Desde Brasilia
A la huelga general: la Central Unica de los Trabajadores (CUT) propuso esa medida de fuerza ayer durante el acto en San Pablo contra las reformas laboral, que entra en vigor este sábado, y la previsional que tiene estado parlamentario pero su aprobación parece incierta. La Plaza da Se, frente a la Catedral en el centro paulista , es un reducto histórico de la CUT y el Partido de los Trabajadores. Allí, ante centenas de banderas rojas Douglas Izzo , titular de la CUT paulista, denunció “esta reforma laboral que es una afronta a la Constitución y al pueblo brasileño, no permitiremos que avance y desde ya alertamos que si la reforma previsional avanza vamos a parar Brasil”.
Durante la concentración se votó y aprobó una convocatoria a un día de protesta nacional o una huelga general como la realizada en abril pasado, que fue al primera desde 1996. Claro que para una medida de fuerza de esa magnitud se requerirá del apoyo de las otras organizaciones gremiales empezando por la antipetista Fuerza Sindical, otrora aliada de Michel Temer con quien nunca rompió por completo.
Luego de la exitosa huelga de abril se realizó otra, en junio, pero esta vez con menos participación debido al boicot de Fuerza Sindical.
Otra causa que explica el bajo acatamiento del segundo paro nacional, el de junio, fue la represión policial de la manifestación realizada el 24 de mayo en Brasilia cuando Temer dio el primer paso elocuente hacia un régimen autoritario al movilizar a las Fuerzas Armadas para restablecer la “ley y el orden”.
En la CUT, la organización más poderosa, se nuclean unos tres mil sindicatos que representan a 24 millones de trabajadores. Esa organización responde por cerca del 35 por ciento de los asalariados formales, seguida por Fuerza Sindical con el 15, según datos de 2014.
Ayer hubo una convocatoria unitaria a los actos de protesta en San Pablo, Río de Janeiro, Brasilia, Belo Horizonte y otras capitales. La concentración de Fuerza Sindical, con sus característicos colores naranja, comenzó por la mañana en el popular barrio paulista Mooca, desde donde luego una parte de los manifestantes se dirigió hacia la Avenida Paulista donde confluyendo con las columnas de la CUT.
El dirigente metalúrgico Miguel Torres, de Fuerza Sindical, no descartó un paro general si se aprueban los cambios, drásticos, al sistema previsional mientras se intenta frenar en los tribunales la ley 13.467 considerada inconstitucional por parte de los jueces del Foro Laboral.
A través del nuevo régimen prácticamente se “demuele” la Consolidación de las Leyes Laborales sancionada en 1943 por el presidente Getulio Vargas y se restablecen relaciones de la época de la “esclavitud” planteó recientemente el senador y ex dirigente de la CUT Paulo Paim, en diálogo con PáginaI12.
A partir de hoy entran en vigor los contratos “intermitentes”, que equivalen a “trasladar al trabajador golondrina del campo, a los contratos de trabajo urbano” comparó del centro de estudios sindicales Dieese. Mediante ese tipo de vínculo el patrón decide por cuántos días contrata a su empleado, que será multada si falta, y figurará como un trabajador formal aunque su situación sea precaria y lo obligue al multiempleo. Y si el empleado falta pagará una multa.
Los empleadores podrán fragmentar las vacaciones en hasta tres veces eligiendo en que meses concederlas, las trabajadoras con hijos pequeños no tendrán derecho a amamantarlos en lugares limpios alejados de las máquinas, y fue eliminada la contribución sindical obligatoria. Y se consagra el principio de que “lo acordado en la empresa está por sobre lo legislado”, con lo cual se mina la capacidad de resistencia del trabajador su patrón.
El presidente nacional de la CUT, Vagner Freitas, planteó una estrategia de lucha política y gremial para hacer frente a un “gobierno golpista”. Freitas sostuvo que mientras se boicotea la aplicación de nueva ley laboral debe iniciarse una campaña de agitación contra la Previsión, que es un tema rechazado por ocho de cada diez brasileños. “Tenemos que continuar alertas, invadir las redes sociales de los diputados, y decir claramente que el que parlamentario que vota a favor del proyecto (jubilatorio) de Temer no va a tener el voto del trabajador” en las elecciones de octubre 2018.
La estrategia de la CUT es clara: por un lado movilizar y acumular fuerzas con miras a un paro ligando la baja popularidad del presidente, con el 3 % de apoyo, a los cambios en la jubilación que incluyen elevar a 65 años la edad mínima para hombres y mujeres. Y por otro respaldar la elección de Luiz Inácio Lula da Silva en 2018 y la formación de una bancada “popular” en el Parlamento a fin de derogar las reformas ( o contrarreformas) heredadas del gobierno de excepción.