Trabajadores cooperativistas e integrantes de organizaciones sociales, que desde hace cinco días acampaban en la sede de la Secretaría de Desarrollo Social de Mar del Plata para reclamar por trabajo genuino y salarios adeudados, fueron violentamente desalojados por efectivos de Infantería de la Policía Bonaerense, que avanzó sobre los manifestantes con gases lacrimógenos y balas de goma. Entre los manifestantes había chicos y discapacitados.
“Nunca en los cinco días de toma nos ofrecieron dialogar ni ninguna respuesta concreta. Sólo se acercó el primer día un funcionario, escuchó el reclamo y ayer a las seis de la mañana la Infantería rodeó todo el lugar”, le contó a PáginaI12 Magalí Cornide, integrante del Movimiento Teresa Rodríguez, que presenció el desalojo violento.
Según contó la trabajadora, a las nueve de la mañana llegaron también integrantes de la Caballería y ahí dieron la orden de desalojar. “Entraron a los palos, tirando gases y balas de goma. Muchos se descompusieron”, contó Cornide, que sostuvo que en medio del operativo violento detuvieron a dos manifestantes. “A uno lo agarraron entre cinco efectivos y lo golpearon mientras estaba tirado en el piso, le tiraron gas directo sobre los ojos, le fracturaron un tobillo y sigue detenido porque lo acusan de haber golpeado a un policía. Al otro, entre tres policías de civil, lo subieron a un auto gris y lo llevaron a ‘dar una vuelta’ y después lo soltaron”, contó la trabajadora.
Tras la represión, las organizaciones sociales, que mantenían con el acampe en el interior del edificio, convocaron a continuar el reclamo pero esta vez en la calle, frente al ingreso principal.
La protesta había comenzado el lunes pasado con la toma del edificio de Calidad de Vida. Las cooperativas Votamos Luchar, Barrios Unidos en Lucha y el Movimiento Teresa Rodríguez decidieron ocupar la dependencia luego de no recibir respuestas a sus reclamos. Pedían por la continuidad de los puestos de trabajo, el pago de salarios adeudados y la entrega de materiales adeudados que necesitan para trabajar. Además reclamaban una ayuda económica o de mercadería para que las familias puedan festejar las fiestas de fin de año.
“La desocupación y precarización en Mar del Plata es enorme por eso pedimos trabajo genuino además de los reclamos concretos por salarios y materiales adeudados”, afirmó Cornide, que criticó que en los cinco días de toma la titular de la secretaría, Patricia Lenis, no se acercó a escuchar el reclamo.
La represión suma un escándalo más a la polémica gestión del intendente Carlos Arroyo, representante de Cambiemos. El último invierno, Arroyo comparó a las personas en situación de calle con “perros callejeros” al decir que siempre “vuelven al lugar donde se sienten cómodas”. Unos meses antes, el propio intendente fue hasta una escuela secundaria y patoteó a la directora por reclamar que desde diciembre estaban sin Internet, lo que les impedía dictar la totalidad de los contenidos. Arroyo se hizo presente en el edificio escolar con policías, algo que luego fue denunciado como un intento de intimidación.