Entre tanta oscuridad, Ana y Héctor buscan las maneras de seguir; una luz brilla, todavía, en ellos. Con dirección de Esteban Goicoechea y actuaciones de Caren Hulten y Rodrigo Filoso, Azabache indaga en un porvenir posible por esperanzado; la obra llega por primera vez a Rosario, y se presenta hoy a las 21 en La Orilla Infinita (Colón 2148). “Azabache nace de una obra anterior, del 2011, que se hizo mucho tiempo en Rosario y que se llamaba El miedo. En esa obra, que escribí y dirigí, actuaban Gustavo Guirado, Paula García Jurado y Ariel Hamoui”, comenta Esteban Goicoechea a Rosario/12.

“Tomamos una escena de aquella obra y empezamos a ensayar. En la dramaturgia participó Caren (Hulten), y todo derivó en algo muy distinto. Más allá de que comparte esa misma escena y sean los mismos personajes, encerrados y con mucho miedo al afuera, la obra se resignificó”, continúa el director. Azabache tuvo sus primeras presentaciones en Traslasierra –donde hoy está radicado Goicoechea- y otras localidades, como Merlo y Río Cuarto; de manera tal que, llegar con la obra a Rosario, es también hacerlo al encuentro de queridas amistades y un nuevo público.

-Me encanta esta relación con una obra anterior.

-Es también algo que ya había hecho con una obra que dirigió Miguel Bosco, Blut, donde yo actuaba. Esos personajes me gustaban tanto, que luego los continúe en la obra que se llamó El miedo; donde me dije, ¿qué pasaría con esos dos personajes si los ponemos en una situación de miedo extremo?, ¿a ver de qué son capaces, por dónde deriva el humor? Ahora hice lo mismo, me pregunté qué pasaría con estas dos personas, cómo podrían resignificar ese miedo para que sea algo más esperanzador. Estos mismos personajes están en Azabache, se llaman igual y se vuelven queribles; es decir, a partir de sus distintas vivencias, el público termina queriéndolos.

-En este caso, remarcaste un lugar esperanzador.

-Sí, en un futuro decadente y devastado, cómo encontrar un poco de luz a lo que va oprimiendo y llevando a un individualismo que transforma el miedo en encierro. Creo que para nosotros va a ser un poco una sorpresa la respuesta de la obra en Rosario, porque fue creada en un lugar donde prácticamente no hay inseguridad, como Traslasierra. No sabemos cómo va a resonar la obra en el imaginario de cada espectador. En Azabache también hay algo que a mí me gusta en la dramaturgia, donde el espectador descubre de a poco lo que le pasa a los personajes. Esa forma de narrar y de contar también dispara sentidos diversos y hace que la obra no sea unívoca.

-¿Cómo fue el proceso de escritura y puesta en escena?

-Arrancó ensayando la escena de la vieja obra, tal cual era, junto con el actor, Rodrigo Filoso. La forma desde la que a mí me gusta trabajar, así como desde la dirección, es con improvisaciones. Al improvisar se fueron disparando nuevos sentidos, y Caren empezó a proponer también escritura y textos. Surgió entonces una dramaturgia de a dos, pero también desde lo colectivo, desde los aportes de Filoso. Todo empezó a enriquecerse y a sacarme a mí de la vieja obra. Había un final que yo quería, que no sabía todavía cómo construir, y se fue dando en la escena; eso es también lo que más me gusta hacer. Si bien en todas las obras me gusta escribir antes, después creo en los cuerpos de la actriz y del actor, antes que en la palabra, porque el cuerpo tiene una información que es ineludible, tiene una verdad, y esa verdad surge en escena.

-¿Y por qué “Azabache”?

-(Risas) En principio por lo oscuro, por lo negro, pero hay que ver la obra. Hay algo ahí que nos gustaba. No es necesariamente el miedo, pero es “azabache”.

Con dirección de Esteban Goicoechea y dramaturgia de Goicoechea y Caren Hulten, Azabache cuenta con las actuaciones de Caren Hulten y Rodrigo Filoso, vestuario de Gina Peiretti, escenografía y objetos de Gina + elenco, diseño lumínico de Lucas Lavalle, y edición de sonido de Pablo Read. “En estos tiempos, donde por lo general se elige ver una película en tu casa, el teatro invita al contacto con otro, a ver a los actores y las actrices transformarse y regalar toda esa energía; es un ritual, y nos gusta compartirlo”, concluye Goicoechea; quien visita la ciudad por partida doble, ya que este fin de semana estará presentando otra obra, destinada a las infancias: Achu Sueña, con actuación, dramaturgia, y dirección suyas y de Caren Hulten (este domingo a las 16, en el Petit Salón de Lavardén, con entrada gratis).