El largo trayecto de María José Demare puede graficarse como un péndulo imaginario entre actuación y música. Tita Merello, a quien nunca por supuesto olvida, la amadrinó a partir del momento en que María José fue su hija ficticia en la telenovela Acacia Montero. Al mismo tiempo, casi, grabó su primer disco como cantante solista: El tren de las 8. Ambas disciplinas caminan juntas, pues, desde entonces. De un lado, papeles actorales en películas como La guerra del cerdo, Los Gauchos judíos, Rosarigasinos, o tiras televisivas (Situación límite, Nueve lunas). Del otro, algún disco de orientación rockera (Viva María), algún otro tanguero (Ella) y el participado Aurora, que ameritó interacciones con Rubén Rada, Luis Salinas, Adriana Varela, Marián Farías Gómez, Florencia Peña, y Ligia Piro, entre otros y otras.
Hoy, ese péndulo existencial está clavado totalmente en la música. Un poco, porque no la convocan para actuar. “Me siento actriz, soy actriz con una extensa carrera, pero no me convocan”, refrenda. Y otro poco, porque acaba de publicar con bombos y platillos “Queda tu música”, una canción dedicada a Luis Eduardo Aute, que no solamente será el bis de su nueva presentación en vivo (jueves 8 de agosto, a las 20.45, en el Café Berlín de Avenida San Martín 6656), sino parte central de su futuro disco. Por lo pronto, la otra “excusa” de la presentación en el Berlín será su último disco hasta ahora –Aute por Demare- que fuera nominado al último Gardel, combinada con temas de otros tiempos. “Habrá un ir y venir del pasado al presente”, adelanta la hija del director de cine Lucas Demare. “Está mi padre presente de una manera casi onírica, con sus películas. Está la idea, también, de contar parte de mi historia a través de las canciones de Aute, y de mi encuentro con él. Incluso, la portada del disco es una parte de una carta suya donde me agradece por cantar sus canciones y me dice que gracias a mí, sus canciones empezaron a ser conocidas aquí”.

Demare conoció al cantautor y pintor español, primero a través de sus pinturas y sus canciones de la década del '60 registradas en el disco 24 canciones breves (1968). Diez años después, cuenta ella, lo conoció personalmente en Madrid, amigo en común mediante. El vínculo artístico desembocó en la grabación de un demo que él le produjo a ella, y una nutrida relación epistolar entre ambos. “Habitualmente le mandaba mis grabaciones y Luis siempre, con gran generosidad y elogios, me alentaba. Sin dudas, fue en mi vida un gran referente, por eso este disco cobra un valor especial”, asegura la Demare, que presentará el disco acompañada por Dany Vilá, en arreglos piano y dirección musical; Esteban Rotunno, en batería; y Fede Galíndez, en guitarras. “Canto Aute desde los años sesenta, hasta que el año pasado, al ganar el premio Gardel por el disco Emociones, sentí que era el momento de hace un trabajo con temas suyos, porque además coincide con mis 60 años de trayectoria”.

Aute por Demare consta de 11 versiones (“Pasaba por aquí”, “Anda”, “Sin tu latido” y “Las cuatro y diez”, entre ellas) y lo único que la cantante lamenta es no haber podido mostrárselas a su autor, como habituaba hacerlo en otros tiempos. “Me hubiese encantado grabar el disco con Luis en vida, para que lo pudiera escuchar, pero entonces eras otras tiempos, otras actividades. Cuando volví de Europa grabé Viva María, un disco con temas rockeros, míos, y luego no volví a grabar por muchos años, porque me dediqué a la tv y al cine. Cantar Aute, cantaba, sí, pero solo en vivo y soñando con grabarlo algún día”, recuerda. “La verdad es que soy cantautora desde muy joven, porque me inspiraron sus canciones hasta que una vez, en Madrid, él se enteró de que yo cantaba sus canciones y me quiso conocer”.

-¿Qué recordás de ese encuentro, puntualmente?

-Fue un encuentro de los más importantes de mi vida. De pronto me vi en un estudio de grabación, grabando demos producidos por él… era un sueño el de conocer a un tipo con tanto en común: los mismos libros, la nouvelle vague del cine francés, los poetas malditos y tanto más. Sin dudas, Aute no solo fue un referente para mí, sino alguien de una generosidad increíble. Le mandaba todo lo que hacía en cintas o VHS, y siempre se tomó el tiempo de hacerme devoluciones increíbles. Incluso, lo sigo escuchando hoy, algo que nunca me pasó con ningún otro cantautor.

-Desmarquemos. ¿Qué huella dejó en vos Emociones, el disco que te llevó a ganar el Gardel, en 2023?
-Me sorprendió, porque lo hice en pandemia. En el encierro me lo puse a componer junto con De amores. Los dos discos forman parte casi de un mismo disco, dado que en la soledad vinieron todos los recuerdos… todo lo que no podía vivir, lo suplí por lo que venía a mi memoria de tanto vivido. Me encantaría que otros cantantes tomaran esas canciones, como me ha pasado con mis tangos que ya muchos los cantan.

-El tango, otro amor. Lo expresaste en tres discos: Alquimia, La Demare y Ella...

-Amor que descubrí de grande, sí, cuando vivía en Europa. Creo que tomé conciencia desde la emoción, al escucharlo en un café de París. Estaba en mi ADN.