Se presentó un nuevo proyecto de ley para proteger el famoso "Castillo" de Cañuelas, convirtiéndolo en un Bien de Interés Histórico y Arquitectónico, y a su vez, incorporarlo al patrimonio cultural de la Provincia de Buenos Aires. En 2022, el imponente edificio abandonado, ubicado en el predio ubicado en Ruta 3 y Ruta 205 a la vera del ferrocarril, se puso a la venta por 3,8 millones de dólares. Al conocerse la noticia, las redes sociales y los medios de Cañuelas se revolucionaron de vecinos que buscaban recuperar el edificio histórico.

En junio de ese año, la diputada Ayelén Rasquetti había comenzado un proceso de expropiación del inmueble, donde la intención era que el Estado provincial compre el edificio para destinarlo a un Polo Judicial que nuclee los juzgados locales, fiscalías, policía y oficinas de tránsito. El 14 de julio de ese año pasó a la Comisión de Tierras y Organización Territorial, donde quedó estancado hasta que fue archivado, el pasado 4 de marzo por falta de tratamiento. Luego de ser reingresado el 20 de marzo de 2024, el 21 volvió a la Comisión de Tierras, pero no fue aprobado, a pesar de algunos intentos de reactivar el proyecto en mayo. 

Ahora, la iniciativa de dar uso y poner al servicio de la comunidad el citado inmueble, el nuevo proyecto propone la incorporación del inmueble al patrimonio para protegerlo de un futuro ruin. El proyecto contempla no solamente el valor histórico y cultural del inmueble para la localidad, sino también su valor urbanístico y social. 

El "Castillo" de Cañuelas es un edificio histórico de cinco pisos que fue inaugurado en 1932 por Gustavo Eugenio Artaux, industrial nacido en Francia que se especializaba en elaboración de alimentos deshidratados. En sus inicios se denominó Finaco Sociedad Anónima Comercial e Industrial. A lo largo de tres décadas se dedicó a la elaboración de leche en polvo, dulce de leche, huevo deshidratado, cacao y otros productos alimenticios. En la década del '60, luego de un proceso de expropiación iniciado durante el gobierno de Juan Domingo Perón, se convirtió en IMFASA, una firma a cargo del empresario alemán Guillermo Woters dedicada a la importación y fraccionamiento de películas fotográficas que se vendían bajo la marca Wena. Posteriormente fue adquirido por el empresario Jorge Antonio y finamente por Nilda Aquino cuyo ex marido, Néstor Corsi, hizo un recorte de la terraza para darle aires de castillo con la intención de convertirlo en un museo de automóviles antiguos, proyecto que nunca llegó a completarse. 

Entre tanto el inmueble, propiedad de Nilda Aquino Arzamendia, sigue en venta en la plataforma Remax  a un valor elevado que hasta el momento no atrajo inversores, teniendo en cuenta que el costo de demolición o de reparación de la antigua fábrica podría ser similar o superior al precio de venta.

Cabe destacar que los actuales propietarios del inmueble, de la mano de su heredero Martín Corsi, expresaron en una entrevista publicada en InfoCañuelas que en el caso de que el Estado lo comprara debería hacerlo para conservarlo como edificio histórico.