El dirigente radical Ricardo Alfonsín analizó por la 750 el momento que vive el país y consideró que “la principal preocupación” de la actualidad debe ser “tratar de recuperar la confianza de la sociedad en la democracia” y en la política. Además, salió al cruce de la conducción del radicalismo por el apoyo a Javier Milei y reclamó modificar la política de alianzas. 

El exembajador y exdiputado recordó las palabras de su padre, el expresidente Raúl Alfonsín, y aseguró que una democracia formal que no es acompañada por una democracia social, es una democracia renga.

Es decir, el sistema democrático debe lograr que las personas tengan y gocen de derechos fundamentales, esenciales. Sin eso, es tan solo un conjunto de leyes y procesos para llegar al Gobierno.

La democracia no sanciona leyes como la ley Bases, no sanciona DNU, no autoriza al Ejecutivo a dictar leyes. La que hace eso es la política. Y la política se ha equivocado”, añadió sobre este mismo punto.

Y mientras llamó a “ver cuáles fueron las gestiones en las que se equivocaron más y menos”, dijo que es fundamental trabajar sobre la desconfianza que tiene la sociedad en general, en todo el mundo, con la democracia y la política.

“La principal preocupación es tratar de recuperar la confianza de la sociedad en la democracia. Porque es el mejor sistema de Gobierno. El que nos permite pelear por la satisfacción de derechos fundamentales”, precisó.

A lo que añadió: “Y después, en la política. Porque no creo que la sociedad esté demasiado entusiasmada con que a través de la política se puedan hacer las transformaciones necesarias”.

La actualidad del radicalismo

Por otro lado, Alfonsín analizó el actual estado de la UCR y aseguró que no ve que en el partido “exista disposición a cambiar, modificar, las políticas de alianzas”. Es decir, no ve que se ponga en duda la cercanía con Javier Milei.

Ni siquiera modificar sus posiciones, las que venimos conociendo desde el 2015”, cuando se alineó con el PRO de Mauricio Macri y terminó dándole una base nacional al partido porteño.

Hay manifestaciones individuales que nos ilusionaban. Por ejemplo, cuando Lousteau votó en contra del DNU y con el discurso que hizo. Y cuando presentó un proyecto alternativo a la ley bases”; añadió en tono matizado.

Pero se lamentó: “Nos ilusionamos con que podía haber un debate en el partido. Pero luego me sorprendieron con que en diputados los propios legisladores que pertenecen al grupo que lidera Lousteau no se negaron a tratar el DNU. El que en el Senado, el presidente del partido había rechazado”.