El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, es una referencia del presidente Javier Milei y la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, para hacer bandera de las políticas represivas; pero tras su guerra "contra las pandillas", el segundo mandato del mandatario salvadoreño apunta contra las "mafias" empresariales por los precios de los alimentos. "Mercados a precios justos" es el programa que lanzó Bukele este miércoles, a contramano de la prédica de la mano invisible que Milei aplicó con la eliminación del programa "Precios cuidados" y la derogación de la Ley de Abastecimiento, celebrada por el flamante ministro de Desregulación, Federico Sturzenegger.
"Acercamos a productores, importadores y emprendedores directamente a los clientes. El Gobierno solo es un facilitador, pero ahorrando intermediarios, ellos pueden ofrecer estos precios, mejor calidad y frescura", celebró Bukele sobre su método para controlar los precios de los alimentos en El Salvador.
El programa lanzando por el presidente del Salvador se diferencia de "Precios cuidados", inaugurado en la segunda presidencia de Cristina Kirchner y continuado hasta diciembre pasado, en que no negocia con los supermercadistas sino que los corre como intermediarios. En ese sentido, se asemeja más a programa como "Carne para todos" que consistía en ferias itinerantes o el programa de Mercados Bonaerenses, vigente en la provincia.
La previa del anuncio ocurrió el domingo, a través de cadena nacional. Bukele señaló que haría un llamado como lo había hecho "con los pandilleros" en 2019 y cruzó a supermercadistas, exportadores e importadores de alimentos que "paren de abusar del pueblo salvadoreño (con los precios) o que no se quejen después".
Ese día, el presidente salvadoreño hizo un posteo en la red X para lanzar su guerra contra los precios --como alguna vez le dijo el ex presidente Alberto Fernández--. Primero criticó las "condenas de la 'comunidad internacional'", por las denuncias por violaciones a los derechos humanos de su método contra las maras; algo que sí respalda la ministra Bullrich y luego anticipó que replicaría el método contra los empresarios; algo que rechaza de plano Milei.
"Ahora que, para sanar nuestra economía y salir de la pobreza, hemos decidido ir contra los cárteles oligopólicos y las mafias, vuelven a surgir los ataques y las condenas... Sería muy tonto de nuestra parte no volver a intentar nuestra propia receta, que responde a nuestra propia realidad. La última vez que lo hicimos, logramos un milagro que nadie habría imaginado posible", confió Bukele en su cruzada contra los altos precios de los alimentos.
A contramano, el gobierno de Javier Milei eliminó el programa Precios Cuidados, el Observatorio de Precios y derogó la Ley de Abastecimiento, bajo la premisa expresada por la canciller Diana Mondino: "Si alguien pone un precio muy caro, nadie le va a comprar. No hace falta tener demasiada educación para eso". El flamante ministro de Desregulación puso a la derogación de la Ley de Abastecimiento como una de las leyes que ya fueron eliminadas y que será la guía de la "Ley Hojarascas" que llegará al Congreso para seguir soltándole la mano al mercado.
Bajo ese política, en el primer trimestre del gobierno liberal libertario los precios de los alimentos acompañaron la inflación récord hasta que se desplomaron por el desplome del consumo. En abril, Milei y su ministro de Economía, Luis Caputo, buscaron estadísticas hasta en bots no oficiales de cadenas de supermercados para justificar que el camino es liberar al mercado.
El desaire que la política de precios lanzada por Bukele significa para el relato del gobierno de La Libertad Avanza no es la primera. Cuando Milei lo visitó para la asunción de su segundo mandato, tras una gira con SEO de Sillicon Valley, el presidente salvadoreño dijo en su discurso en el balcón de la casa de gobierno: "Lo público debe ser mejor que lo privado. No hagan caso a voces que tratan de envenenar la mente de la gente cuando construimos algo bueno para el pueblo y que es el pueblo el que lo utiliza".
Semanas después, tocó el turno de la visita de Patricia Bullrich. La ministra se mostró de gira por las cárceles salvadoreñas denunciadas por violaciones a los derechos humanos para continuar construyendo su perfil de mano dura. Pero cuando tocó la visita protocolar con Bukele, el mandatario eligió subir un particular recorte del encuentro en el que festejaba la Ciudad de Buenos Aires como "la más linda" y, en particular, recordó haber quedado encantando por la venta de libros con mantas sobre las veredas. Práctica que la gestión PRO califica de "manteros" y persigue con operativos represivos.