares donde la mantuvieron detenida dentro de ese penal durante el cautiverio que compartió con las víctimas de la Masacre. "Cortaron la luz de todo el barrio de Villa Las Rosas y a oscuras los sacaron de las celdas", contó. "Solo se alumbraban las botas y se escuchaban los ruidos de las ametralladoras que golpeaban contra el piso del pabellón donde nos encontrabamos las detenidas políticas", rememoró sobre aquella trágica noche del 6 de julio de 1976.
"¡Asesinos, asesinos!" les gritaron les marchantes al personal del Servicio Penitenciario y a agentes de la Policía de Salta que custodiaban algunos de los accesos a la unidad carcelaria de Villa Las Rosas. Hubo momentos de tensión mientras pintaron sobre paredes de espacios anexos al penal "La lucha continúa" y "Palomitas no se olvida".
Durante la marcha de la tarde, las organizaciones sociales y de derechos humanos mencionaron los graves problemas que atraviesa, en la actualidad, gran parte de la población argentina. No solamente por la desarticulación de espacios de memoria y órganos del Estado que permiten investigar para enjuiciar a represores de la última dictadura militar. También se enfocaron en criticar el feroz proceso extractivista en curso, protesta sintetizada en frases como "El agua vale más que el litio", y revindicaron la lucha por sus derechos de minorías de género dentro del colectivo LGTBQ+.