El radicalismo logró incluir la educación escolar en el temario que integra el llamado Pacto de Mayo (que en realidad de pacto no tiene nada). Espero que en la redacción del punto 4 no haya participado la UCR. Y que tampoco lo haya aprobado. ¿Por qué razón? Porque de sus términos se puede inferir una clara concepción libertaria y neoliberal de la escuela. Veamos las razones de esta inferencia.

Es cierto que con la inclusión de la educación escolar en el temario del Pacto de Mayo se reconoce la importancia de la misma. Y eso está muy bien. Sin embargo, nada dice, por ejemplo, acerca del rol del Estado, o acerca de si la educación será o no gratuita, o acerca de si será o no obligatoria. De la referencia que se hace al abandono escolar no se puede deducir la obligatoriedad de la educación. Más bien, esa referencia parece una expresión de deseos. Y es obvio que no se trata de omisiones involuntarias. Alguno dirá que todo esto estará sujeto a discusión. Y sí, claro. Pero eso no desautoriza la inferencia acerca de la ideología que inspiró la redacción del texto. Al contrario, la fundamenta. (Por supuesto, el gobierno tiene todo derecho a plantear el debate que quiera. Y yo, a escribir este artículo).

En otro tramo del punto 4 se dice que “la educación debe ser útil”. Esta idea está siempre presente en todo debate neoliberal sobre la escuela: “la educación debe ser útil”. La pregunta es: ¿útil para qué? El que haya seguido un poco los debates sobre la educación escolar lo sabe perfectamente: útil para el mercado o para la economía, como quieran llamarlo. Y no está mal. Está muy bien. Pero cabe otra pregunta: ¿las humanidades (Filosofía, Ética, Literatura, Historia, Formación Cívica, etc.) son “útiles” o no? La perspectiva neoliberal dice que no. “Esas materias distraen, sobrecalifican”, decía nada más y nada menos que un Ministro de Educación europeo. Es decir, estas materias brindan más de lo que el mercado necesita. Los que así piensan se “olvidan” de que no solo vivimos en el mercado, que vivimos también en una comunidad política. Más concretamente: me parece importante que la escuela, además de formar para el mercado, forme en valores, forme ciudadanos democráticos, solidarios y comprometidos con la comunidad política. Y desde este punto de vista, esas humanidades son imprescindibles. Ya conocemos la respuesta neoliberal: eso no es educación, eso es “adoctrinamiento”. Bien libertario y bien neoliberal