Imagine una gran ciudad en la que los repartidores puedan saltar a través del espacio y el tiempo. Donde los teleoperadores pueden lanzar coches por encima de sus cabezas y las enfermeras pueden mover objetos con telekinesis. Eso es lo que ocurre en Supacell, la innovadora serie de ciencia ficción de Netflix protagonizada íntegramente por negros. Y en el centro de todo está Tosin Cole. Interpreta a Michael, el chico delivery que, junto con otros cuatro habitantes del sur de Londres, desarrolla superpoderes de la noche a la mañana.
"Fue intenso", dice Cole, hablando sobre el rodaje a través de Zoom desde su cocina en el sur real de Londres. "Esas enormes secuencias de acción fueron duras. Algunas escenas llevaban de dos a tres semanas. No tenés abrigo. Afuera. Estás cansado, tenés frío, estás mojado. Estás malhumorado. Pero al fin y al cabo, tenés historias que ejecutar". Dice que el reparto "se volvió delirante" después de un tiempo. "Vamos a hacer flexiones, vamos a rapear, vamos a hacer estilo libre, vamos a insultarnos". Luego nos echamos una siesta rápida de cinco minutos. Durmiendo en el suelo. En sillas. Todo tipo de locuras".
Pero ahora hablamos en una mañana soleada, en pleno desarrollo de la Eurocopa. El joven de 31 años, visto anteriormente como compañero de Jodie Whittaker en Doctor Who, levanta los puños en actitud peleadora. A pesar de haber nacido en Florida y crecido en Nueva York, antes de mudarse a Londres a los ocho años, Cole dice que siente que "el sur del río" es todo lo que ha conocido. "Tiene un mal estigma. Pero en el sur siempre sos de aquí. Es tu hogar. Es tu actitud. Es tu forma de pensar. Buena comida, jugar al fútbol: es un lugar de recuerdos divertidos e historia".
Supacell, la primera serie del músico británico Rapman -cuyo thriller Blue Story examinaba las presiones de la vida de las bandas en 2019-, financiada por el rapero, productor y actor Jay-Z, es una historia de superhéroes con tintes de guerra territorial que aborda múltiples inquietudes en torno a la desigualdad racial en el Reino Unido. El título juega con la prevalencia de la anemia falciforme entre la comunidad africana o afrocaribeña: en el Londres de fantasía de Rapman, sólo los negros tienen poderes.
Las habilidades sobrehumanas aparecen en momentos de peligro o frustración: El Michael de Cole descubre las suyas cuando es apuñalado mortalmente por una banda en una urbanización de bloques de pisos. El traficante de drogas Rodney (Calvin Demba) utiliza la supervelocidad cuando está desesperado por entregar porro. La enfermera Sabrina (Nadine Mills) destroza telekinéticamente su sala después de que un paciente se muestre condescendiente con ella. El ex convicto Andre (Eric-Kofi Abrefa) tiene una oleada de superfuerza que destruye un cajero automático después de perder otro trabajo debido a sus antecedentes penales. El líder de una banda adolescente, Tazer (Josh Tedeku), se vuelve invisible cuando se ve acorralado por una banda rival decidida a matarlo.
En un momento dado, Dionne (Adelayo Adedayo), la perspicaz trabajadora social novia de Michael, pone de relieve el poco empeño que pone la policía en encontrar a los jóvenes negros porque "no se parecen a Madeleine McCann". "Destacamos muchos problemas por los que pasan los negros", dice Cole. "Es un comentario social. Sólo intentamos dar una imagen veraz de lo que vemos. Lo que Rapman percibe que es el mundo".
"Obviamente, queremos que la gente se entretenga", añade. "Que sienta algún tipo de emoción: reír, llorar. Pero al mismo tiempo, necesitamos plantar la semilla de ciertas conversaciones. Tenés que sentirte afectado por lo que está pasando el personaje porque, a veces, podés oír hablar de ciertos temas, pero si escuchás una canción o ves un espectáculo es como si dijeras: '¡Oh!' Eso desbloquea la conciencia'", dice. "En cuanto a la última búsqueda de una persona desaparecida, no ha sido lo mismo desde la de Madeleine McCann. Creo que, si alguien desaparece -niños, tu tío, tu padre, tu amigo, quien sea-, a todo el mundo le gustaría sentir que el mundo se preocupa y arrojar tanta luz sobre ello como sea posible".
Cole empezó a actuar a los 16 años gracias a una chica de la que estaba enamorado. "Me engañaron para que hiciera Shakespeare los fines de semana", dice, admitiendo tímidamente que fue alguien que "solía gustarle" quien lo arrastró a un taller de Intermission Youth Theatre. "Lo pasé fatal con Shakespeare en el colegio. Me intimidaba mucho el idioma", dice. Entonces Cole hizo su primera obra: una versión moderna de Julio César. "Me picó el bichito", reflexiona. "Me volví adicto a estar en el escenario, hacer reír a la gente, contar una historia y recibir aplausos".
Rápidamente consiguió un agente y aprendió su oficio trabajando en papeles para el drama adolescente de la BBC The Cut, la telenovela Eastenders: E20, y un papel recurrente como Neil Cooper en Hollyoaks. Dos temporadas como el acompañante Ryan Sinclair en Doctor Who vinieron antes de papeles destacados en el drama histórico de Chinonye Chukwu Till y la remake de 2023 de la comedia de Reginald Hudlin House Party. Cuando Cole regresó por fin a los escenarios el invierno pasado, en el papel de Dre en Shifters en el Bush Theatre de Londres, se agotaron las entradas, y fue aclamado como un rompecorazones. "Ser un rompecorazones no te da necesariamente los mejores papeles", dice Cole. "Para mí, se trata de encontrar papeles que te emocionen, que casi te asusten".
El actor, de ascendencia nigeriana, creció en una familia numerosa: cinco hermanos, demasiados primos para contarlos y unos padres que no siempre estaban seguros de sus ambiciones como actor. "Ahora me apoyan", se ríe. "Cuando era niño, no siempre fue así. Pero gracias a Dios crecí y perseveré. ¿Sabe lo que le digo? He empezado a ganar un poco de dinero", bromea, añadiendo que su padre estaba especialmente entusiasmado con su papel como el legendario tecladista de los Wailers, Tyrone Downie, en la película biográfica Bob Marley: One Love. "Estaba en Nigeria de vacaciones y se moría de ganas de verlo", cuenta Cole. "Me mostró que había comprado la entrada y una foto suya en el cine. Esas cosas me hacen muy feliz y me llenan de orgullo".
¿Orgulloso? Sí. Pero, ¿con ganas de volver a ver su propio trabajo? No, gracias. "Siempre estoy siendo locamente crítico para superarme", dice Cole. "Pero luego tenés que ponerte tu capa de arrogancia y decir: 'No. Esta mierda del éxito va a suceder'. Tenés que ponerte una máscara y seguir adelante". Esa máscara funciona. Es el protagonista de una serie de éxito de Netflix y está a punto de protagonizar la comedia de Kyle Balda Three Bags Full: A Sheep Detective Movie junto a un reparto repleto de estrellas que incluye a Hugh Jackman y Emma Thompson, adaptación del best seller de Leonie Swann.
Pero, durante años, Cole calmó los nervios de su carrera fijándose en las trayectorias de actores con estatus de leyenda: Denzel Washington, Leonardo DiCaprio, Matthew McConaughey, Morgan Freeman, Brad Pitt, Al Pacino, Robert De Niro. "Solía entrar en IMDb y pedir todas sus películas en Amazon por tres o cuatro libras", dice. "Conseguía su filmografía desde el principio de su carrera y veía cómo progresaban, qué elecciones hacían. Me di cuenta de que no hay una única forma de hacerlo. Cuando vi algunas de sus primeras películas, me sorprendió. Tan malo que tuve que apagarlo. Pero me di cuenta de que no hay una carrera perfecta. Todo el mundo comete errores".
Por ahora, la ambición de Cole es simple: "Intento que mi carrera no se convierta en mi identidad", dice. "Porque, cuando tu carrera se apodera de toda tu vida y no estás trabajando, te sentís invalidado. Así que creo que me limitaré a vivir la vida: intentar ser un buen hijo, un buen hermano, un buen amigo. Jugar al básquet hasta que mis rodillas se rindan. Y si estoy haciendo el trabajo, estoy haciendo el trabajo. Sigo contando historias, eso es lo más importante".
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.