Hace unos meses, unos carteles amarillos de Bumble en la vía pública llamaron la atención del mundo y generaron diversas reacciones del público femenino, al que la famosa app de citas intentaba interpelar. "El voto de celibato no es la respuesta" o "No dejarás las apps de citas ni te convertirás en monja", rezaban.

"No te darás por vencida y te convertirás en una monja", dice la publicidad de la app Bumble

La especificidad del mensaje pareciera indicar que la app se hizo eco de la masividad de una nueva tendencia que permea las redes: las femcels, promotoras de una sorpresiva ola de celibato voluntario. 

"Sabés muy bien que el voto de celibato no es la respuesta".

Las femcels son mujeres que deciden, producto de diferentes causas, dejar de tener citas con hombres y abstenerse de tener relaciones sexuales. Esta palabra surge de la reapropiación de terminología del movimiento incel, que quiere decir en inglés "INvoluntary CELibate" o celibato involuntario. Básicamente, se trata de una comunidad online de hombres particularmente tóxica, originada a principios de los 2000s, en las oscuras entrañas de redes dominadas por la ultraderecha como Reddit y 4Chan.

La ideología de los incels se caracteriza por ser profundamente misógina y cosificante, al punto de culpar a la liberación sexual y al feminismo de sus penurias y su soledad. (O sea, la de ellos). El uso del término femcel es una reformulación irónica: si bien implica la práctica de celibato, el "femcelismo" es practicado y promovido por todo tipo de mujeres que podrían acceder al sexo cuando se les dé la gana sin demasiado esfuerzo. ¿Por qué está esta generación de mujeres está tomando los hábitos?

Julia Fox: del látigo al cinturón de castidad

Un emblema de esta tendencia es Julia Fox, una de las más vocales voceras de este movimiento. Fox saltó a la fama por su participación en la película Uncut Gems, su breve relación con el rapero Kanye West y su cuenta de TikTok en la que comparte sus punzantes pero siempre frescas opiniones sobre los hombres, las relaciones y ser madre soltera. 

Julia Fox: "Dos años y medio de celibato y para ser honesta, nunca he estado mejor".

Hace un año, Julia Fox publicó su autobiografía Down the Drain (Por la cloaca), en la que relata una vida fuertemente marcada por su precoz sexualidad y turbulentas relaciones con hombres. Su pasado como dominatrix y stripper, y la violencia física y psicológica de la que fue víctima a manos de la mayoría de sus ex parejas, fueron algunas de las razones por las que decidió en los últimos años “depurarse” de los hombres y adoptar este nuevo estilo de vida.

En una reciente entrevista, la it girl declaró estar practicando el celibato desde hace dos años y medio: “Nada bueno viene jamás de tener sexo", dijo entre risas. “Con la anulación de Roe v. Wade (el fallo que en 1973 legalizó el aborto a nivel nacional en Estados Unidos), siento que nos están privando de nuestros derechos y esta es la única forma de recuperar el control. No es lo ideal, pero no me siento cómoda teniendo sexo hasta que las cosas cambien. Llevo dos años y no lo extraño y toda esta energía que estaba poniendo en el sexo ahora puedo ponerla en otras cosas. Mi salud está mejor que nunca, estoy sana y centrada”, aseguró. 

Mucho match y poco apriete

Luciana comenta a esta cronista que hace dos años que no tiene sexo. Es una chica de veintisiete años con una belleza muy hegemónica, más de diez mil seguidores en redes y que trabaja de modelo e influencer. Es también graciosa, tiene estilo, y una vida social activa. Luciana tiene muchos "admiradores" (o como le gusta llamarlos: fans) tanto en redes como en la vida real. Luciana podría tener sexo con un hombre con solo chasquear los dedos y, sin embargo, hace tiempo que elige el celibato.

Como muchas otras mujeres que empezaron a compartir sus experiencias en redes, sobre todo en TikTok y YouTube, ella no tiene vergüenza de relatar la suya: cuenta que intentó varias veces usar aplicaciones de citas y aunque tenía muchos matches, cuando esto ocurría muy pocos le hablaban. Y que, si arrancaba la conversación, quedaba ahí o “la terminaba remando un montón”. 

“Me cansé” ―cuenta― “las últimas citas que tuve fueron malísimas, los flacos me dieron mil vueltas, tuve que activar yo y terminar decidiendo hasta la actividad y el lugar. Para volver a salir también mucha histeria, para gente que sé que está muy por debajo de mis estándares", comenta. Para muchas mujeres heterosexuales, el mundo de las citas se ha convertido en una visita al jardín de los suplicios.

Imaginar un mundo sin hombres: el movimiento 4B

Esta ola de celibato tiene su antecedente más próximo en el “4B”, un movimiento feminista radical que se originó en Corea del Sur entre 2017 y 2018. El 4B, que llegó a la masividad en 2019 a través de Twitter y propone una forma de praxis feminista radical y apela a cuatros grandes NO: 1. No tener hijos. 2 No al sexo con hombres. 3. No al casamiento y 4. No a las relaciones con hombres.

El movimiento nace como respuesta al machismo imperante en la sociedad coreana, las enormes presiones de la industria de la belleza y sus altísimas tasas de violencia de género. Lo peculiar del movimiento 4B y de las femcels es que no se tratan de fenómenos reformistas, ya que no buscan modificar las estructuras patriarcales y hacerlas más afines a los principios de igualdad de género, sino que eligen meramente remover a los hombres enteramente de la ecuación.

El amor en tiempos de crisis y ¿puritanismo?

Sin embargo, gran parte de estos discursos son codificados en un binario reduccionista. Varios elementos de esta contracultura puritana leen la sexualidad femenina de una forma bastante restrictiva. Estas perspectivas entienden a las mujeres como sujetos que solo utilizan el sexo como un medio para un fin (tener una relación romántica) y no como un fin en sí mismo, lo cual no es necesariamente el caso para todas. Por otro lado, sutilmente en este discurso operan lógicas que ven a la mujer sexualmente activa como alguien que se desgasta con cada encuentro, lo cual se acerca peligrosamente a una idea de virtud antigua en la que el sexo “mancha” a las mujeres, tornándolas menos valiosas.

Britney Spears también contó que es más feliz desde que no se vincula sexoafectivamente con varones. Después de conocer sus experiencias, le creemos.

TikTok se llenó, en los últimos años, de mujeres contando su experiencia y dando consejos sobre cómo llevar a cabo esta práctica y qué beneficios tuvo para ellas. La mayoría sostiene que sacar de cuajo a los hombres de la ecuación las llevó por un camino de autodescubrimiento, permitiéndoles enfocarse en nuevos vínculos que las llenan, en metas personales, en hobbies y hasta en reformular su sentido de la estética y la moda en base a una mirada femenina que las hace sentirse más seguras. Varias comparten el haber empezado el celibato como algo temporal y haberlo continuado indefinidamente, porque, así como Julia Fox, se sienten más satisfechas que nunca.

Para usar la lógica de mercado (por antipática que parezca la asociación) a la hora de relacionarse con hombres el riesgo empresarial en el que incurren las mujeres es más elevado que nunca antes, así como también la potencial ganancia nunca ha estado tan baja. Como diría Cher cuando su madre le aconsejaba establecerse y casarse con un hombre rico “Mamá, yo soy un hombre rico”, tener citas mediocres con hombres igualmente superfluos se ha convertido en un gasto conspicuo. Y en tiempos de recesión como estos ¿qué pasa con los lujos? Se recortan.