Con una trayectoria de tres décadas y una quincena de discos publicados en distintos sellos, María Elena Sosa se permitió cambiar el rumbo. Sin dejar de lado lo transitado, pero dispuesta a desandar nuevos senderos, la cantante rosarina le dio forma a Apertura, un trabajo en el que se aproxima a un cancionero de corte internacional que se ofrece como síntesis de un año intenso para la artista. Es que, tras ganar la competencia argentina del Festival Internacional de la Canción 2016, viajó a Punta del Este para representar al país y, desde allí, lanzarse a una gira que incluyó conciertos en Cuba, República Dominicana, Panamá y Colombia. Hasta esos destinos llegó con sus nuevas canciones, pero también con la esencia litoraleña que ha marcado su extensa trayectoria. Esa amplitud musical también se hará presente en el concierto que mañana, a las 20, Sosa ofrecerá en el Teatro de Plataforma Lavardén (Sarmiento y Mendoza), en la que será la presentación oficial de Apertura, y donde contará con la participación de su hijo Gerardo Bautista (en teclados y dirección), de Mauri y Simón Merlo y del Ballet El Malón de Fray Luis Beltrán, sumando además la animación de Alicia Benítez.

Producido musicalmente por Bautista, Apertura reúne canciones inéditas junto a versiones sobre "A mi manera", "La nave del olvido" y la zamba "Ya no vendrás". En medio del proceso de grabación, Sosa participó del Festival Internacional de la Canción, donde resultó ganadora de la sede Argentina. Ese hecho terminaría resultando clave ya no sólo en la gestación final del disco, sino que cambió las proyecciones de su propia trayectoria artística. "Cuando fuimos al festival en Punta del Este, encontrarme con cantantes de otros países, con otras culturas, me fue abriendo la cabeza. De allí salió después la gira internacional, me distinguieron en Panamá con el premio A la Excelencia Latina por mi tema 'Seguiré'... nos fue muy bien en Centroamérica. Es algo que no había hecho en treinta años de carrera, nunca pensé esto", admite la cantante.

Y remarca: "Hacer esta apertura al repertorio internacional no era fácil. Porque yo no dejo de cantar mi música del litoral, en ningún momento. Entonces tengo que hacerle entender a mi público que ahora hay algo más que un chamamé, que un rasguido doble. Eso había que volcarlo en el disco, y logramos un hilo conductor que une a esos ritmos. Y se ve que a la gente le ha caído bien, porque para la presentación del domingo el teatro está casi lleno. Veo que a la gente le gusta. El público chamamecero no escucha solamente chamamé, le gusta cuando Marco Antonio Solís canta 'La primavera'. Cuando una cosa es buena, es linda, y está bien hecha, no podés negar que te gusta".

En ese proceso, la presencia de su hijo como productor musical, explica, fue fundamental: "Gerardo tiene esencia. Porque puede venir cualquier buen músico a hacer el disco, pero él tiene esencia del litoral. Si bien también hace otras cosas, porque toca pop, rock nacional, sabe dónde nace esta música. El disco es moderno, fresco, tiene luz, pero no perdió la esencia de la música del litoral".