Desde este lunes, el salón de usos múltiples de la Defensoría del Pueblo de la provincia de Buenos Aires llevará el nombre de “Abuelas de Plaza de Mayo”.

El espacio ubicado en calle 50 entre 8 y 9 fue bautizado así en homenaje a la institución que desde hace 47 años busca a los hijos e hijas de desaparecidos nacidos en cautiverio, durante la última dictadura cívico militar, que los consideraba "botín de guerra".

Además del anfitrión, participaron de la inauguración el defensor Guido Lorenzino, el ministro de Justicia y Derechos Humanos, Juan Martín Mena, la presidenta de Abuelas, Estela Carlotto y Herenia Sánchez Viamonte, en representación de Madres de Plaza de Mayo. Herenia es platense y madre de Santiago, quien fue secuestrado junto a su compañera Cecilia Eguía en 1977. Con 97 años, actualmente es la máxima autoridad de Madres. 

"Agradezco este espacio que generosamente nos han regalado, porque nuestra vocación siempre ha sido esa de enseñar, de mantener viva la memoria", destacó Carlotto durante el acto y agregó: "Hoy seguimos buscando a nuestros nietos, y aunque hemos encontrado a 137, aún falta mucho. Seguimos luchando, viajando por todo el mundo en busca de respuestas y apoyo. Este salón es un reconocimiento a esa lucha y un compromiso con la historia y la memoria". 

Refiriéndose al contexto general, Lorenzino dijo que "pareciera que la memoria no tiene lugar, la historia no tiene lugar, y todo parece dar lo mismo", pero destacó: "Para nosotros todo no da lo mismo. La historia sí tiene lugar, la memoria sí tiene lugar, y ellas dos, Estela y Herenia, en representación de tantas y tantos, entrañan esa historia y esa memoria que no queremos perder".

El ministro Mena tamién destacó la tarea de Abuelas. "La tarea que ustedes llevaron adelante todos estos años fue mucho más profunda y mucho más importante de lo que ellos creen; por eso no van a poder borrar nada de lo que nuestro pueblo aprendió de la mano de ustedes".

A la vez, se comprometió públicamente a continuar la búsqueda. "Estela siempre habla de las nuevas generaciones y cómo hay que tomar la posta para darle continuidad al proceso de memoria, verdad y justicia, esto no se va a detener nunca, ustedes lo saben muy bien, no lo vamos a permitir", aseguró. "La búsqueda de nietos tampoco", reafirmó el funcionario

Sobre el final, Mena dijo: "A veces pienso, me pregunto cómo hicieron. Sinceramente, si no lo hubiésemos vivido no sonaría creíble procesar esa tragedia: los aberrantes crímenes, lo que sufrieron en términos personales, las agresiones, los embates la tortura, golpeando las puertas que había que golpear hasta el cansancio. Más allá de eso, en un momento la justicia llegó, la verdad llegó, falta mucho más por buscar pero tenemos que seguir siempre el ejemplo que nos dieron".

Milei y Villarruel, contra el derecho a la identidad

La medida es de alto valor simbólico y político, porque coincide con la decisión que  en medio del recorte amparado en las facultades que le otorga la recientemente sancionada Ley Bases y el discurso de la reducción del gasto público, amenaza con una nueva ola de despidos deje inoperativa la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (Conadi).

La Conadi fue creada en 1992, durante la presidencia de Carlos Menem, para esclarecer el paradero de hijos e hijas de desaparecidos y de personas nacidas durante el cautiverio de sus madres en centros clandestinos de detención.

En mayo pasado, el Ministerio de Seguridad de la Nación publicó un comunicado en el que niega a la Conadi el derecho a requerirle legajos de las Fuerzas Policiales y de Seguridad Federales para la investigación del destino de los niños y las niñas robados durante el terrorismo de Estado, además de tergiversar sus tareas y desinformar a la población sobre ellas. Casi en simultáneo, en el Ministerio de Defensa se desmanteló el equipo de relevamiento de archivos de las fuerzas.

Ambas medidas, sostienen desde los organismos, están relacionadas y buscan entorpecer la resolución del delito de apropiación de menores en el marco del plan sistemático de apropiación durante la última dictadura.

La Asociación Abuelas de Plaza de Mayo obtuvo numerosos reconocimientos internacionales y fue cinco veces nominada para el premio Nobel de la paz. Ya logró la restitución de la identidad de 137 nietos y nietas, pero se calcula que otros 300 viven aún bajo la identidad que les impusieron sus apropiadores.