El desierto de Atacama, el más árido del planeta, se vistió con un manto de flores violetas y blancas en una extensión de varios kilómetros cuadrados como consecuencia de inusuales lluvias registradas en esta zona del norte de Chile.

El fenómeno, que no se veía desde 2015, sorprendió a turistas y a habitantes de localidades cercanas.

"La lluvia de 11-12 milímetros, más una nubosidad baja que ha estado muy intensa en la zona y que moja todas las noches estas superficies, ha ayudado a la activación de estas plantas", explicó César Pizarro, jefe de conservación de biodiversidad de la Corporación Nacional Forestal (Conaf).

El experto aclaró que este fenómeno nada tiene que ver con el llamado desierto florido, que ocurre durante la primavera.

Cuando ocurre el desierto florido en su máximo esplendor, más de 200 especies vegetales florecen. Ahora, la principal protagonista fue la "pata de guanaco", una flor violeta que apenas requiere agua y prefiere los sitios arenosos.

Los investigadores aún no determinaron si este fenómeno, registrado también en el invierno de 2015, "tiene relación directa con el cambio climático o no, o con los fenómenos de El Niño o La Niña", explicó Pizarro.

Expertos consideran que los florecimientos que se fueron dando en el desierto chileno permiten analizar los desafíos a los que la humanidad se enfrentará si estas condiciones extremas, de bajas lluvias y altas temperaturas atribuidas al cambio climático, se replican en otros lugares del mundo.