El exdirector de Aerolíneas Argentinas y exembajador en Bolivia Ariel Basteiro analizó por la 750 los planes del Gobierno nacional en relación a la línea de bandera y expresó su preocupación por la avanzada desreguladora del mercado aerocomercial impulsada por el nuevo ministro Federico Sturzenegger.
Para quien tuvo sus primeros pasos en el sindicalismo dentro de la Asociación de Personal Aeronáutico (APA) —de la que llegó a ser Secretario General—, el escenario actual es peor que el de los años '90, cuando tuvo lugar la privatización de la histórica firma nacional.
“Yo creo que el proyecto es mucho más jodido todavía. Allá fue privatización. La entregaron como una joya de la abuela. Fue una transnacionalización. Ahora yo creo que vienen por la desaparición de Aerolíneas Argentinas”, expresó Basteiro, de manera cruda, ante la pregunta de Gustavo Campana.
A lo que añadió: “Se dieron cuenta de que si quieren beneficiar a sus amigos el objetivo es que no esté en el mercado, porque es una marca muy fuerte, tiene trabajadores que la defienden mucho y saben que el proyecto de privatizar termina nacionalizándose posteriormente”.
En 1990, Aerolíneas Argentinas fue privatizada y pasó a manos del consorcio español Iberia. En 2001 cayó en manos del Grupo Marsans, donde terminó de ser vaciada y reducida a su mínima expresión. En 2008, con 167 votos a favor y 79 en contra en Diputados y 46 votos en favor y 21 en contra en el Senado fue nacionalizada nuevamente.
Ahora, el plan del Gobierno de Milei es que la empresa “desaparezca”. “Para quedarse con el mercado aerocomercial y con los vuelos de empresas argentinas al exterior. Lo que se pelea son los pasajeros. Quieren la potencialidad del transporte argentino”, detalló Basteiro, quien se lamentó de que el neoliberalismo en Argentina “no descanse” en su afán privatizador.
“El problema es que nosotros choquemos dos veces con la misma piedra. El problema es que intentan ir por un proyecto que ya fracasó, que dejó una secuela de destrucción y pérdida de tiempo muy grande”, finalizó.