La Universidad Católica Argentina (UCA) reveló datos preocupantes sobre la situación socioeconómica del país: en el primer trimestre de 2024, el 54,6% de los argentinos vive en la pobreza. Este porcentaje, basado en el informe del Observatorio de la Deuda Social Argentina (ODSA), marca un aumento significativo en comparación con el 38,8% registrado el año pasado.
El informe, titulado “Nuevos pobres, pobres más pobres y más desiguales: ¿Una crisis que va quedando atrás o un peor futuro por venir?”, se construye sobre la base de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del INDEC, que abarca 31 aglomerados urbanos.
Según explica el relevamiento, el deterioro de la situación económica tiene múltiples aristas. Una de las más destacadas es la caída del ingreso real de los hogares. En el primer trimestre de 2024, el ingreso promedio per cápita fue de $233.695, lo que representó una disminución del 20% respecto al año anterior, donde el ingreso promedio era de $295.128.
El aumento descontrolado de los precios de la canasta básica alimentaria y no alimentaria erosionó el poder adquisitivo, afectando especialmente a los hogares más vulnerables y a la clase media baja. Esta situación dio lugar a los llamados “nuevos pobres”, personas que hasta hace poco tiempo formaban parte de la clase media y que ahora se encuentran en situación de pobreza.
Desigualdad en el ingreso
La desigualdad también se profundizó. Los sectores más bajos ven a diario cómo sus ingresos se alejan aún más de los requerimientos básicos para la subsistencia. La brecha entre ricos y pobres se amplió, con una concentración de ingresos entre los ocupados de mayores ingresos.
El ingreso medio real de los trabajadores urbanos cayó un 18,5% durante el periodo analizado, con una reducción más pronunciada para los asalariados. Entre el primer trimestre de 2023 y el primer trimestre de 2024, la remuneración salarial media ajustada por inflación disminuyó de $451.888 a $361.445, una caída efectiva del 20%.
Impacto de la inflación y la recesión
La inflación y la recesión económica son factores determinantes en este escenario. A pesar de los aumentos en los programas sociales como la Asignación Universal por Hijo (AUH) y la Tarjeta Alimentar (TA), estos esfuerzos no fueron suficientes para contrarrestar los efectos devastadores de la inflación y la caída del empleo informal.
Según el informe de la UCA, la tasa de indigencia también aumentó y alcanza al 16,5% de la población. Esto significa que alrededor de 7,5 millones de argentinos no pueden cubrir ni siquiera la canasta básica de alimentos.
Regiones y sectores más afectados
El estudio detalla que las regiones más afectadas son el noreste y el noroeste argentino, donde la pobreza supera el 60%. En áreas metropolitanas como el Gran Buenos Aires, el incremento de la pobreza es notable, con un 56,7% de la población en situación de pobreza.
Los sectores más golpeados incluyen a los trabajadores informales, los desempleados y aquellos con empleos precarios. Además, la pobreza infantil es particularmente alarmante, con un 65,4% de los niños y adolescentes viviendo en condiciones de pobreza, lo que implica serias consecuencias para el futuro desarrollo del país.
El salto abrupto en la pobreza se dio en el inicio del ciclo del ultraderechista, con la liberación de precios y el incremento exponencial de la inflación. La política del mercado regulador y de no intervencionismo del Estado deja resultados catastróficos entre las diferentes capas sociales.
El informe de la UCA, presentado este lunes, señala que la pobreza y la indigencia alcanzaron niveles críticos en el primer trimestre de 2024 y no se ve una recuperación económica a corto ni mediano plazo.