El bar cultural "Normanda" está ubicado en la calle Fonrouge al 176, en la parte este de Lomas de Zamora. Se encuentra emplazado en uno de los mayores exponentes arquitectónicos y patrimoniales de todo el partido. La casona data de 1928 y su eclecticismo posee reminiscencias a los estilos vasco y, justamente, normando.

"Normanda comenzó como un sueño compartido entre familiares", explica Alejandro Wolf. "La casa, que pertenecía a mis padres, estaba en un estado de deterioro exterior, pero vimos la oportunidad de restaurarla para albergar un bar-restaurante con una propuesta cultural integral". 

La restauración estuvo a cargo de Virginia Tomas, arquitecta especializada en casas antiguas, quien mantuvo la esencia arquitectónica original mientras adaptaba el espacio para las necesidades gastronómicas y culturales del proyecto.

Normanda ofrece una carta que combina lo tradicional con lo innovador. "Nos enfocamos en crear platos que complementen la experiencia de bar, pero con un toque más elaborado", comenta Alejandro. Hamburguesas, pizzas, y platos tradicionales, como pastel de papa y gnocchis, son algunos de los favoritos entre los comensales, junto con opciones vegetarianas, veganas y sin gluten. Además tienen doce canillas de cervezas distintas y frescas. Vinos, tragos, cafés y una variada oferta de tés. El espacio abre tres veces por semana. Los jueves, viernes y sábados desde el mediodía hasta pasada la medianoche.

“En los demás días estamos a disposición para quien quiera hacer un evento. Suelen haber casamientos, festejos, despedidas de año. Incluso hay interés a veces en utilizar nuestros salones que están equipados con proyector, pantalla, para hacer reuniones de trabajo, lo cual también es factible. Hay eventos de colegios, festejos de despedida de año que también se hacen aquí", afirma Alejandro. 

Los vecinos de Lomas lo tomaron como primera opción de espacio de encuentro.

Pero Normanda ganó reconocimiento por sus eventos culturales, desde pequeños recitales y exposiciones de pintura hasta proyecciones de cine con debates moderados por especialistas y lecturas de poesía. "Incluso organizamos eventos especiales como la proyección semanal de Game of Thrones, que se convirtió en un clásico del invierno con gran concurrencia", añade Alejandro. “Llegamos a juntar hasta sesenta personas sentadas viendo el nuevo capítulo estreno, comiendo unas lentejas calientes. Esas oportunidades tratamos de aprovecharlas, la gente las valora mucho", completa. 

El centro cultural cuenta con un gran parque jardín, donde suelen hacerse recitales. Alejandro relata que han pasado por ahí músicos del Teatro Colón y folkloristas reconocidos, entre otros. También se realizan distintos talleres, como yoga, tejido, pintura, literatura y siempre están recibiendo propuestas.

Que la gente se sienta cómoda y bien atendida es un tema central. Mi esposa, Marta, es quien presta especial atención a ese tipo de cosas y está siempre detrás de los detalles. Incluso cuando hay chicos de por medio, se les da la oportunidad de que tengan juegos o que puedan tener un atril para pintar. Nadie se aburre. Incluso tenemos un parque atrás muy amplio, que muchos llaman “el bosque” porque tiene muchos árboles. Es un lugar muy agradable. Recibimos incluso mascotas. Tratamos de que todo el que viene se sienta cómodo", afirma el anfitrión de Normanda. 

Otras de las actividades que realizan con regularidad es una feria artesanal. “Tenemos una persona dedicada a seleccionar los stands, los expositores, para que realmente sea artesanal, que no sea solamente un comercio. Ya es un clásico. Hay varias por año” agrega.

Normanda se encuentra en una zona de casas residenciales, no en la parte comercial de Lomas. “Creo que fue justamente eso lo que nos permitió tener un estilo diferente. No es el mismo público que el de las Lomitas. A nuestro bar vienen una variedad muy amplia de edades, muy jóvenes hasta niños o abuelos, especialmente durante la tarde. La noche es más tranquila, es el horario de mayor actividad para nosotros, pero con un perfil donde vos podés conversar escuchando buena música, tomando algo que es un poco lo que busca nuestro público", afirma. 

Con una base sólida y una comunidad creciente de seguidores, Normanda continúa expandiendo su oferta cultural y gastronómica, siempre con el objetivo de ser un espacio que combine la buena comida, la cultura y el ambiente acogedor. "Estamos emocionados por lo que el futuro le depara a Normanda", afirma Alejandro. "Seguiremos siendo fieles a nuestra visión original mientras exploramos nuevas formas de enriquecer la experiencia de nuestros visitantes". 

Normanda se erige no solo como un restaurante-bar, sino como un centro cultural vital. Para estar actualizado sobre sus actividades culturales se puede seguir al bar en sus redes sociales.