El flamante ministro de Desregulación Económica, Federico Sturzenegger, centró su tarea de identificar leyes que él cree obsoletas en base a lo que le dicta la Inteligencia Artificial. Según supo Página I12, se jacta el funcionario, en reuniones privadas con empresarios, de tener un equipo de jovenes sub-30, especialistas en el tema, que son quienes aplican la tecnología para observar cómo se aplicaron, reglamentaron y utilizaron normas en los últimos diez años. En síntesis, son los que vía un programa dicen qué leyes sirven y cuáles no. 

De hecho, el resultado de esa pesquisa virtual es el corazón de la Ley de Hojarascas -con la que quiere barrer más de 100 leyes- y, en paralelo, de alguno de los ejemplos de normas que no sirven que dio el propio "Sturze" en las últimas horas: por caso, la ley que regula a las palomas mensajeras, que para el flamante ministro no sirve para demasiado. 

Hace unas semanas, Sturzenegger contó en detalle a ceos amigos cómo funciona el sistema de I.A. y qué relevancia tiene para ver si las leyes se aplican, sirven o no. Los más desconfiados, que hablaron con este diario, afirman que buena parte de las desregulaciones que ya estaban en el DNU que hoy está vigente y que Sturzenegger vendió como un trabajo artesanal, se habían hecho con una aplicación de esta tecnología. 

Lo curioso de esta historia y lo que comentan las malas lenguas es que toda esta penetración de la IA en el Gobierno parece casi una acción promocional del tema nivel global. Milei busca que Argentina sea un polo de registro de empresas tecnológicas que está ofreciendo a regulación cero, que es lo que no ocurre casi en ningún lugar del mundo. No son pocos quienes, en este contexto, aseveran además que la IA se está utilizando no sólo en cuestiones económicas, sino también en temas políticos, técnicos y de investigaciones de inteligencia en el Gobierno. 

Un equipo de obsesivos con el tema

La Inteligencia Artificial penetró en Sturzenegger vía Demian Axel Reidel, hombre de su confianza y actual titular del Consejo de Asesores Económicos. "Satanás", tal el mote del ex JP Morgan, confesó que desde su adolescencia está obsesionado con las aplicaciones prácticas de la IA. Él fue quien, luego de muchas charlas con Milei, convenció al presidente de la utilidad casi central de la tecnología para reformar el Estado. 

Tanto es así que el propio Milei admitió que las tareas de ajuste y revisión de plantillas y normas se estaban haciendo "con un programa de Google". Reidel fue quien le organizó las reuniones con los gigantes de Sillicon Valley y quien se encargó de vocear que Argentina se alejará de la ultra regulación de los chinos e, inclusive, de las leyes de control de Estados Unidos. Sin ir más lejos, en el Círculo Rojo la mayor duda es por qué el Presidente habla todo el tiempo de la virtualidad y nada de la economía real, el empleo y la producción

Hoy, el equipo de Sturzenegger en la cartera de desregulación está integrado por tres cuadros técnicos y uno muy importante, que pone operativamente en marcha casi todas las ideas de "Sturze". La referencia es para Maximiliano Fariña, un economista cordobés de la Universidad de San Andrés que ya fue asesor de Horacio Rodríguez Larreta y que colaboró en varios libros con Sturzenegger. Es más, hace tiempo viene trabajando para Milei: fue el sostén técnico de Martín Menem en la defensa de la Ley Bases. 

Los otros dos referentes son Marcelo Hernández y Martín Rossi. Hernández, oriundo de Mar del Plata y abogado de esa universidad nacional, también aportó a la ley Bases y trabaja hace varios años con Sturzenegger. Rossi, en tanto, también es docente en UDESA y tiene un doctorado en Economía en Oxford. Por último, al equipo se sumó un cuadro muy particular: la referencia es para Alejandro Tamer, Ingeniero industrial, uno de los fundadores de Despegar.Com, y quien fue candidato a vicepresidente de San Lorenzo por la oposición, en las últimas elecciones. Fuera del equipo quedaron dos fieles asesores de Sturzenegger, que lo acompañan de los años del macrismo. No estarán en el nuevo ministerio el ex BCRA Lucas Llach y tampoco Shunko Rojas, ex secretario de Comercio exterior en los años del PRO y quien, actualmente, es también lobbysta de la minera Río Tinto.