Dos millones de dólares es la multa fijada por el Banco Central de la República Oriental del Uruguay que suma problemas a la ya dificil situación de Alejandro Muszak, CEO de la financiaera Wenance. La novedad da prácticamente por tierra con las exectativas del empresario preso y sus presuntos cómplices que esperaban encontrar la manera de recuperar la libertad.
Muszak aún no pudo reunir los casi mil millones de pesos de la fianza fijada en la causa de San Isidro, que le permitiría abandonar el penal de Magdalena, donde reside desde abril. A ello se suman el embargo de mil millones trabado en la causa que tramita en el juzgado 43 de la CIudad Autónoma de Buenos Aires y, ahora, los dos millones que le reclaman en Uruguay.
Muszak presentó la escritura de su propiedad en Miami para cubrir la caución pero no fue aceptada por insuficiente. Los denunciantes consideran que el empresario se habría quedado con casi 200 millones de dólares, a los que no puede echar mano pues sería una forma de autoincriminarse. Allí, el dilema del financista.
Los damnificados por su operatoria, tanto de Wenance, como de Be Capital y Abuntia, siguen de cerca los movimientos de la defensa de Muszak, que podrían dar una pista de dónde están los ahorros que le confiaron. En la última indagatoria, Muszak manifestó no tener ingresos y vivir de la ayuda de su familia, lo que generó enorme irritación entre los inversores.
Por las carcaterísitcas de la causa, el CEO de Wenance ya se ganó el mote de "el Madoff de Olivos", que responde al hecho de que ambos llevaron adelante sendos esquemas Ponzi. Por definición, "esquema Ponzi" es cuando lo que perciben los inversores no se debe a la administraicón del patrimonio invertido sino a nuevos aportes de capital, provenientes de otros inversores. Una suerte de huida hacia adelante.
Muszak prestaba dinero a sectores no bancarizados, pero su negocio no consistía en cobrar esos intereses, sino en vender los créditos a terceros, a través de fideicomisos. De esa manera, le transfería el altísimo riesgo a los inversores. Llegó a vender seis veces el mismo crédito.
Panorama judicial completo
En Uruguay, la empresa es investigada por estafar a unos 600 inversores, bajo la misma modalidad utilizada en Argentina. Lo mismo ocurre en España, donde operaba bajo la marca comercial Abuntia.
En Argentina, además de dos causas por estafa y asociación ilícita, radicadas en San Isidro y Buenos Aires, en los juzgados de Andrea Rodríguez Mentasty y Paula González, respectivamente, enfrenta una por lavado de activos en el juzgado federal de Daniel Rafecas.
Su concurso en el fuero Civil y Comercial también está por caer: la concursada no presenta sus libros contables, a pesar de que la jueza Gabriela Paladín lo intimó a hacerlo ocho veces.
Sus abogados pretendían que se levantaran las sanciones para que la empresa pudiera seguir operando, bajo el argumento de que, de lo contrario, se estarían generando daños irreparables a la sociedad, lo cual comprometería considerablemente la posibilidad de realizar cualquier actividad tendiente a cumplir con el acuerdo de reorganización que está realizando con los inversionistas”.
La respuesta del ente regulador es lapidaria con las pretensiones de la empresa: "Wenance Uruguay S.A no presenta ninguna evidencia ni solicita el diligenciamiento de prueba alguna tendiente a demostrar que el cumplimiento de la resolución le causa ‘daños irreparables’ ni presenta documentación alguna que acredite el alcance y los términos del acuerdo de reorganización empresarial que alega se estaría realizando con los inversionistas”.
La vuelta de Hardie
Santiago Hardie, uno de los socios de Muszak denunciados en la primera causa, fue secretario de Agricultura Familiar durante la presidencia de Mauricio Macri y guardó un prudente perfil bajo durante toda la investigación.
Algunos medios lo sindican como el hombre al que Patricia Bullrich le encargó, hace algunos meses, encontrar un nuevo partido político, para no quedarse sin nada cuando se formalizara la ruptura con el PRO.
Durante las primeras semanas del gobierno, Hardie se movía como secretario de Protección Civil, dentro del ministerio de Seguridad, aunque su designación no había sido firmada. En la web del ministerio, su puesto figura todavía vacante.
Hardie y Muszak no terminaron bien. Sin embargo, hace dos meses, en una de las tantas irregularidades que rodean la causa Wenance, se supo que los dispositivos electrónicos de Muszak, incautados en un allanamiento en julio de 2023 y nunca peritados, se habían perdido dentro de un depósito de la policía federal que, al igual que Hardie, depende del ministerio de Bullrich.