El 25 y 26 de Julio tendrá lugar la reunión de los ministros de economía de los países del G20 en Río de Janeiro - en la cual participa la Argentina- para preparar la reunión de los presidentes del 18 y 19 de Noviembre del 2024. Uno de los temas económicos más importantes será discutir la propuesta de la creación de un impuesto a los súper ricos del gobierno brasileño, que será presentada por su ministro de economía, Fernando Haddad. La propuesta es cobrar un impuesto especial del 3 por ciento del monto de su fortuna a los 3000 individuos más ricos del mundo -vale decir aquellos que poseen un patrimonio superior a los 15.000 millones de dólares, casi dos veces y media el PIB argentino-.

Según cálculos realizados por Gabriel Zucman, que es profesor de la Escuela Economía de París y en la Universidad de Berkeley, en California, muestran que, hasta ahora, todos los impuestos directos e indirectos pagados por esas personas solo representan 0,3 por ciento de su patrimonio, es decir una proporción muy inferior a la que pagan la mayor parte de los ciudadanos, incluso los más pobres que cotizan más debido al IVA.

Lo pagado por los más ricos del mundo no solo es irrisorio sino que aparece como el resultado de la llamada “evasión fiscal legal” o más elegantemente denominada “optimización fiscal”. Las formas de eludir el pago de impuestos directos a las personas o al beneficio de las empresas son conocidas: la autocompra por parte de las empresas de sus propias acciones con sus beneficios, antes de ser distribuidos nominalmente. Esto permite a los accionistas mayoritarios no pagar el impuesto al ingreso y, a la vez, incrementar su fortuna gracias al aumento de la cotización de las acciones y su control sobre la empresa. 

El otro sistema es la expatriación fiscal como la practicada por ricos argentinos instalados en Uruguay, o inscribir la sociedad en otro país donde se pagan menos impuestos a los beneficios o al ingreso, o más comúnmente pagar los dividendos de una empresa en otro país para eludir la regulación cambiaria, aunque ahí ya estamos en el caso dudoso del fraude fiscal. El medio norteamericano ProPublica reveló que en 2011, Jeff Bezos accionista mayoritario de Amazon, logró no pagar un centavo de impuestos, lo que le permitió incluso darse el gusto de cobrar las asignaciones familiares. Elon Musk, el “amigo” de Milei, pagó solo 8410 dólares por el impuesto al ingreso en 2018.

En declaraciones al diario Le Monde, Fernando Haddad explica que esta propuesta es hacer que lo cobrado con este impuesto “sea la base de la creación de un fondo internacional que sirva para resolver los problemas globales como la crisis climática o la lucha contra la pobreza”.

Antecedentes

Se trata del segundo impuesto global, puesto que ya existe el impuesto a las empresas multinacionales del 15 por ciento creado en 2021 por el G20, y cobrado y administrado por la OCDE; que será repartido entre los países en los cuales cada multinacional tiene actividades. Este impuesto ya fue implementado en la Unión Europea y en al menos diez países más a partir de enero de este año.

A la Argentina esto le debería aportar varias decenas de millones de dólares. Janet Yellen ministro de economía de los Estados Unidos declaró que se trataba de “terminar con la carrera entre los países que disminuían los impuesto sobre los beneficios de las corporaciones” para obtener su radicación formal en su territorio.

Lo que hace a este nuevo impuesto, muy novedoso en su concepción, es obtener un resarcimiento a nivel global por parte de las personas más ricas. Gracias a sus posiciones en monopolios u oligopolios concentrados, obtienen súper beneficios y distorsionan la distribución del ingreso en detrimento de los más pobres. Por otro lado, producen con su actividad emanaciones de monóxido de carbono que envenenan la atmósfera del planeta lo cual es para ellos una fuente de beneficios pero de daño para la mayoría y existe la convicción que deben pagar para luchar contra la crisis climática que ayudan a provocar.

En el caso de este impuesto internacional, Estados Unidos ha aceptado el principio del impuesto, ya que Janet Yellen ya ha dado su acuerdo formal y Brasil, que es la octava potencia económica mundial, también. Alemania, los países del grupo BRICS España, Bélgica, la Unión Africana, Colombia y Francia han declarado apoyar dicha propuesta. Joe Biden ha propuesto en su programa un impuesto similar pero interno a su país.

Estas medidas tienen un amplio apoyo de los ciudadanos, que comprenden cada vez más claramente que desde fin de los años 1980 la dinámica asimétrica neoliberal les es totalmente desfavorable a sus intereses. Es necesario apoyar este tipo de iniciativas, aunque puedan parecer utópicas, ya que los tiempos van cambiando. En efecto, ¿quién hubiera osado decir hace diez años que el G20 impondría punto final al secreto bancario que aparecía como una suerte de derecho humano a practicar el fraude fiscal?

*Doctor en Ciencias Económicas de l’Université de Paris. Autor de La economía oligárquica de Macri, Ediciones CICCUS Buenos Aires 2019. [email protected]" style="background-color: rgb(255, 255, 255);">[email protected]