El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, anunció este jueves un nuevo paquete de asistencia militar de 225 millones de dólares para Ucrania durante un encuentro con su homólogo ucraniano, Volodímir Zelenski, en el marco de la última jornada de la cumbre de la OTAN en Washington. A su vez, los líderes de la alianza militar y sus socios de la región indopacífica expresaron su preocupación por el respaldo que da China a la economía rusa en el marco de la guerra con Kiev.

Más asistencia para Ucrania

"Hoy me enorgullece anunciar un nuevo conjunto de sistemas de seguridad para Ucrania", declaró Biden junto a Zelenski ante los medios de comunicación. Según explicó el mandatario estadounidense, este es el octavo paquete que autorizó desde que el Congreso aprobara en abril una ayuda de 61.000 millones de dólares, la cual llegó tras meses de debate por el bloqueo de los republicanos, lo que provocó una escasez de armamento en Ucrania.

Tras el anuncio, Zelenski expresó su gratitud a Biden por la ayuda, calificándola como una noticia muy fuerte. "Estoy agradecido a usted, su equipo, su administración, por supuesto, al Congreso, ambos partidos, ambas cámaras y a todos los estadounidenses por su apoyo vital y firme a Ucrania y al pueblo ucraniano. Juntos, estamos salvando vidas", afirmó Zelenski.

El presidente ucraniano aprovechó para mencionar ante las cámaras el ataque del lunes perpetrado por Rusia contra el principal hospital infantil de Kiev y otras ciudades ucranianas, que causó al menos 41 víctimas civiles en la ofensiva aérea más letal de los últimos meses.

En relación con este ataque, agradeció el envío por parte de Estados Unidos, Alemania, Países Bajos, Rumanía e Italia de sistemas de defensa aérea, incluyendo cuatro Patriot, en los próximos meses, cumpliendo así una de las principales peticiones de Zelenski. Además de los sistemas antiaéreos, la transferencia prevista de cazas F-16 para Ucrania está en marcha y concluirá este verano, anunció el miércoles el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken.

En esta cumbre de la OTAN en Washington, que conmemora el 75 aniversario de la alianza, los líderes mostraron su unidad en la defensa de Ucrania a largo plazo. En la primera jornada, ya se comprometieron a enviar al menos otros 36.900 millones de dólares de apoyo militar a Kiev el próximo año y declararon irreversible su integración en la organización, aunque evitaron fijar una fecha concreta y aseguraron que ocurrirá cuando se den las condiciones adecuadas.

Además, en un foro sobre mujeres celebrado en el Departamento de Estado de Estados Unidos, Blinken agregó que varios aliados de la OTAN entregarán siete millones de dólares en equipamientos para mujeres soldado de Ucrania, incluidos más de 10.000 chalecos antibalas, uniformes y botas.

La acusación contra Pekín

En última sesión de la cumbre, los miembros de la OTAN abordaron los retos compartidos en materia de seguridad, así como el apoyo de China a la economía de guerra rusa y la creciente alineación de potencias autoritarias. En la jornada estuvieron presentes los 32 jefes de Estado y de Gobierno del organismo y sus homólogos de Australia, Nueva Zelanda, Corea del Sur y Japón, además del presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, y el alto representante comunitario para la Política Exterior y de Seguridad, Josep Borrell, por parte de la Unión Europea (UE).

Según dijo Stoltenberg, la respuesta que la OTAN debe dar a los retos que plantean China y Rusia es una colaboración cada vez más estrechamente para preservar la paz y proteger el orden internacional basado en normas. "Pedimos a China que apoye de la forma más firme la Carta de la ONU y los principios de integridad territorial y soberanía”, indicó Michel a su llegada a la cumbre.

La primera ministra estonia, Kaja Kallas, alertó de que la cooperación o la relación entre los países aliados y sus socios en el Pacífico con Pekín podría verse muy perjudicada si China continúa apoyando a Rusia en la guerra con Ucrania.

"China es una preocupación cada vez mayor para nosotros, ayudando a Rusia a conseguir equipamiento militar", comentó por su parte el primer ministro sueco, Ulf Kristersson, quien consideró necesario que Europa se implique más en la seguridad en el Pacífico. "La seguridad es hoy en día algo muy global, no un asunto regional", agregó.

La OTAN aprobó en la primera jornada de la cumbre el miércoles una declaración en la que consideró que las ambiciones declaradas y las políticas coercitivas de China siguen desafiando los intereses, seguridad y valores. "Expresamos nuestra profunda preocupación por la asociación estratégica entre Rusia y China y alertamos que nos enfrentamos enfrentan a amenazas híbridas, cibernéticas, espaciales y de otro tipo, así como a actividades maliciosas de actores estatales y no estatales", mencionó la OTAN en su declaración.

La Alianza no tiene constancia de que Pekín esté suministrando armas directamente a Rusia, a diferencia de Corea del Norte o Irán, pero considera que le envía la tecnología y microelectrónica necesarias para crear armamento, de ahí el giro duro en el lenguaje sobre el país asiático.

La respuesta China

China no se quedó de brazos cruzados y respondió a la acusación de la OTAN. "Sin ninguna prueba, la OTAN continúa difundiendo información falsa fabricada por Estados Unidos, difamando abiertamente a China, interfiriendo y socavando las relaciones y la cooperación entre China y la Unión Europea", manifestó el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Lin Jian.

El portavoz remarcó asimismo que es la comunidad internacional quién está echando más leña al fuego en la crisis entre Rusia y Ucrania y recomendó a la alianza militar que reflexione por sus propias acciones en lugar de culpar a otros. "China insta a la OTAN a abandonar los conceptos obsoletos de mentalidad de Guerra Fría (...) corregir su comprensión errónea sobre China, dejar de interferir en sus asuntos internos, dejar de difamar su imagen e interferir en las relaciones entre China y la UE", añadió Lin Jian.

Reunión Modi-Putin

En paralelo a estas discusiones, altos funcionarios de la administración del presidente Biden están frustrados porque el primer ministro indio, Narendra Modi, se reunió con el presidente ruso, Vladimir Putin, en Moscú, mientras el presidente Biden inauguraba la cumbre de la OTAN esta semana.

La reunión en Moscú tuvo lugar a pesar de las preocupaciones transmitidas a Nueva Delhi por EE.UU. a principios de este mes de que el momento complicaría la imagen para Washington. Entre esos funcionarios se encontraba el subsecretario de Estado, Kurt Campbell, quien habló con el secretario de Relaciones Exteriores, Vinay Kwatra, con la esperanza de que el encuentro Modi-Putin pudiera ser reprogramado para evitar que coincidiera con la cumbre, según dijeron al diario The Washington Post funcionarios estadounidenses bajo condición de anonimato.

A pesar de las reservas de EE.UU., Modi llegó el lunes a Moscú y abrazó calurosamente a Putin, una imagen que fue criticada por Zelenski, apenas unas horas después de que bombas rusas mataran a varias docenas de personas en ataques en toda Ucrania, incluido un hospital infantil en Kiev.

El episodio destaca las complejidades para la administración de Biden mientras busca profundizar su relación estratégica con una potencia asiática en ascenso que está dispuesta a asociarse con Estados Unidos contra China, pero que también está decidida a mantenerse independiente de Washington y mantener vínculos con Moscú mientras se profundiza la guerra en Ucrania.